La Jornada jueves 6 de mayo de 1999

Astillero Ť Julio Hernández López

Francisco Labastida Ochoa está dedicando más tiempo a atender asuntos priístas que a ejercer su función de secretario de Gobernación.

Ayer, para no ir tan lejos, prefirió enfrentar directamente a un ex presidente de la República que asumirse como una instancia de poder que debería mediar, atemperar, conciliar.

Ya en el final de su vida, y con una historia política personal poco propicia para ejercer la crítica con autoridad, José López Portillo ha obligado al titular de Bucareli a responder a los señalamientos hechos al semanario Proceso, en el sentido de que en el país, y por culpa del presidente Zedillo, hay un vacío de poder.

El precandidato sinaloense dijo que las palabras de JLP son viejas añoranzas de viejos procedimientos. En cambio, aseguró el ex gobernador y secretario de dos gabinetes presidenciales, el PRI vive hoy tiempos de cambio y democracia.

Las palabras de Labastida tienen, a juicio de este tecleador, una buena parte de razón (en cuanto a los cambios, aunque no necesariamente en cuanto a que ellos se encaminen hacia la democracia), pues en el PRI se han conocido hechos sin precedente.

Por ejemplo, ¿cuándo se había visto que un secretario de Gobernación se autodestapase, en funciones, y no hubiese una aplastante cargada en su favor sino que, por el contrario, tal promoción personal estuviese pasando como un mero detalle más de la bitácora política, e inclusive con la sensación de que se quedó en el aire, opacada y aplacada por el posterior destape de un gobernador?

Otro ejemplo, ¿cuándo se habían visto tantas piezas sueltas en el tablero oficial? ¿Humberto Roque Villanueva, el ex primer brody del país, despechado contra el zedillismo y convertido en el paladín de la democracia que él nunca impulsó? ¿Roberto Madrazo convertido en retador oponente de la figura presidencial, gastando en su promoción personal carretadas de millones de pesos para garantizar los intereses de los dos Carlos (Salinas y Hank)? ¿Un Pepe Toño dando tumbos por el país porque no sabe qué hacer con el estilo político contradictorio e ininteligible de Los Pinos?

Efectivamente, hay cambios, pero ¿serán para bien del país?, ¿darán seguridad política, tranquilidad social?, ¿o serán preludio de desbarajustes mayores, acaso estallidos?

Esperemos un día la sabia respuesta de Bucareli.

Un grave error de Albores

Desde que fue nombrado gobernador interino de Chiapas, Roberto Albores Guillén vive entre enfebrecidas fantasías políticas que no son inocuas, pues le han llevado, entre otras cosas, a desatar una creciente política represiva contra los zapatistas.

Protegido por el aparato gubernamental que todavía es capaz de solapar y disimular tropelías y abusos como los realizados por él, Albores Guillén acaba de cometer, sin embargo, un yerro político que le puede ser caro (tómese nota de que alguien puede ser corrupto, criminal y popularmente repudiado pero no tendrá castigo del sistema sino hasta que haga algún pecado político, como ha sucedido con el caso de Mario Villanueva Madrid).

El dislate priístamente punible fue realizado al pronunciarse abiertamente el citado gobernador en favor de Francisco Labastida Ochoa como candidato presidencial y al hacer que el aparato partidista chiapaneco hiciese lo propio.

Con ese apresurado alineamiento en favor del secretario de Gobernación, Albores Guillén ha quedado descalificado para conducir el proceso interno de elección de candidato del tricolor, y tal condición (que le ha sido recriminada en público hasta por Humberto Roque Villanueva) le puede significar, además, la pérdida del control de su propia sucesión.

Veracruz y Alemán, los puntos políticos de referencia

Jalapa es hoy un espacio fundamental para entender la política priísta relacionada con el futuro inmediato.

Hoy estará en la capital veracruzana Francisco Labastida Ochoa, pero no en condición de precandidato sino de secretario de Gobernación. Con tal carácter, presidirá una reunión sobre asuntos de seguridad pública en la que le acompañará el gobernador Miguel Alemán Velasco.

Mañana, por su parte, José Antonio González Fernández estará también en el mismo escenario jalapeño, para encabezar una reunión con priístas que, sin duda, será una muestra de apoyo al ex vicepresidente de Televisa.

Ayer, el propio Alemán emitió una declaración que aumentará la percepción de que entre él y Cárdenas hay una línea de entendimiento político. Dijo don Miguel que el gobernante de la capital del país sería ``un buen candidato'' presidencial.

La tersura con la que se refieren uno a otro promueve la tesis de que aún quedan buenos residuos de la amistad juvenil que tuvieron ambos personajes.

También alienta las suspicacias respecto a las razones reales que motivaron el ríspido embate que a última hora se dio contra Ignacio Morales Lechuga, cuando éste pretendía ser candidato perredista a la gubernatura de Veracruz y cuando parecía ser el único aspirante que podría de verdad significarle peligro a un Miguel Alemán que, a fin de cuentas, con un PRD dividido y desanimado, no tuvo mayor problema para ganar.

Por cierto, y ya que se toca el tema de Alemán Velasco, hay quienes elucubran con especial entusiasmo a partir del presunto dato de que Fernando Gutiérrez Barrios sería uno de los principales aliados y estrategas de don Miguel. En ese punto se tejen mil hipótesis acerca de los acontecimientos represivos del pasado 1o. de mayo en Jalapa, sobre los cuales, a propósito, dijo Alemán Velasco que fueron actos ``bien organizados y preparados''.

Astillas: José Félix Torres Haro, priísta que preside el ayuntamiento de Tepic, y que quiso ser candidato a gobernar Nayarit, ha denunciado espionaje telefónico en aquella capital y, además, ha dicho que pareciese ser que en ese acto delictivo estuviese involucrado el gobierno estatal. Torres Haro no fue favorecido por el gran dedo que nombró a Lucas Vallarta como candidato y, desde entonces, incrementó su oposición a su compañero de partido, Rigoberto Ochoa Zaragoza... Este columnista sufre feos y vergonzosos ataques de incredulidad y desconfianza, de tal manera que no puede, por más que hace el esfuerzo, ni emocionarse ni aplaudir a causa del anuncio hecho ayer en Puebla por el presidente Zedillo, de que en cien días se invertirán 9 mil 100 millones de pesos en las 36 regiones más abandonadas del país, en un esfuerzo denominado (con mayúsculas en las iniciales, por favor) Programa Nacional de Atención para el Combate a la Pobreza). Dijo don Ernesto, en el marco de la conmemoración de la Batalla de Puebla, que se pretende ``subir el piso social y ganar terreno a la pobreza''. Tal concepto tan profundo no atina a provocar en este redactor sino una mezcla (empobrecida) de ganas de llorar y de reír... Ha dicho don Jorge Schiaffino, quien es dirigente del sector popular priísta en el Distrito Federal, que organizará movilizaciones para protestar por la reciente detención del líder local del llamado Movimiento Territorial, Cuauhtémoc Gutiérrez. ¿No tendría a bien el señor Schiaffino organizar algún otro tipo de acto de desagravio para otros políticos priístas, acusados por cometer delitos como, por ejemplo, José Parcero, quien fue compañero de andanzas políticas de este San Jorge justiciero?

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