n Los restos mortales del escritor fueron cremados


El oficio de Ricardo Garibay era oír y sentenciar: Estrada

n Aunque nada termina, cumpliste, señaló el pintor Vlady

Francisco Guerrero Garro, corresponsal, Cuernavaca, Mor., 5 de mayo n La comunidad artística de México sufre otra pérdida. Otro hombre de letras, uno de los más significativos de la modernidad, dejó de existir, afirmó Gerardo Estrada, director del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), durante el homenaje póstumo al periodista, escritor y guionista Ricardo Garibay.

Antes, a las 8:30 horas, de la agencia funeraria de Gayosso partió el cortejo fúnebre en el que artistas, intelectuales y políticos acompañaron el cuerpo del literato mexicano hasta el panteón Jardines de la Paz, en donde fue cremado y sus cenizas depositadas en una urna.

Ahí, Enrique Mejía y Ruiz Velazco, presidente de la Fundación Cultural Tamoanchan, lamentó la pérdida de un hombre excepcional de las letras mexicanas y anunció que en la próxima sesión del organismo se determinará un homenaje especial y la develación de un busto en memoria del hidalguense que adoptó a Morelos como segunda tierra.

Posteriormente, a las 13:00 horas, sus cenizas fueron trasladadas al Centro Morelense de las Artes, claustro donde su voz y presencia transmitieron su fuerza y sabiduría a muchos jóvenes narradores, para rendir un homenaje al ''escritor por antonomasia y gran amante de las mujeres", como lo describió su viuda Minerva.

Durante el homenaje, el director del INBA, ante la familia del desaparecido periodista y escritores como María Luisa La China Mendoza y Santiago Genovés, dijo que los lectores de Ricardo Garibay celebran en él su oficio, tras el que se encontraba otro más antiguo:

''El oficio de escuchar, de oír, en el sentido del que oye y sentencia y que requiere de las mayores virtudes, gracias a este oidor que fue Garibay, la voz de nuestra gente, la de los distintos estratos y regiones, se hace oír, se juzga y se da a sí misma lo que merece."

Adalberto Ríos Szalay, titular del Instituto de Cultura de Morelos, dijo que toda desaparición física conduce, afortunadamente, a una noble faceta de la naturaleza humana: ''La aquilatación de lo esencial del ser que se despide materialmente". La figura de Garibay trasciende fronteras, por ser universal en la medida del conocimiento y compromiso que estableció con la tierra en que vivió, puntualizó.

En su oportunidad, Minerva Velázquez viuda de Garibay dijo que la muerte de su esposo es una enorme pérdida para la literatura mexicana que está desecha, ''tan solitaria, tan necesitada de hombres como él que escribían con ese sentido mexicano, tan profundo y contundente y con gran amor a México".

Plasmar sentimientos y sensatez

El escritor e historiador Santiago Genovés, en entrevista, sostuvo que Ricardo Garibay, en sus obras, plasmó sus sentimientos y sensatez, que a lo largo de su vida estuvieron ocultos bajo la máscara de intransigencia e intolerancia que caracterizaban su personalidad, como escudo para protegerse del mundo material.

La China Mendoza precisó que la carrera periodística de Garibay estuvo siempre regida por la integridad, reflejada en su escritura contundente, por medio de la cual traspasó los límites de los bloqueos e incomprensión que enfrenta la cultura en la sociedad.

''Hiciste lo que tenías que haber hecho... Cumpliste... Aunque nada termina", creo que ese es el epitafio para un hombre de la talla de Ricardo Garibay, concluyó al borde del llanto el vitralista y pintor Vlady.

Las cenizas de Ricardo Garibay permanecerán en su casa de Cuernavaca hasta el viernes, día en que serán trasladadas a la capital del país para ser depositadas en la rotonda de los escritores, en Mausoleos del Angel, en donde se le rendirá otro homenaje al hombre que de no haber sido escritor o boxeador, le hubiera gustado ser ''padrote de los buenos", como afirmó en entrevista televisiva en septiembre de 1997.