En riesgo, los cinco viejos cines porno del Centro Histórico; 3 mil asistentes diarios, en promedio
Ya hay muchos lugares para ver películas decentes: el público
Jorge Caballero n Luego de que se dio a conocer el interés de las cadenas Cinemark y Cinemex para transformar las salas de cine porno del Centro Histórico en cineplex para la exhibición de películas de buen nivel, José Luis Noriega, admistrador del cine Venus, que actualmente tiene en cartelera Sexo extraterrestre y Golpe grueso en la calle porno, dice: "No jalarían, el público ya está acostumbrado a este tipo de películas, ya existe una tradición y si la gente no ve que se proyecten películas porno se va a alejar".
La desaparición de los grandes cines pornos del Centro Histórico llevaría a algunos miles de estudiantes, oficinistas y desempleados a buscar refugio en la piratería de videos pornográficos o a otros cines de la periferia de la ciudad, y debilitaría a un ya mermado espectáculo que divierte y entretiene a un público cautivo que gusta de la porno hard core/cochino/sucio/sórdido en pantalla de 35mm.
Luego Noriega pone en cuestionamiento el juicio de René Coulomb Bosc, director del Fideicomiso del Centro Histórico, impulsor de esta transformación: "No se puede quitar el cine porno; Coulomb lo debería de saber, se debe de actualizar, todas las grandes ciudades del mundo, Nueva York, París, Amsterdam, tienen este tipo de salas.
"El cine que proyecta porno es buen negocio; por ejemplo, nosotros contamos con 608 butacas y en cuatro funciones dobles vendemos 600 lugares; los domingos y lunes se venden 250 localidades".
Marcos Vargas, joven de 28 años, trabaja en un estacionamiento; entrevistado en la taquilla de este cine opina: "Ya hay muchos lugares para ver películas decentes y son pocos los lugares para ver cine porno en grande (35 milímetros), y verlas en video no es lo mismo, šaquí ves unas tetas de seis metros!".
El Teresa es considerado como el cine porno más lujoso del mundo por su arquitectura art deco, exhibe las películas Table dance y Animalita erótica. Carlos Ceballos de la Huerta, dueño de esa sala, dice: "No sé si quieren quitar el porno o les interesa adquirir la sala. Si es lo primero deben de quitar primero la prostitución en la vía pública y la porno soft de la tv. El cine es un negocio familiar en el que hemos pasado por etapas difíciles, y ha sido un esfuerzo impresionante mantener la sala con su actual arquitectura. Hace dos semanas tuve una plática con el arquitecto Alarcón, del Fideicomiso del Centro Histórico, y sólo me dijo que si nos interesaba platicar con Cinemex y Cinemark; les dije que sí y no ha habido nada más. Vendería si me llegan al precio, pero tengo entendido que esas compañías sólo arrendan y no compran".
El recogeboletos de esa sala de cine, que guardó el anonimato, dice: "Es mi trabajo, pero no es para que todo el mundo se entere. A mí no me gustaría porque con el sueldo que gano mantengo a mi familia y tengo entendido que en las salas de Cinemex pagan el mínimo".
El cine Río tiene en cartelera Juegos en la cama y Rocco, duro de morir; ahí el multi empleado Miguel Angel Castillo (recoge boletos, taquillero, proyeccionista e intendente) dice: "La última vez que fui a un cine de esos vi Impacto profundo y todo está muy bien, pero es para un público familiar; aquí al Río vienen puros hombres. Hay quienes vienen del diario a ver las mismas películas. Debe de haber espectáculo para todo tipo de gente. Si nos quitan deberían de quitar todos los table dance, bares de homosexuales y cabarets del Centro. Es parte de la variedad, aquí vendemos de 300 a 400 entradas diarias, o sea que sí hay un público fiel a este cine".
Dulces placeres carnales y School girls profesoras de anatomía, es la tanda que tiene el cine Savoy. A diferencia de los otros cines, aquí la persona encargada se mostró a la defensiva y no contestó a las preguntas y dijo que "no era la persona indicada para hablar", y cuando se le cuestionó entonces que a quién le toca hablar dijo: "desconozco quién maneje ese tipo de información".