t El diálogo, único camino, señala el mandatario


Reitera Zedillo la infinita paciencia del gobierno en el conflicto de Chiapas

Rosa Elvira Vargas n A mediano y largo plazo en Chiapas, ''la otra parte'' -el Ejército Zapatista de Liberación Nacional- acabará aceptando que no habrá provocación, hecho o incidente que haga caer al Estado mexicano en la tentación de reprimir y que, por lo mismo, ''no hay otro camino más que el diálogo'', y la obligación gubernamental de resolver los problemas sociales que originaron el conflicto, expresó el presidente Ernesto Zedillo.

Admitió que durante su gobierno ''es imposible'' que se resuelvan todos los problemas de aquella entidad, pero sí habrá, aseguró, ''avances significativos'' que además de dar respuesta directa a una demanda legítima de la gente, contribuyan a crear las condiciones políticas que hagan ''más propicio y más fructífero el diálogo, y poder llegar así a la solución''.

En un encuentro con legisladores de España y de México que concluyeron en Mérida, Yucatán, una reunión interparlamentaria, el jefe del Ejecutivo insistió en su actitud de mantener una ''ilimitada, infinita'' paciencia para resolver la crisis chiapaneca, sin incurrir en la violencia, en la represión o en cualquier acción de carácter represivo, ''o incluso bélico''.

Señaló que desde que al principio de su régimen hizo manifiesta esa determinación, y se dijo en su momento que la misma había sido un error, ''porque entonces los otros iban a saber que dentro de mis opciones no estaba la represión ni el usar la fuerza de las instituciones para resolver este asunto''.

Desde su perspectiva, ''es probable que esto haya hecho, en algún momento, que la otra parte hiciera cálculos respecto a negociaciones o características particulares del posible acuerdo. Y a lo mejor esos cálculos han retrasado el diálogo''. Pero aun así, reiteró, nada hará al gobierno caer en la tentación de reprimir.

Zedillo defendió su postura de la infinita paciencia. ''Pienso y sigo pensando que estuve en lo correcto (pues) a veces, muchas veces, y yo diría que prácticamente siempre, el camino adecuado está en decir la verdad desde el principio''.

Este asunto, reiteró una vez más, no lo arreglará el Estado mexicano ''por la vía de la fuerza (ni) por la vía de la represión''; el único camino que tiene es el deseado: el diálogo.

Luego de varias semanas de no hacer alusión pública alguna sobre la irresuelta conflictiva chiapaneca, el mandatario reafirmó a los legisladores que los problemas de aquella entidad no pueden tener otra solución si no es la política, el diálogo, el acuerdo.

''Así lo he propuesto y sostenido desde el inicio de mi gobierno, y con los instrumentos a nuestra disposición hemos hecho todo lo posible para que se dé este diálogo. En algunos momentos hemos sido exitosos, en otros momentos no hemos sido tan exitosos'' afirmó Zedillo, y añadió argumentos a su postura.

Comentó así que su administración ha dejado asentado que no obstante que la situación actual ''se origina con un desacato a las leyes e incluso se origina con episodios violentos de carácter unilateral por parte del grupo que se ha inconformado'', en forma alguna la respuesta del Estado mexicano ante esa situación ''fue de residir en la violencia, fue de residir en la represión, fue de residir en cualquier acción de carácter agresivo o incluso bélico''.

En la versión del mensaje presidencial difundida por Los Pinos, puesto que la reunión fue a puerta cerrada, se expresa también la reiteración del jefe del Ejecutivo sobre su obligación de resolver los problemas sociales que están en el origen del conflicto, pues aquel no surge, ''no se da en el vacío''.

Expuso que si no hubiera habido, ''como todavía las hay'', profundas injusticias sociales en Chiapas, hubiera sido muy difícil que este problema surgiera, ''hubiera sido un problema efímero o incluso, en esas circunstancias, hubiera sido posible reducirlo a un problema de legalidad, y punto. Pero no es eso''.

Hay para ese conflicto, aceptó Zedillo, un sustrato, un sustento real, ''en (las) condiciones ancestrales de injusticia, de pobreza e incluso de discriminación. Atenderlas sí es responsabilidad del Estado mexicano, y estamos utilizando todos los medios a nuestra disposición para enfrentar y resolver esa situación, con plena conciencia de que no son problemas que podamos resolver en el corto plazo porque se han gestado durante muchos años, yo diría incluso siglos, pero sí es nuestra responsabilidad, al menos durante el gobierno que yo presido, de tener el mayor avance posible, y considero que lo estamos logrando''.

Con tales explicaciones, el Presidente de la República dijo entonces asumir como un ''gesto de fraternidad, de amistad'', dada la absoluta confianza que hay en ''nuestros amigos de España'', la recomendación surgida de la reunión de parlamentarios de que se persista en la vía del diálogo para resolver el conflicto. Les ofreció también tenerlos constantemente informados sobre su evolución, para que no dependan sólo ''de la información periodística que esporádicamente se da a conocer''.

En la misma reunión, Ernesto Zedillo habló del narcotráfico como ''un fenómeno de la globalización'', sobre todo por las nuevas oportunidades existentes en materia de transportes y de comunicaciones, así como con la posibilidad de mover grandes flujos financieros y recursos económicos. Tiene también que ver, dijo, con el tráfico de armas ''tan indeseable y lamentable'' que hoy existe en el mundo.

Respaldó la postura mexicana de atacar ese fenómeno con la participación de los países productores y consumidores, pues sólo una visión global podrá ''hacer frente a este lacerante fenómeno del mundo contemporáneo''.

De igual modo, el Presidente se congratuló ante los congresistas ibéricos por la aprobación mayoritaria del Parlamento Europeo -apenas el jueves- del acuerdo global de negociación del Convenio de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre México y la Unión Europea, porque tendrá ''consecuencias inmediatas y muy significativas'', simplifica el camino e influirá en el ánimo de quienes tienen la responsabilidad de pactar, afirmó. En todo ello, insistió, el apoyo de España fue determinante.

También se refirió a la cumbre entre América Latina y la Unión Europea que tendrá lugar el próximo mes en Brasil como un hecho de la mayor trascendencia y recordó que este año se celebra el sexagésimo aniversario de la llegada del exilio español a México, y que ''vamos a celebrar con emoción y con gran gusto, porque para nosotros fue algo bueno, más allá de las condiciones dramáticas que lo originaron''.