n Iniciarán en junio y concluirán en el 2000


Preparan en España los festejos del nacimiento de Velázquez

José Garza, especial para La Jornada, Madrid n Tardó mucho tiempo en ocupar el puesto privilegiado que hoy universalmente se le concede en la historia del arte. El aislamiento en la corte de Felipe IV y la conservación en las infranqueables estancias palaciegas de su obra, que comenzó a admirarse hasta la apertura del Museo del Prado ųen 1819ų, retrasaron el reconocimiento del pintor Diego Rodríguez de Silva y Velázquez.

El tiempo sin embargo proporcionó al autor de Las meninas, joya principal de Del Prado, una dimensión justa. "De hecho ųdice el académico y crítico de arte Francisco Calvo Serrallerų, Velázquez es hoy en la historia del arte lo mismo que Cervantes en la historia de la literatura: no sólo el máximo exponente del genio artístico español, sino el más refinado y complejo prototipo de la cultura visual del barroco y, en general, de toda la época moderna".

Velázquez no requiere entonces ya una mirada reivindicatoria, sino más bien una mirada reflexiva, profunda y gozosa que permita descubrir nuevas sensaciones y conocimientos por medio de la "pintura pura" de sus cuadros. Esta es al menos la dirección por la que caminan los proyectos que en España tienen tanto el Museo del Prado como una comisión especial, a fin de conmemorar el cuarto centenario del nacimiento de Velázquez, ocurrido en Sevilla el 6 de junio de 1599.

Año Velázquez, entonces: de junio de 1999 a junio del 2000. Igual que hace cien años, el acontecimiento esencial será el arranque de los festejos, precisamente en junio, con la apertura de las nuevas salas de Velázquez y de la pintura española del siglo XVII en la galería central del Museo del Prado, con un nuevo montaje e iluminación.

El mismo Museo del Prado está preparando también dos magnas exposiciones: Velázquez, Rubens y Van Dyck. Pintores cortesanos del siglo XVII, programada para el 15 de diciembre en las salas del museo, con curaduría del hispanista norteamericano Jonathan Brown, con obras de las colecciones Del Prado, así como las proporcionadas por instituciones europeas.

La segunda exposición, Velázquez y la pintura en la corte de Felipe IV, la organiza el museo. Con curaduría del historiador de arte español Javier Portús, se presentará en Bonn, ciudad alemana que los directivos consideran importante para expandir en Europa la colección del museo y el conocimiento de la obra velazqueña.

En torno a esa conmemoración han surgido otros proyectos que lamentablemente no han prosperado, como una exposición para ligar a Velázquez con pintores españoles del siglo XX, como Dalí y Saura. Otra propuesta que no trascendió fue la de una muestra de la obra de Velázquez sobre Venus, la cual no fue posible porque la National Gallery de Londres no presta una de las joyas velazqueñas indispensable para este efecto: La Venus del espejo.

Sin embargo, la ciudad natal de Velázquez aportará una exposición indispensable para el entendimiento de la producción de este genial pintor que en su etapa inicial, precisamente identificada como "sevillana", se caracterizó por un realismo, incluso tenebrismo para algunos, de aspecto escultórico y colores terrosos, tal y como lo muestra en Adoración de los Reyes Magos.

La exposición Velázquez y Sevilla, programada para inaugurarse la primera semana de octubre en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, reunirá un centenar de pinturas, algunas procedentes de instituciones europeas, como el famoso cuadro Vieja friendo huevos, de la galería nacional de Edimburgo.

Por otra parte, la conmemoración del aniversario de Velázquez ha motivado que autoridades de la Comunidad de Madrid lleven a cabo una empresa arqueológica: la búsqueda de los restos del pintor en unas ruinas en pleno centro de la capital española, atribuidas a lo que fue la iglesia de San Juan Bautista, donde Velázquez fue sepultado el 6 de agosto de 1660 con los honores que merecía un personaje de la corte de los Austrias.

 

Cortesano, pero independiente

 

Aunque no fue un artista prolífico, dadas las tareas de su carrera cortesana que durante 37 años fue de pintor de cámara hasta aposentador mayor de palacio, Velázquez tuvo la independencia para "pintar como y cuanto quiso, sin pies forzados ni enojosas exigencias de una hipotética clientela incontrolada", explica Calvo Serraller.

La presencia en la corte permitió a Velázquez, de entrada, aclarar una paleta, tal y como puede advertirse en otro famoso de sus cuadros: El triunfo de Baco, también conocido como Los borrachos, hasta alcanzar al final de su vida la plena madurez en el retrato a la familia de Felipe IV, en el que privilegia al grupo de figuras en torno a la infanta Margarita, Las meninas, en el que logra una de sus búsquedas: la perspectiva que ofrece el pintar el aire que se interpone entre las figuras.

En este contexto, el genio de Velázquez está atrapado en el Museo del Prado, institución que conserva el mayor número de sus obras, que son también de las mejores: 49 cuadros "indiscutibles de su mano".

En treinta ciudades del mundo hay alrededor de otros 70 cuadros velazqueños. Londres es la segunda ciudad, después de Madrid, en contar con más cuadros del genio sevillano, con 17. En América, Velázquez sólo está presente con 20 de sus pinturas, dispersas en colecciones particulares e institucionales de Estados Unidos. En Nueva York está la mayor cantidad, ocho piezas, entre las que destaca La cena en Emaús, en el Metropolitan.

ųƑSería una necedad explicar la ausencia de la obra velazqueña en América Latina? ųse le pregunta al director del Museo del Prado, Fernando Checa.

ųEfectivamente, hay muy poca relación. En América Latina no hay obra de Velázquez. También salen al mercado muy pocas obras de Velázquez, aunque cuando han salido se las han llevado los museos estadunidenses. Son tan caras...

ųSin embargo, cuando sale al mercado algún cuadro de Velázquez se duda de su autenticidad, como ocurrió en una subasta reciente de Christie's, que ofreció Santa Rufina, estampa velazqueña atribuida a su yerno, el pintor Martínez del Mazo.

ųClaro, pero cuando sale un Velázquez alcanza tales precios que sólo museos ricos pueden comprarlo, y desde luego el Prado es poderoso en colección, pero no en economía.

ųƑCómo puede mirarse a Velázquez, al conmemorar el cuarto centenario de su nacimiento?

ųVelázquez fue un pintor que entró en el canon occidental como un gran maestro muy tarde. A Velázquez se le descubre en el siglo XIX como precursor de Manet y de los impresionistas. Esa es una manera de ver a Velázquez, pero que actualmente resulta reduccionista. Velázquez tampoco es un pintor sevillano. La etapa sevillana es importante, pero con los cuadros que produjo durante ese periodo no entraría en ese canon de los grandes maestros occidentales al lado de Rubens, Rembrant, Tiziano. Velázquez fue entonces un pintor internacional del barroco, que recoge muchas herencias pero las elabora de una manera genuinamente personal.