n Somos rehenes y sin protección adecuada, dice el diplomático James Sasser


Sitiada por 10 mil manifestantes, la embajada de EU en China

n Incendian la casa del cónsul Keur; autoriza el gobierno las protestas, sólo pide "moderación"

Afp, Ap, Dpa, Reuters y Xinhua, Pekín, 9 de mayo n El embajador estadunidense en la capital china, James Sasser, afirmó este domingo que él y el resto del personal permanecen como "rehenes", luego de que la representación diplomática fue sitiada por unos 10 mil manifestantes que protestaban con gritos y pedradas por el bombardeo erróneo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra la embajada china en Belgrado, en el que murieron cuatro personas y al menos 20 resultaron heridas.

Unas 200 mil personas participaron hoy en todo tipo de protestas en China, en lo que fueron las más grandes movilizaciones que se han visto en el país desde el movimiento por la democratización reprimido en 1989. En la suroccidental ciudad de Chengdu, furiosos manifestantes incendiaron esta madrugada la residencia del cónsul estadunidense Cornelius Keur, quien huyó junto con su familia y otros funcionarios consulares con la ayuda de las autoridades chinas momentos antes, cuando la multitud apedreaba la casa.

El gobierno chino autorizó y apoyó estas manifestaciones que, según funcionarios, "reflejan la gran indignación del pueblo contra el ataque de la OTAN", advirtiendo sólo que las protestas no deben degenerar en desórdenes o violencia.

El vocero civil de la OTAN, Jamie Shea, explicó hoy que el ataque contra la embajada china se debió a que los servicios de inteligencia estadunidenses aportaron "información errónea", lo cual fue confirmado por el secretario de Defensa estadunidense, William Cohen, y el jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), George Tenet.

"Somos rehenes de esta embajada. Los manifestantes rompieron todos los vidrios y nosotros no podemos salir del edificio", afirmó Sasser en declaraciones a la cadena televisiva CBS, y se quejó de que las autoridades chinas "no nos están brindando la protección adecuada".

Desde la sitiada embajada, Sasser y sus colaboradores expresaron su "profundo pesar" por los bombardeos y enviaron condolencias a los familiares de las víctimas.

Cerca de 10 mil chinos, muchos de ellos provenientes de distintos puntos del país, rodearon la embajada estadunidense, y en un momento dado también la británica, con pancartas que acusaban a la OTAN y a Washington de fascistas. Participantes en las protestas afirmaron no creer la explicación de la alianza de que el bombardeo fue un error, por considerar que la OTAN ostenta tales medios tecnológicos que es imposible que se haya cometido una equivocación tan grande.

El vicepresidente chino, Hu Jintao, confirmó que el gobierno dio su autorización y apoyo para que la sociedad exprese su indignación por el bombardeo de su embajada, y sólo recomendó que las protestas se desarrollen con "moderación".

Testigos dijeron que efectivos policiales observaban impasibles a cientos de manifestantes arrojando piedras, verduras y bolsas de pintura contra el edificio de la embajada estadunidense, y que algunos lograron, incluso, escalar los muros. Otras fuentes dijeron que en toda la ciudad jóvenes abordaban agresivamente a extranjeros preguntándoles si eran de Estados Unidos. Reporteros internacionales dijeron haber sido acosados al ser confundidos con estadunidenses, y la jefa de la oficina de CNN en Pekín, Rebecca MacKinnon, fue golpeada en la cabeza por manifestantes, antes de que policías la protegieran.

Pese a que la agencia estatal china afirmó que las protestas en Chengdu se desarrollaron "en orden", el cónsul Keur denunció cómo él y sus funcionarios debieron salir de la residencia consular protegidos por efectivos chinos, cuando cientos de manifestantes apedreaban el edificio que poco después empezó a arder. Los bomberos tardaron 30 minutos en apagar el fuego. Otras manifestaciones se llevaron a cabo en las ciudades de Shanghai, Xi'an, Nanjing y Changsha.

Trascendió que Washington dio la orden de cerrar temporalmente la embajada, así como cuatro consulados en China, y recomendó a todos sus empleados en ese país permanecer en sus casas hasta que la situación se estabilice.

En la ciudad de Cantón, manifestantes irrumpieron en el consulado general alemán destruyendo ventanas, puertas y mobiliario sin que la policía evitara los destrozos.

La prensa china no contribuyó a tranquilizar los ánimos populares, pues publicó fotografías de los cadáveres de los periodistas y el funcionario que murieron en la embajada china de Belgrado y sus editoriales juzgaron, en general, que el bombardeo, más que un error, fue una represalia occidental contra China, que no ha aceptado plegarse a la hegemonía de Estados Unidos.

Trascendió que funcionarios del Departamento de Estado estadunidense protestaron ante el gobierno chino extraoficialmente exigiendo mayor seguridad para la embajada y otras representaciones diplomáticas de Estados Unidos. La Casa Blanca informó, no obstante, que el presidente Bill Clinton envió una carta a su par chino, Jiang Zemin, con sus disculpas y reiterando que el bombardeo fue un error. La secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, hizo lo propio en una misiva dirigida a la cancillería china.

Shea explicó hoy que el error en el bombardeo se debió a que hubo "informaciones equivocadas proporcionadas por la CIA. Las embajadas no son nuestros objetivos. Lamentamos mucho este error, que no es más que un error", afirmó el vocero, quien reiteró que el objetivo original era la oficina yugoslava encargada de la importación y distribución de armamento". Shea se negó a deslindar responsabilidades individuales en el bombardeo y afirmó que la OTAN "ya asumió su responsabilidad" y el compromiso de que "no se repetirá". El vocero de la OTAN, Walter Jertz, afirmó que no hay indicios de que la información equivocada haya sido proporcionada por un "doble agente", y reiteró que el error no fue del piloto.

Cohen y Tenet dijeron, en una declaración conjunta, que "información defectuosa condujo a un error en la selección inicial de esta instalación. Además, el extenso procedimiento establecido para escoger y conva- lidar los objetivos no corrigió este error de origen". La declaración agregó que "una revisión de nuestros procedimientos no ha convencido de que esto fue una anomalía cuya repetición es improbable".

Un equipo de expertos chinos llegó hoy a Belgrado para investigar el bombardeo, visitar al personal de la embajada que resultó herido y participar en una ceremonia fúnebre para los que murieron.

Ante las ruinas de la embajada en la capital yugoslava se manifestaron cientos de personas, entre ellas unos 200 residentes chinos en Yugoslavia, para protestar por la agresión e intercambiar muestras de solidaridad entre serbios y chinos.