n Revista bimestral que prepara un atlas que circulará desde el próximo junio
Ser entendible para todos, afán de Arqueología Mexicana: Del Villar
n Tienen cabida los diálogos interdisciplinarios y las disidencias, señala su directora
Renato Ravelo n Un atlas arqueológico se prepara para salir en junio bajo el sello Raíces. Con elementos de contexto por regiones, épocas y culturas, el atlas completa una labor de esta editorial, que desde hace seis años tiene a su cargo la revista bimestral Arqueología Mexicana. Su directora, Mónica del Villar, sostiene que en el último lustro el tema de lo arqueológico ha cobrado particular importancia, de la cual ella destaca el impacto que finalmente se logre en la educación a todos los niveles, ya que es ahí donde surge la conciencia del patrimonio que nos da identidad.
Cuando Arqueología Mexicana empezó ejercía una propuesta en los términos más convencionales: las culturas por regiones y sitios culturales. A esos dos primeros años de trabajo de acoplamiento, en el que la revista trataba de convertirse en un puente entre el ''gran público" y los sitios arqueológicos, con lo más interesante de su producción de conocimento, siguieron las apuestas temáticas: números en los que se hablabla sobre la expresión mural, las rocas y los minerales o incluso temas como el saqueo y la destrucción.
Información de calidad
Ahora con el atlas que la revista prepara, como uno de los números especiales del año, la publicación se adelanta a la institución coeditora de la misma, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, que tiene en preparación su propio atlas con motivo del 60 aniversario de su fundación. Destacan, entre los pocos atlas editados en el país sobre la materia, el del historiador Enrique Florescano, el de López Luján y el de Linda Manzanilla.
No es el único giro o énfasis que ha dado la dirección de Arqueología Mexicana a su labor editorial. Dos antologías, con algunos de los materiales más destacados, han sido editadas como parte del programa Biblioteca para la actualización del maestro.
La idea del atlas de Arqueología Mexicana, explica Del Villar, ''es manejarlo por periodos: preclásico, clásico, posclásico del México antiguo, por regiones y por cultura, que es la forma de abordar lo más representativo. Con la línea del tiempo además se proporcionan los elementos que permitan al lector situarse en el acontecer de la humanidad". La sencillez es prioritaria, destaca del Villar: ''La idea es que contenga la suficiente calidad de información, planteada de la manera más clara, que lo mismo lo pueda manejar un niño de primaria que alguien que lo requiera para educación superior. Es una contribución a la que se le da mucha importancia, porque era una demanda de nuestros lectores".
Miradas cruzadas
En abril de 1993 la revista surgió como una de las apuestas entre empresa pública y privada, que tanto se ponían de moda. Del Villar tiene antecedentes en la industria editorial, en la rama educativa. Un par de veces al año se reúne un comité científico editorial que decide las propuestas para los siguientes números.
Se sabe ahora, por ejemplo, que uno de los primeros números del próximo año será justamente el relativo a los calendarios, en el contexto del cambio de siglo. Un total de 40 mil ejemplares, cifra que prácticamente permanece sin aumentar ni disminuir, conforma el tiraje de la publicación. Para Del Villar ''no se puede hablar de un perfil de lector definido. Se puede decir que es un gran grupo interesado en el pasado, en el que abundan profesores y estudiantes, pero otra parte es indefinible. Creo que incluso sería un poco sorpresiva".
-ƑQué cambios se han experimentado en estos años?
-Originalmente el proyecto era un puente entre público y arqueólogos, pero se ha ido más allá. Sin dejar de satisfacer esa idea original se amplió: para tener una visión más profunda del mundo prehispánico se requiere de otros puntos de vista que complementan lo arqueológico. Entonces se agregan artículos de médicos, biólogos, etnohistoriadores, literatos, críticos de arte y lingüistas.
''Pasamos, además de los números más esquemáticos a los temáticos que abrió con el de pintura mural, que nos marca una pauta, como el de la indumentaria en el México prehispánico, la mujer, la importancia del maíz. Con el tiempo, creo, también los productos se van asentando: esta revista es escrita por especialistas, lo que por una parte provoca cierta confianza en el público, pero por otro lado constituyen un reto de comprensión.''
-ƑCómo enfrentan esa disyuntiva?
-El equipo que hacemos la revista enfrentamos demandas académicas y no especializadas que tratamos de balancear, que el contenido sea válido y que aporte, pero en el tono de mayor divulgación.
-ƑCómo enfrentan la ambigüedad de estar dirigido a un gran público con un tema tan especializado?
-No tenemos una confusión: nuestro afán es que sea una revista que la entiendan todos, a pesar de los autores. No obstante ello, con el trascurso del tiempo advertimos que ya es una fuente de consulta obligada en el medio académico, cada vez más en distintas instancias como primaria, secundaria, preparatoria, universidad.
''Por otra parte hasta donde tengo noticia nunca ha sido cuestionada su validez académica como publicación, sino que se discuten en la sección de cartas los puntos de vista de los autores. Lo que nos toca es ir balanceado entre el tema que se toca, quién lo aborda y cómo. En las páginas de correo un doctor con toda validez puede cuestionar que en el hallazgo de López Luján, en el Templo Mayor, las vísceras expuestas no pertenecen al corazón sino que son un hígado. Ese es mi ejemplo por excelencia de los diálogos interdisciplinarios que permite la revista, y las disidencias".
Fronteras que se desvanecen
-ƑQué tan flexibles pueden ser como para decir ahora nos conviene hacer un número sobre hallazgos mayas, a propósito de los descubrimientos en Palenque?
-No, por su periodicidad. Es bimestral y en el momento en que se descubre algo tan importante como lo de Palenque y ya estoy en imprenta me es imposible. La planeación del comité científico editorial no lo permite, porque se hace para un año con los contenidos a tratar y los autores posibles. Tenemos unas páginas de noticias que registran, en la medida de lo posible, ese aspecto noticioso de los hallazgos.
-ƑCómo se ha modificado el imaginario de lo arqueológico en estos seis años?
-Entre más se adentra uno en el imaginario arqueológico, como usted lo llama, más universos se abren en cuanto tema. No soy arqueóloga, sino historiadora. Partimos de una definición más convencional de que la arqueología incluye sitios y regiones.
''Esa primera puerta se abre y ya son sitios, regiones, culturas, muchas de las cuales desconocemos. Y al plantear el aspecto de cultura todas las preguntas se hacen pertinentes, desde qué comían, dónde vivían, cómo enterraban a sus muertos, con quiénes se relacionaban. Tan sólo esas preguntas primigenias son tema para esta publicación.''
-ƑQué planes tienen para el contenido de próximos números?
-Nos interesaría incorporar planteamientos de otros países, hacer las comparaciones para entendernos mejor. El número dedicado a los códices prehispánicos fue uno de los de mayor aceptación de acuerdo con nuestras cifras de primeras ventas, que son las más indicativas. Ahora, vamos para los códices coloniales.
-Ahí se rompe el cerco que lleva el nombre de la revista...
-Por medio de la historia pasada, en Arqueología Mexicana abordamos otros periodos históricos, como pueden ser el siglo XIX y el actual, sobre todo con la temática indígena. En el número de códices coloniales que se prepara, ciertamente, en apariencia no es la temática de arqueología mexicana por época, pero para el lector es importante completar esa información sobre códices.
''Preparamos un número sobre la muerte que saldrá casi a finales de año, en el que se aborda ese fenómeno y su culto desde distintos puntos de vista y épocas: una revisión a la Colonia y a la celebración actual. Ese tipo de tratamientos permiten, en Arqueología Mexicana, que sepamos que no es sólo presentar el pasado, sino cómo ese antecedente afecta la vida presente."