Con todo respeto para Galileo: "y, sin embargo, se mueve". El que sale del letargo es el dinosaurio tricolor, el Partido Revolucionario Institucional, cuya directiva nacional se atrevió a dar el paso hacia la democracia. Su elección de candidato presidencial será mediante una elección abierta y con voto secreto.
No se trata de ninguna manera de una elección similar a las constitucionales. Más bien se trata de unas votaciones parecidas a las preliminares de los partidos de Estados Unidos, aunque en este caso no habrá delegados que vayan a una convención nacional, sino que los votos se contarán por cada uno de los 300 distritos federales en que está dividido el país para fines electorales. Quien gane la mayor parte de los distritos será el vencedor.
De cualquier forma, es un gran avance respecto del método anterior, unipersonal y autoritario, pues como lo han revelado los ex presidentes de la República, es una decisión que se tomaba a solas, así fuera producto de reales o inventadas consultas al resto de las fuerzas de la sociedad. Logros importantes del presidente Ernesto Zedillo y del dirigente nacional del tricolor, José Antonio González Fernández, quienes superaron el escepticismo de sus compañeros de partido.
Afuera, risas burlonas
La seguridad de los priístas de primera línea no fue compartida fuera de su partido. Lejos de ello, la oposición aprovechó el momento para lanzar nuevas críticas o para recordar viejos agravios.
En este último caso se colocó el dirigente nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, quien dijo que un aparente cambio democrático no puede borrar 70 años de antidemocracia.
Pablo Gómez dijo que con estos aparentes cambios los priístas lo único que buscan es llamar la atención de los electores.
El senador Alberto Anaya, dirigente del PT, habló de que "los dados están cargados" y que a final de cuentas se impondrá la voluntad presidencial.
Tal vez porque se anticipaba esta clase de comentarios adversos, el liderazgo real y formal del tricolor procuró colocar al frente del proceso de elección interna a una figura de gran prestigio personal, a quien nadie puede acusar de someterse a voluntades ajenas. Ese notable es el ex secretario de Gobernación Fernando Gutiérrez Barrios, cuya verticalidad le ha valido el reconocimiento incluso de quienes han luchado contra el régimen o de personajes históricos como Fidel Castro, el presidente de Cuba.
Por cierto, a pesar de su larga trayectoria en la función pública, que incluyó el gobierno de Veracruz y la titularidad de la desaparecida y eficiente Dirección Federal de Seguridad, esta es la primera misión partidista de primer nivel que desempeña Gutiérrez Barrios, mejor conocido por el respetuoso término de don Fernando, o simplemente don Fer.
La comisión encabezada por don Fernando será la encargada de conducir el proceso que culminará el 20 de noviembre, cuando rinda protesta el encargado de impedir que se cumplan los pronósticos de que "ahora sí" perderá el PRI.
Por lo pronto, los seis prospectos más mencionados son Manuel Bartlett Díaz, Francisco Labastida Ochoa, Roberto Madrazo Pintado, Esteban Moctezuma Barragán, Humberto Roque Villanueva y Miguel Alemán Velasco.
Las apuestas están abiertas.