n Kaminski expondrá Danzas macabras en el MAM


En el corazón del verdadero artista siempre hay duda

n El pintor alemán realizará una obra con Aceves Navarro y Sebastián

Merry Mac Masters n Durante su estancia aquí el pintor alemán Max Kaminski (Königsberg, 1938) realizará una obra al alimón con sus colegas mexicanos, el también pintor Gilberto Aceves Navarro y el escultor Sebastián. Será su primer intento de trabajar de esta manera. Además, le gustaría regresar el año entrante a pasar cinco meses pintando.

Aunque esta es la primera vez que Kaminski expone en México (Museo de Arte Moderno), el artista guarda recuerdos muy gratos no nada más de este país sino de toda Latinoamérica, ya que en 1960 interrumpió sus estudios en la Escuela Superior de Artes Plásticas, de Berlín, para viajar por la región acompañado de un amigo. En México pasó unos meses.

Para el entrevistado ese periplo, que ahora parece un ''sueño", constituyó una de las mejores épocas de su vida, una especie de ''educación sentimental" porque, aparte de aprender a vivir con poco dinero, incluso a cazar (andaban acampando), aprendió español y otra manera de pensar. El viaje, reitera, ''cambió mi vida y mi manera de percibir las cosas". No obstante, regresó a Berlín a terminar cinco años de estudios.

Si a primera vista la obra de Kaminski parece tener ciertos rasgos expresionistas, en realidad le molesta mucho que se le clasifique de tal manera.

Es ''demasiado fácil" decir Alemania, šah, expresionismo!, Francia, šah, impresionismo!, México, šah, muralismo! Apunta que llega a trabajar hasta seis meses en un solo cuadro porque hay que tenerle ''paciencia" a una pintura, ''igual que a un niño". Entonces, hay que dejarla descansar para después retomarla.

Además Kaminski ''destruye" mucho, incluso cuando se trata de algo ''bien hecho", porque a veces esta pequeña parte sólo impide que el artista pueda ver la totalidad del cuadro. ''No se puede encontrar formas nuevas si no se destruyen las viejas", acota.

La verdad es que ni el propio artista encuentra realmente cómo clasificar su producción. En su vida personal no se siente ''aislado", pero en su pintura sí. Está al margen de las grandes corrientes porque no produce obra para obedecer a una ''moda".

A pesar de no estar ''obsesionado" con la muerte, ésta suele estar presente en sus cuadros. Aquí cita al escritor francés Montaigne, quien dijo:

''Puedes hacer lo que quieras, pero la muerte siempre está a tú lado."

Esta libertad que siente para reflexionar sobre la muerte de alguna manera emparenta su obra con México. Dice que el año pasado vino al país para ver los detalles de su muestra del MAM y aprovechó la ocasión para visitar la casa de Frida Kahlo en Coyoacán. El resultado fue un cuadro en el que aparece una figura del tipo de los ''Judas" que, en realidad, encajaría bien en cualquiera de sus obras. No por nada, entonces, la exposición se denomina Danzas macabras, nombre de una serie suya que se remonta a mediados de los años ochenta.

Trabajar para inspirarse

Para Kaminski el artista siempre está a la búsqueda de nuevas ideas y por eso un verdadero pintor nunca está contento. ''Uno tiene la idea de una pintura divina que no puede alcanzar", asegura. No obstante, insiste en ir detrás de la perfección. Aquí el citado es el escritor alemán Goethe, quien a los 82 años sólo pudo acordarse de dos semanas en toda su vida en que se había sentido feliz.

El entrevistado afirma que la única inspiración es el trabajo mismo. ''Si uno no trabaja, no llega la inspiración. Entonces, un pintor feliz no es un artista; tal vez sea un productor. En el corazón del verdadero artista siempre hay duda'', afirma.

La pintura de Kaminski es narrativa y está muy involucrada con su propia vida. Nada más que no le gusta mostrar las historias directamente, sino que trata de encontrar la manera de meterla en la forma. Alguna vez utilizó el nombre Ubu rey para una serie. Fue cosa de la casualidad. Se acordó que había leído el libro en la escuela, entonces, lo buscó, lo volvió a leer y llegó a la conclusión que su vida tenía mucho en común.

Para el artista una buena pintura ofrece ''respuestas" a muchas personas, sin embargo dice que siempre pinta para sí mismo primero. Por otro lado, apunta que no le gusta el trabajo fácil, y aunque un buen profesional debería poder hacer ''todo", hay que escoger la mejor manera de registrar las buenas imágenes.

Hombre que actualmente reparte su tiempo entre Alemania y Francia, de hecho su pueblo natal quedó en territorio ruso, también imparte clases en la Academia de Bellas Artes de Karlsruhe, al sur de Alemania. Al respecto comenta: ''Amo el arte, pero los estudiantes tienen que aprender a amarlo también. El éxito no tiene nada que ver porque no significa que la obra valga la pena". En opinión de Kaminski, el artista debe conocer la historia de su profesión y, por tanto, visitar los museos es de primera importancia, algo que él siempre hace cuando llega a una ciudad nueva.

(Max Kaminski. Danzas macabras, 55 óleos sobre tela, será inaugurada el próximo jueves, a las 20 horas, en el Museo de Arte Moderno.)