ƑCómo recibirán los mexicocalifornianos al presidente de México?

Jesús Martínez Saldaña*

El presidente Ernesto Zedillo visitará California entre el 18 y el 21 de mayo. Será la primera que realiza el Ejecutivo federal desde que arribó el demócrata Gray Davis a la gubernatura, y se espera una relación más cálida que durante los ocho años que la próspera entidad estadunidense estuvo bajo el mando del infame Pete Wilson.

Sin embargo, y a pesar de lo mucho o poco que se logre para mejorar las relaciones políticas y comerciales entre México y California, lo más importante del viaje será la relación que se establezca entre el presidente Zedillo y los migrantes radicados ahí de manera temporal o permanente.

Desde hace décadas, California es el destino principal de nuestros migrantes. La comunidad mexicana sigue siendo una minoría con un nivel de vida y representación electoral por debajo del promedio estatal. Sin embargo, si se le compara con otros estados, ésta goza de mejores oportunidades económicas, una impresionante presencia demográfica y un ascendente poder político. Por lo tanto, es inevitable la pregunta: Ƒcómo recibirán los mexicocalifornianos a Zedillo?

Aparte de la predecible recepción en actos orquestados por los consulados, las probables reacciones del resto de los mexicanos se pueden dividir en tres categorías.

Posiblemente para la gran mayoría de migrantes mexicanos, la reacción más natural será la indiferencia. Esta visita no les beneficiará de manera directa o indirecta, pues los logros de los millones de mujeres y hombres que cruzan la frontera internacional para trabajar en Estados Unidos suelen ser resultado del esfuerzo propio y de la ayuda de familiares, paisanos, sindicatos, ONG, y programas gubernamentales estadunidenses, creados como respuesta a los movimientos de derechos civiles. En este renglón, el gobierno mexicano, particularmente durante el sexenio zedillista, ha tenido una nula presencia. Los migrantes no le deben su prosperidad al gobierno mexicano.

El repudio al primer mandatario será la respuesta de un número considerable de mexicocalifornianos, específicamente de aquellos con tradición de lucha en favor de los derechos de los migrantes, ya sea en contra de iniciativas discriminatorias, como la Proposición 187, o en favor del voto de los mexicanos en el extranjero. Los activistas migrantes tienen una fuerte presencia en todo el estado y su peso político suele exceder sus raquíticos recursos económicos. La reciente intensificación de la lucha en favor del voto de los migrantes ha rencauzado la atención hacia la transición política en México y las políticas migratorias del gobierno mexicano. Los ataques del gobierno zedillista en contra del voto migrante, la absurda criminalización de los propietarios de autos chocolates, y los interminables abusos que sufren los migrantes al retornar a territorio nacional acrecientan el malestar hacia las políticas zedillistas, además de que este mandatario no es percibido como defensor de los migrantes mexicanos.

En este grupo de inconformes y oposiciones se incluyen activistas del movimiento obrero, el cual cuenta ya con muchos dirigentes migrantes que se han forjado en el contexto de la lucha en contra del Tratado de Libre Comercio. La experiencia les ha permitido establecer relaciones con sindicatos mexicanos independientes. Los sindicalistas tienen mucho peso en el Partido Demócrata y en algunas regiones, como el Silicon Valley, representan el principal pilar partidista. Sobra decir que los sindicalistas migrantes no ven con buenos ojos la política laboral zedillista ni la represión de trabajadores en las maquiladoras.

También podemos incluir entre los inconformes a los nuevos actores que surgieron a raíz de la rebelión en Chiapas: los simpatizantes zapatistas que se caracterizan por su creatividad y efectividad en la utilización de los medios de comunicación. Entre ellos hay una gran molestia por la falta de respuesta oficial a las causas de la insurgencia, el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés y por las expulsiones de observadores extranjeros. Las alianzas que han establecido con iglesias, ONG, universidades y muchos otros grupos solidarios permiten hacerle saber a amplios sectores sociales que la migra mexicana con el gobierno de Zedillo es igual o peor que la estadunidense. De hacer referencias a la Proposición 187, el presidente mexicano será exhibido como un gobernante hipócrita. Los opositores ya tienen programadas manifestaciones en las distintas ciudades que serán por el mandatario mexicano.

Finalmente, también hay migrantes mexicanos que apoyarán al Presidente por cuestiones ideológicas, intereses económicos, afinidad partidista, etcétera. Seguramente también habrá brazos abiertos y aplausos en los actos organizados por los consulados, en los cuales el corporativismo, inicialmente trasplantado por el salinismo por medio de programas clientelares como Solidaridad Internacional, servirá para rendirle culto extraterritorial al egresado de Yale.

Durante el sexenio salinista la Secretaría de Relaciones Exteriores y los consulados se convirtieron en activos promotores del PRI, realizando trabajo organizativo con clubes oriundos para contrarrestar el creciente apoyo de los migrantes al PRD y al PAN. También se establecieron relaciones institucionales con cientos de organizaciones, a las cuales se proporcionaban fondos para proyectos de obras públicas en las comunidades de origen y otras actividades. A pesar de las sumas invertidas, el control oficial nunca ha sido seguro. La prueba más clara ocurrió en 1998 con los clubes zacatecanos, cuando surgió el fenómeno monrealista, que encontró mucho respaldo en California.

La lucha por el voto de los mexicanos en el extranjero se ha convertido en un tema que de nuevo ha tensado la relación entre las organizaciones migrantes y el gobierno mexicano.

Ahora que los partidos de oposición en la Cámara de Diputados han aprobado las reformas electorales para hacerlo posible en el 2000. El PRI, a su vez, insiste en que las rechazará en el Senado, Ƒcuántos migrantes más se distanciarán del gobierno zedillista y del PRI?

Los migrantes que simpatizan con la oposición no se abstendrán de participar en los procesos políticos mexicanos, si su derecho al voto es bloqueado de nuevo por el PRI. Ya han aprendido a crear un movimiento transnacional en favor de los derechos de los migrantes y no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados de aquí al 2006, o cuando el PRI se declare en favor del voto extraterritorial.

En cambio, si Zedillo no se manifiesta a favor del voto extraterritorial, Ƒcuántos migrantes que hoy simpatizan con el PRI quedarán para defender el gobierno y participar activamente a favor del partido de Estado en las elecciones del 2000 y el 2006?

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* Miembro de la Coalición de Mexicanos en el Exterior. Nuestro Voto en el 2000

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