n Los paristas, sin autoridad para pedir la renuncia del rector, afirma
Deplora Barnés los secuestros, ''si es que ocurrieron''
Claudia Herrera Beltrán n El rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, deploró ayer los secuestros de activistas estudiantiles promotores de la huelga ų''si es que han ocurrido''ų y dijo estar dispuesto a utilizar todo el peso moral de la máxima casa de estudios en donde haya que hacerlo para evitar que estos hechos ocurran.
Horas después de que el Consejo General de Huelga le pusiera un ultimátum en el sentido de desconocerlo como interlocutor si no atendía sus demandas, respondió que con posturas radicales no puede haber diálogo constructivo, y advirtió a los que piden su destitución: ''Los estudiantes paristas no son los que designaron al rector y tampoco son los que tienen autoridad para pedir su renuncia''.
Entrevistado en la Casa Lamm, donde acudió con la plana mayor del sector educativo y universitario a firmar acuerdos de colaboración con universidades de Canadá, el rector señaló que las partes pueden buscar un interlocutor de su confianza, pero es mejor que los universitarios demuestren a la sociedad que son capaces de resolver los problemas entre ellos.
Al día siguiente de que las cinco fracciones parlamentarias en la Cámara de Diputados se comprometieran a respetar la autonomía universitaria e hicieran un llamado al diálogo, Barnés se congratuló y dijo que ojalá eso hubiera ocurrido al principio del conflicto. ''Es lo más sano para la educación del país y para la vida política democrática'', aseguró.
Interrogado sobre si está dispuesto a derogar el reglamento que incrementa las cuotas de colegiatura para poner fin al conflicto, señaló que ha repetido en varias ocasiones que ninguna normatividad es definitiva y que puede ser modificada o mejorada; sin embargo, insistió en que los estudiantes que cuentan con recursos deben aportar a su educación.
Barnés precisó que de acuerdo con la consulta que promueve la rectoría en la comunidad universitaria, la mayoría está de acuerdo en que ningún estudiante sin recursos económicos se quede sin educación, y que aquellos que están en posibilidad de aportar una cantidad pequeña para que mejoren los servicios de la Universidad Nacional, lo hagan.
Para el rector, el fondo del conflicto es cómo conciliar estos dos aspectos, ''pues no vemos ningún problema en el fondo y es curiosamente en la forma en donde nos hemos enfrentado a una situación que se complica por razones de muy diversa índole''.
La reglamentación, añadió, podría dejar plasmado el compromiso de la universidad al demandar que el Estado le asigne el financiamiento adecuado y asegurar que los ingresos adicionales ųentre ellos los de las cuotasų no sean pretexto para que el gobierno se desentienda de su compromiso con la institución.
Insistió en que no acepta un diálogo público, como lo proponen los estudiantes paristas, y señaló que si los mismos alumnos impiden que los periodistas estén presentes en sus asambleas para poder discutir con más libertad, con mayor razón en un diálogo entre autoridades y alumnos.
''Estamos dispuestos a ofrecer un diálogo abierto y resolutivo, y tendrá que ser público en la medida en que vayamos informando los acuerdos a que se llegue... lo que no podemos hacer es llegar a un diálogo donde cada una de las palabras que se dicen estén siendo difundidas a nivel nacional, porque entonces no se habla para tratar de entender y convencer al interlocutor, sino para el público que nos escucha afuera'', explicó.
Poco antes de firmar los acuerdos con autoridades de universidades canadienses, a Barnés se le preguntó a qué atribuye los secuestros de los activistas estudiantiles Rodrigo Figueroa, Juan Carlos Zárate y Héctor Pulido. ''Pregúnteselo a ellos'', respondió, y dijo después que las autoridades universitarias no tienen información alguna al respecto. ''Los deploramos si es que han ocurrido. Deploramos cualquier acción que vaya más allá del diálogo y del respeto entre universitarios... Estamos en la mejor disposición de utilizar todo el peso de la universidad, en donde haya que hacerlo'', advirtió.
A propósito de este tema, Nuria Fernández, suprocuradora social del Distrito Federal ųquien se encontraba en el lugarų, encaró al rector y lo acusó de no defender a los universitarios en un país donde ''hemos vivido Aguas Blancas y Acteal''.
Cuando la mayoría de los funcionarios se habían ido y sólo Barnés y su hermana Dorotea se encontraban en los jardines de ese edificio de la colonia Roma, la perredista señaló que la del rector debe ser una voz universal. ''Una cosa es que haya huelga y que se impidan las labores, podemos estar o no de acuerdo, pero otra cosa es que llegue a haber amenazas que pongan en riesgo la vida de la gente. Ojalá el rector pueda hacer algo''.
Barnés respondió: ''Lo tengo perfectamente claro''.
Molesta, Fernández insistió: ''Me parece muy triste que usted piense eso en un país donde hemos vivido Acteal y Aguas Blancas y tenemos, no según nosotros sino según la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, uno de los primeros lugares en violaciones de derechos humanos en el mundo''.
ųLo tengo perfectamente claro... ųrepetía el rector.
''Es de la mayor importancia que las voces que tienen poder, y la voz de usted tiene poder, defiendan a la gente que está siendo agredida...'', agregó la funcionaria.
ųLo único que le pido es que de igual manera salga a defender el derecho de todos los universitarios de ejercer libremente sus derechos, sin que exista violencia en contra suya ųconcluyó Barnés.