Astillero Ť Julio Hernández López
Famosas fueron aquellas películas de origen asiático en las que los reyes del karate, el kung fu u algún otro arte marcial esperaban con placidez a que decenas de sus enemigos se acercasen peligrosamente hasta ellos para, en el momento exacto, milímetros antes de ser tocados, saltar como tigres, y en una vertiginosa exhibición de maestría, exterminarlos en un abrir y cerrar de ojos, sin apenas despeinarse.
Famosos son también los reflejos y las habilidades de los niños y jóvenes modernos, educados en los videojuegos de Nintendo y Play Station, quienes saben reaccionar con increíble éxito ante los retos que les van apareciendo en las pantallas caseras. Claves, códigos, botones, palancas, usados con velocidad y tino mientras aparecen los dragones, los monstruos y los villanos de las historias cibernéticas de las que, por cierto, y dicho sea de paso, en la actualidad la más famosa y completa es Zelda, la ocarina del tiempo.
Pues bien, hoy la política mexicana y el interés nacional están esperando que salten los maestros de la defensa personal y los expertos en el manejo de la tecnología para que salven a este pobre país del ataque de los malosos, de la embestida de los dinosaurios, de la descompostura peligrosa de las claves de la estabilidad política y social.
La otra Falla de San Andrés
Porque, de pronto, en cuestión de horas, el sistema político mexicano está mostrando llamativas cuarteaduras, preocupantes movimientos telúricos, en una especie de Falla de San Andrés que hoy estaría cruzando el país, desde la Chiapas de Larráinzar hasta la California anfitriona de la visita del Presidente mexicano.
Veamos algunos de los graves fenómenos que hoy se están produciendo sin que aparezcan los tigres del kung fu o los genios del Nintendo 64:
¡Madrazo denuncia elección de Estado!
Mal hizo López Obrador con regresarse a su tierra natal para intentar la recomposición de un amplio movimiento opositor; la idea le ha sido ganada, y con creces, por el nuevo mártir de la democracia, el prohombre del cambio, Roberto Madrazo, quien expresó ayer su gran preocupación de que el sistema, para imponer a Francisco Labastida Ochoa como candidato presidencial, recurra a ¡una elección de Estado!
¿Habránse oído alguna otra vez tales palabras en boca tan impropia? ¡Madrazo quejándose de una elección de Estado, cuando él ha sido el principal ejecutor de esa estrategia primero para llegar a gobernador y después para apabullar a los perredistas!
Pero el tabasqueño ha agregado, por si hiciese falta, que la cargada en favor de Labastida ``empaña'' la posibilidad de un proceso democrático en el PRI. Y, luego, denunció que el banquero Carlos Abedrop recibió ``llamadas intimidatorias'' para hacerlo renunciar al cargo directivo que tenía en la Fundación Carlos A. Madrazo que presuntamente estaría pagando algunos de los promocionales televisivos de don Roberto.
La pifia de suspender los anuncios de televisión
Y aún hay más, como diría aquel otro prócer llamado Raúl Velasco, pues en aquella entidad se ha pretendido iniciar otro movimiento de rebelión contra el zedillismo, ahora mediante un acuerdo del Congreso tabasqueño, que estaría instruyendo al gobernador para que reanude su campaña de anuncios por televisión, pues, al decir de la mayoría priísta, así se promueve no la candidatura de Madrazo sino el desarrollo económico del estado.
El tamaño del reto planteado por Madrazo a Zedillo corresponde a la dimensión de un peligro en el que tarde ha reparado el tabasqueño: al aceptar la suspensión de sus promocionales por televisión, para estar en condiciones de contender en la elección interna priísta, Roberto está reconociendo que el fin de los cuestionados anuncios era, efectivamente, la promoción personal con objetivos partidistas y no la promoción del estado. De no haber tenido ese tinte proselitista, Madrazo no debería haber suspendido actos de legítimo interés gubernamental en aras de eventualidades de índole partidista.
La confesión es grave, y por ello, en un respingo extemporáneo, Madrazo pretende escudarse en sus diputados locales para reanudar los impugnados comerciales.
La amenaza
Y bien, frente a este descompuesto platillo de pejelagarto, la respuesta de Pepe Toño (que no habla por sí, sino por su jefe) ha sido amenazadora: si Roberto reanuda sus anuncios por televisión no tendrá derecho a inscribirse en la contienda interna priísta, pues las reglas para participar son muy claras, y si Madrazo ya había aceptado suspender su campaña de medios fue porque reconoció que era una táctica publicitaria personal.
Bartlett: ¡Duro, duro!...
Y en Jalapa, la capital del estado que Miguel Alemán pretendía dejar para brincar a Los Pinos, Manuel Bartlett se lanzó duro contra Francisco Labastida y Emilio Gamboa, y también contra Esteban Moctezuma.
Fuese una maniobra pensada para contrarrestar la sensación de que es un disidente tolerado (cuya función sería la de aparentar extremismos y restarle reflectores a Madrazo), o fuese por un auténtico arrebato de amor propio difícilmente explicable en un hombre del sistema con tantos compromisos, pero lo cierto es que el ex gobernador poblano se puso los guantes y comenzó a hacer algo más que asaltos de sombra.
Dijo don Manuel que Labastida Ochoa y Emilio Gamboa Patrón están manipulando desde Gobernación la cargada en favor del sinaloense, ``como en los mejores tiempos de aquellos tiempos que queremos dejar atrás''.
Y le jaló el tapete a Labastida en cuanto a sus mecanismos de financiamiento de campaña, pues aseguró que los empresarios poblanos que presuntamente habrían ofrecido dos millones de dólares al sinaloense son ``cuatro gatos'' que forman parte ``de la extrema derecha poblana'', ``personajes siniestros que no dan el saludo, sino que van a ver qué le sacan''.
El joven búfalo
De paso, Bartlett dijo que Moctezuma era un ``joven búfalo'' a partir de la ``declaración de amor'' que le había dedicado a Labastida para, sin citarlo, manifestarle apoyo. Ya desatado, el poblano (de origen tabasqueño) le advirtió al joven búfalo que si desvía recursos de la Sedeso para la precampaña de su favorito, él, Manuel Bartlett, lo demandaría legalmente.
El espontáneo Fidel
Allá mismo, en Jalapa también, el diputado federal y líder estatal priísta, Fidel Herrera, dijo con toda tranquilidad, sin sonrojos, que el destape fallido de Miguel Alemán, que a él le correspondió hacer semanas atrás, fue en realidad ``una expresión espontánea'', un sentir que ``no podía quedar exento de ser manifestado''.
Todo mundo alebrestado, los patos tirándole a las escopetas (aunque, a estas alturas ¿cuáles son los patos y cuáles las escopetas?), desorden, descompostura, revoltijo y confusión mientras la Falla de San Andrés sigue generando estremecimientos desde Chiapas hasta California, pasando por la UNAM y puntos intermedios.
Está bien, no hay cintas negras ni expertos en videojuegos, pero entonces no queda sino preguntarnos junto con el Chapulín Colorado, ¿y ahora, quién podrá salvarnos?
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