n El libro contiene material gráfico de cinco etnias


Camaristas, fotógrafos mayas de Chiapas, una visión comunitaria

n Los indios no temen a la tecnología con tal de preservar su cultura

Merry Mac Masters n ''Mi mayor deseo al tomar fotos de la vida en Chiapas es que muchas personas conozcan de nosotros, de las diferentes culturas que integran el estado. A través de las fotos damos a conocer la vida, la cultura y las costumbres de Chiapas y muchas personas podrán deleitar su vista en nuestra diferente manera de vivir", escribe la indígena chol Refugio Guzmán Pérez.

Por su parte la tzotzil Maruch Sántiz Gómez, integrante del Archivo Fotográfico Indígena del CIESAS Sureste, dice: ''Es muy importante que tomen fotos los indígenas de nuestras propias culturas, para que vayan así conociendo a los otros indígenas de México y en otros países. De esta forma seguiremos preservando y manifestando nuestras culturas tradicionales y difundirlas, para que las futuras generaciones puedan aprender y recordar".

Ambas participan con imágenes en el libro de reciente aparición, Camaristas, fotógrafos mayas de Chiapas (CIESAS, 1998), cuya publicación fue posible gracias al patrocinio de la Fundación Ford y estuvo bajo la coordinación general de Carlota Duarte.

En 1992 Duarte comenzó el proyecto fotográfico Chiapas como un programa educativo para el pueblo indígena de los altos de esa entidad. Su intención consiste en ''permitir que los indígenas tuvieran acceso a las herramientas y materiales fotográficos, así como estimular el uso de la fotografía para sus propios fines". También quería que se sintieran ''libres" de elegir sus propios temas y que tomaran fotografías conforme a su particular manera de ver.

El alcance del proyecto se amplió al crearse el Archivo Fotográfico Indígena del CIESAS Sureste, dirigido por Duarte, y cuyo personal brinda estímulos a grupos e individuos para usar la fotografía. Así, el archivo capacita a los fotógrafos indígenas, estimula la preservación y promoción de su trabajo artístico personal al tiempo que alienta la documentación etnográfica. Para Duarte, con el tiempo el archivo llegará a albergar no sólo trabajo fotográfico realizado por los indígenas, sino también por los investigadores y reporteros gráficos que han laborado en la región. ''Creemos -escribe- que es importante conservar estas imágenes en Chiapas para el uso de los indígenas, para presentes y futuras investigaciones sobre la región y para el uso del público en general".

Las fotografías del libro han sido seleccionadas a partir del material de cinco grupos étnicos mayas con los que el archivo trabaja actualmente: chol, tzotzil, tzeltal, mam y tojolabal. El material gráfico se distribuye en seis secciones: Nuestro mundo, La gente y la comida, El mercado, La gente y sus animales, El trabajo y las cosas y Las fiestas.

Los títulos han sido traducidos a las cinco lenguas mayas así como el inglés. La mayoría de las fotos son a colores, aunque también hay en blanco y negro. Si no aparecen firmadas es con el fin de dar una imagen comunitaria. Hablamos de un total de 90 fotógrafos.

Apropiarse de la realidad

Para Patricia Gola no deja de resultar extraña la relación entre el indígena y la fotografía. Bajo el nombre de ''Camaristas de ojos milenarios", escribe: ''Condenados a un mundo de atraso tecnológico, pero sobre todo de comodidades escasas, los indígenas han sido históricamente simples modelos pasivos de la cámara fotográfica". Recomienda, no obstante, ''acostumbrarnos" a estas imágenes en las que indígenas de diferentes etnias, costumbres y tradiciones captan, cámara en mano, una realidad cercana y al hacerlo se la apropian, permitiéndonos por un momento mirar por medio de sus ojos. Acota que el nombre ''camaristas" se originó entre un grupo de mujeres tzotziles.

A su vez Gabriela Vargas Cetina, coordinadora académica del archivo, reitera que Chiapas atraviesa por momentos de gran tensión política y social. Sin embargo, en un contexto en el que la militarización y la violencia son una ''constante", los fotógrafos indígenas nos muestran el lado amable de sus vidas. Agrega que ''a pesar de las dificultades de tránsito existentes en Chiapas y del miedo a la violencia política, estas personas siguen tomando fotografías y han venido al archivo a trabajar con nuestros fotógrafos residentes. En este sentido, su voluntad de captar y dejar registro con la cámara es tan elocuente como las fotografías mismas".

Por su parte Robert M. Laughlin, coordinador literario de Sna Jtz'ibajom y curador del Instituto Smithsoniano, escribe que para preservar y fortalecer su cultura, los mayas no temen adoptar las nuevas tecnologías: computadoras, grabadoras, televisión, video y cámaras fijas.

(Camaristas, fotógrafos mayas de Chiapas será presentado por Carlota Duarte, Emiliano Guzmán Meza, Xunka' Juana López Díaz y Patricia Mendoza, como moderadora, hoy, a las 19:30 horas, en el Centro de la Imagen, Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico.)