n Multitudinaria marcha de estudiantes, maestros y trabajadores
Miles exigen más presupuesto para la educación
Alma E. Muñoz y Claudia Herrera Beltrán n Decenas de miles de maestros disidentes y estudiantes de la UNAM marcharon por primera vez unidos, y emplazaron al presidente Ernesto Zedillo a encontrar solución pronta a las demandas de gratuidad para el sector universitario y mayor presupuesto para la educación. Al final, la solidaridad entre los manifestantes se rompió cuando no pudieron integrar una comisión conjunta para entablar un acercamiento con la Presidencia de la República.
La marcha del Zócalo capitalino a las inmediaciones de la residencia oficial de Los Pinos no logró dar el primer paso para conformar un frente amplio de lucha entre ambos sectores y tuvo como saldo a tres presuntos estudiantes detenidos por portación de armas.
Inicialmente se esperaba que el Consejo General de Huelga encabezara la manifestación, pero los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se impusieron y fueron quienes finalmente quedaron frente a la marcha.
Ayer por la tarde, profesores y alumnos caminaron juntos a lo largo de Paseo de la Reforma y lograron congregar a decenas de miles de personas (según cálculos de los estudiantes más de 100 mil y de Seguridad Pública, 30 mil). Iban con ellos sindicatos universitarios, representantes del Politécnico, la UAM, la UPN y normalistas rurales. Mientras la descubierta se encontraba en las inmediaciones del Circuito Interior, la retaguardia estaba a la altura de la Alameda Central, lo que provocó un caos vial durante varias horas.
Fueron los estudiantes quienes dieron un ambiente festivo a la protesta con muñecos ironizando al rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro; al presidente Ernesto Zedillo, e incluso al mandatario estadunidense, Bill Clinton, y acompañaron sus consignas al ritmo de batucada.
El primer obstáculo para los manifestantes una valla de granaderos en las inmediaciones de Los Pinos para entregar sus respectivos pliegos petitorios. Posteriormente, la determinación de la CNTE para negociar el acceso de seis de sus representantes, sin considerar a ningún parista, y poder entablar un diálogo con la Dirección de Atención Ciudadana de la Presidencia de la República. Al final no entregaron su documento pues consideraron que los atendió un "funcionario menor" y por el hecho de que las pláticas se dieran en la vía pública en medio de los elementos de seguridad.
Mientras, algunos miembros del CGH pedían a granaderos que les permitieran traspasar la valla, los maestros se brincaron por un extremo de la misma ya con el acuerdo de un funcionario de la oficina citada. Esto provocó que los paristas se retiraran del lugar y dejaran solos a los docentes. Antes, entre los mismos estudiantes surgieron altercados porque no llegaron a su destino.
En el trayecto de la marcha se dio la aprehensión de los tres presuntos estudiantes. El primero por elementos de la patrulla femenil 15001, frente a la embajada de Estados Unidos, a quien supuestamente le encontraron un arma de fuego. Posteriormente, a la altura de la Secretaría de Turismo, en Presidente Mazaryk, ocurrió la detención de otros dos jóvenes a bordo de un automóvil Altima placas 279 JUF. La policía informó que uno de ellos responde al nombre de Fernando Beteta y contaba con una credencial de la Escuela Nacional Preparatoria. A él le decomisaron dos armas nueve milímetros y al segundo -del cual se desconocen datos- una metralleta.
Hubo tensión entre los alumnos de la UNAM y representantes de los medios de comunicación. El fotógrafo del periódico Unomásuno Alberto Carrillo fue rodeado por estudiantes en su afán de llegar hasta la descubierta en la avenida Chivatito y a empujones lo hicieron retroceder.
En su discurso, durante un mitin, los universitarios hablaron sobre los problemas del sector educativo y consideraron a Zedillo como el iniciador de una política tendiente a "desaparecer" a la universidad pública.
n Luchas comunes en tiempos prelectorales
Dos movimientos que no se cansan confluyeron en Los Pinos
Hermann Bellinghausen n Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación del SNTE, y los estudiantes de la UNAM, en huelga desde hace un mes, llegaron casi a las puertas de Los Pinos con sus reclamos. Por la educación pública, por el respeto a los derechos laborales del magisterio, y contra las cuotas y la privatización de la universidad.
''Bueno, qué. ƑNo se cansan?", decía en tono de reclamo un colega fotógrafo tratando de llevarles el trote a las decenas de miles de estudiantes a paso veloz.
Llegaron hasta las inmediaciones de Los Pinos los dos movimientos independientes más significativos, junto con la de los trabajadores electricistas, de la presente temporada prelectoral. En el fondo, luchan por lo mismo, aunque cada uno desde su lugar.
A punto de culminar el siglo, en México la educación, en todos sus niveles, es un asunto muy principal.
Vientos y ríos de gente
A eso de las 6 de la tarde se soltó un fuerte viento que en el Bosque de Chapultepec levantaba los papeles, hacía volar hojas secas de eucalipto, y la tierra devino tolvanera. Cerca de la residencia presidencial, los policías militares se bajaban sus cascos para cubrirse del polvo, y cientos de granaderos, policías montados y agentes de tránsito, pertrechados tras unas rejas de alambre y hierro, esperaban a los estudiantes y a los maestros -literalmente- tragando polvo.
Atrás del aire, por Paseo de la Reforma, venía la populosa manifestación de inconformes del sector educativo. Otra vez, ríos de gente. Aunque la manta descubierta era de la CNTE, la marcha la abría el inmenso contingente estudiantil de la UNAM, que cada vez está más fuerte, más bravo, más ingenioso, quizás no más numeroso, pero sí más torrencial.
De cara al sol poniente que se escondía en dirección a Cuajimalpa, los jóvenes universitarios, que caminan más aprisa, dejaban atrás a los maestros de la CNTE, que corren menos. No es lo mismo llegar por tierra de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, que aquí nada más de Atzcapotzalco o Iztacala. Además, la juventud se cansa menos.
"Somos estudiantes, de lo bueno, lo mejor", coreaban a buen trote los de Vallejo, mientras la Prepa 8 enarbolaba tamaña sabanota que permitía leer: "Porque no dejaremos que el futuro de los niños se vea amenazado por el presente, seguimos en lucha".
Dos mariposas en patines (aunque una decía ser hada, también parecía mariposa) agitaban sus alas de colores con gracia incomparable sobre el pavimento de Reforma, y los becarios de Universum, aunque favorecidos en el sistema universitario, gritando ser concientes, se adherían a la huelga.
El body paint gana adeptos semana con semana. Los colores rojo y negro predominan, pero se admiten muchos otros. Un grupo de estudiantes vestía ovelores militares y cascos, no verde olivo, pero casi. Protestaban por la militarización del país con el pecho desnudo y la cara pintada de huelga.
Tres títeres de trapo y cartón agitaban las manos: Bill Clinton, el presidente Zedillo y el rector Barnés, al que ya de fijo siempre representan de diablito, con barbas y cuernos.
"Por mi raza hablará el espíritu, que es el espíritu del pueblo", declamaba una manta horizontal, llevada por decenas de manos alrededor.
Los automovilistas, indignados o resignados, se bajaban de los carros para tan siquiera ver las calles inundadas de protesta. A la altura de la Diana cazadora, con cara de conocedor en la materia, un automovilista de corbata floja y camisa arremangada le informaba a otro, del mismo aspecto, a quien de seguro acababa de conocer: ''cada vez veo mas gente que se junta en estas marchas".
No hubo paso
Más atrás, de hecho en una segunda marcha, venían del Zócalo los trabajadores de la CNTE, a paso más andariego y gritando consignas y frases de "apoyo total a la huelga de la UNAM".
Previsor, un taquero pedaleaba con todo su puesto de carnitas, sesos, nana y suadero en bicicleta. También él iba a Los Pinos, a vender tacos para esa bola de inminentes hambrientos.
Según la policía capitalina, cuando la descubierta llegaba a Chapultepec, las organizaciones populares, atrás de la CNTE, apenas estaban llegando a la Alameda Central.
Sí, mucha gente
"Ya vamos llegando, Zedillo está temblando", se jactaban los estudiantes al doblar por Molino de Rey hacia Los Pinos. Una cuadra más adelante, un impresionante dispositivo policiaco, con escudos, cascos, garrotes, camiones y caballos habría de vedarles el paso.
Así, los estudiantes entraron en un rebalse y comenzaron a rondar en hilera La víbora de la mar, a la altura del jardín de la Tercera Edad. La valla de seguridad de los estudiantes tuvo un altercado con los fotógrafos. Y como la prensa y los huelguistas se traen pique, el jaloneo se calentó.
Los maestros de la CNTE ocuparon la calle por el lado del Auditorio Nacional, y las dos marchas quedaron separadas por un paso a desnivel como barranca, pero de un lado al otro se saludaban. El puente sobre Reforma a esa altura se llenó de gente.
En la barda del paso a desnivel se sentaron, los pies al aire, siete enmascarados con teas encendidas y gritando: "Ni un paso atrás". Seis máscaras eran de luchador, distintas entre sí. La séptima era un pasamontañas de estambre negro.
Más previsores, los maestros disidentes traían equipo de sonido y discursos preparados. A las 20 horas empezaron el mitin. Del lado estudiantil, la confrontación con los granaderos era indirecta.
Un grafitero escribió con spray sobre el pavimento, frente a la valla de alambre: "Y seremos millones. Sólo entonces no habrá vallas".
Enseguida se instaló una batucada a escasos dos metros de los granaderos y alambrada de por medio.
Un grupo de estudiantes, identificados como La Contracorriente de Derecho, insistían en pasar y llegar hasta Los Pinos. Querían enfrentar a los granaderos: eran unos 30, contra mil agentes.
La columna de seguridad estudiantil, no sin trabajos, logró imponer la cordura.
Una comisión de maestros logró pasar hacia la residencia de Los Pinos, no así los estudiantes que de cualquier manera no han definido si su interlocución será con el gobierno federal.
Había anochecido. Un helicóptero daba vueltas arrojando un halo de luz sobre los manifestantes, a escasos 500 metros de la residencia presidencial.
Los de la CNTE piden diálogo con el gobierno. Los estudiantes lo piden con las autoridades de la UNAM. Pero no les dan. El Consejo General de Huelga enfrentará hoy un momento crucial, previsiblemente difícil: Ƒexisten ya condiciones para iniciar un diálogo? Esta noche, en la prepa 2 se sabrá.