n La horas de Belén se presenta en un teatro alternativo
La furia de las mujeres marginadas, en voz de Jesusa Rodríguez, en NY
David Brooks, corresponsal, Nueva York, 22 de mayo n Con tres siglos de gritos arañados en sus muros, uno aprende a querer, a acariciar esas voces en la oscuridad, porque es a ti a quien están llamando, dice la canción sobre la oscuridad eterna en la cárcel abandonada de Belén, y con ella Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe dotan de furia a las voces de las mujeres marginadas en el drama musical que se realiza en uno de los principales foros del teatro de vanguardia de Nueva York.
Las cárceles sólo son un reflejo intensificado de las contradicciones y condiciones de sus sociedades, se afirma en la obra Las horas de Belén, de Rodríguez y Felipe en colaboración con el internacionalmente reconocido grupo teatral Mabou Mines, que se inauguró en Nueva York con funciones hasta fines de este mes.
La condición de la mujer encarcelada por la pobreza, por la miseria, por vivir las aventuras desafortunadas de la ciudad de México y, bueno, por ser mujer en México son los temas que se abordan en este drama musical por medio de la historia de las mujeres que vivieron en el Recogimiento de Belén.
La obra se presenta en el centro de artes PS 122, foro que tiene papel fundamental en la vida cultural "de punta" en esta capital artística. La colaboración con Mabou Mines marca una esfuerzo bicultural con uno de los grupos teatrales más destacados en Estados Unidos por sus 30 años de obra experimental. Las voces de Belén en México aterrizan en el East Village de Nueva York, contando historias que son compartidas por la diversidad mundial de mujeres que también viven en los belenes de esta ciudad.
Estallan textos, estallan canciones, estalla Jesusa con llantos, risas agrias trenzadas con la locura de vivir las horas de una mujer en el México (y en el mundo) de cada día, dentro (y fuera) de Belén, en esos (y nuestros) tiempos. El público sale golpeado, uno busca aire después del gancho al cuerpo, porque tal vez el intelecto reconoce el mensaje.
Las palabras ųen canciones, poemas cantados, en breves interrupciones verbales (de la actriz Mónica Dionne), en imágenes proyectadas o por medio de la extraordinaria cara de Jesusa (cada gran gesto acompañado con cientos de gestos miniaturas, precisos), y cuentan historias, momentos, traiciones, sufrimientos, humillaciones, de las mujeres que fueron "rescatadas" primero por el santuario fundado por la Iglesia católica en México, en 1683, y después encarceladas (casi en las mismas condiciones infrahumanas que antes), cuando el gobierno de México convirtió el lugar en una cárcel. Esos cuentos, esas historias no se quedan en los muros de aquel lugar que fue destruido, por fin, en 1935. Ni son de aquel tiempo. Se está contando el vivir de la mujer marginada fuera de Belén, entre los muros de México (o en cualquier lugar del mapa mundial)... y no el de ayer, sino el de hoy, el de todos nuestros días.
En este lugar maldito,
donde impera la tristeza,
no se castiga el delito,
Se castiga la pobreza.
Los versos los interpreta Liliana Felipe y ejecuta música compuesta por ella en un piano y otros instrumentos, inventando sonido que abraza, acuchilla, pitorrea, entristece, y marca las horas de los cuentos de Belén. Música con que empapa cada movimiento de Jesusa.
La producción bilingüe ųla letra de las canciones es proyectada en inglés al cantar Felipe, a veces acompañada por Jesusaų también incluye momentos de exclamación con un relámpago que avisa la llegada de un texto, un párrafo proyectado, que ofrece un tipo de guía entre las diferentes "horas" de Belén.
Estos flashes son adaptaciones de textos de Rosario Castellanos, Eduardo Galeano, Marcela Lagarde, José Gómez Huerta Uribe y Jonathan Kandell. Imágenes, elaboradas por Julie Archer, cubren diversas superficies, incluso en momentos a Jesusa, enmarcando la claustrofobia del sufrimiento. La dirección es de Ruth Maleczech. Mabou Mines, con quien se realizó este esfuerzo binacional, cumple 30 años como uno de los principales grupos de teatro experimental en Nueva York.
La obra fue presentada primero en la Ciudad de México el 2 de marzo.