En Chiapas y Quintana Roo, empresas indígenas y campesinas ofrecen opción de paseo racional


Ecoturismo: relájese antes de los destapes

Al final de está página le esperamos...

Fabrizio León Diez, enviado, Palenque, Chiapas n Una opción que nos cambiará la mirada superficial del paisaje y sumergirá en el descanso activo es el llamado ecoturismo.

Este verano puede ser el inicio de una "experiencia única con el medio ambiente", asegura Laura Matamoros, responsable del Campamento Botadero San Pastor, ubicado a orillas de la Laguna de Bacalar (aquella de los siete colores), a 30 kilómetros de la ciudad de Chetumal, en Quintana Roo.

Los paisajes más exóticos (Sna Ajaw o Agua Clara, a un lado las cascadas de Agua Azul, en Palenque), el rincón más retirado (Arareko, frente a una laguna en el corazón de la Sierra Tarahumara) o las playas a mar abierto donde las tortugas hacen sus nidos (Maruata, en las costas de Michoacán) son los paisajes que ofrece una serie de pequeñas empresas familiares, indígenas y campesinas, organizadas para hacer competencia a los grandes consorcios turísticos.

Ejidatarios y pequeños propietarios inician la aventura de promocionarse y dar una opción mucho más barata y enriquecedora para vacacionar y explotar "de manera racional", el uso de selva, ríos, playas y montañas.

Aquí dos ejemplos (para compartir, pues):

Sna Ajaw o Agua Clara

Ubicado a 40 kilómetros de la ciudad de Palenque, en medio de cascadas de inmenso flujo como lo son las de Agua Azul y Misol-ha, se ha instalado hace dos años un hotel administrado por la Sociedad Agua Clara en un terreno con más de 100 hectáreas, 27 de ellas en reserva ecológica y 99 en ejido. A 100 metros del albergue pasa el río Xumulha, haciendo un remanso de color turquesa que sólo se compara a los colores de sueños o a los que vemos en el comercial de la cerveza Corona, antes de las peleas de box o en el cine.

Son 105 los socios de este fideicomiso, todos de origen tzeltal y a quienes se les dio esta tierra en 1995, cuando el dueño Flavio Coutiño le vendió al gobierno, y éste a su vez dotó a los indígenas de la tierra, que ya habitaban.

Aquí viven 119 familias y en la casa del exfinquero se instalaron varios bungalows, baños y un restaurante en medio de una exuberante vegetación llena de sonidos raros y perspicaces. Monos, aves e insectos no dejan de hacer ruido, hasta que el cansancio nos consume en una noche por demás alucinante.

Con capacidad para albergar a 16 personas, pero con servicio de restaurante para 100, este premoderno hotel ofrece días y tardes inconmensurables. ƑCuánto cuesta eso? Sólo 130 pesos la habitación individual, 180 con cama doble y 230 con una cama kingsize; 20 pesos un desayuno, 40 la comida y 10 pesos la cerveza. Alquilan por 30 un kayac y por el mismo precio una hamaca para tumbarse y no saber más del ruido, ese sí grillesco, del trabajo y las cosas domésticas. A la chingada con todo eso. Por estos precios arriba expuestos, usted y su familia pueden acercarse a lo más primario del placer.

La cuestión es llegar. De la ciudad de Villahermosa hay que tomar la carretera hacia Palenque. En dos horas usted está en la zona arqueológica y de ahí se dirige rumbo a Ocosingo, antes de llegar a las cascadas de Agua Azul, a 30 minutos hay una desviación que dice Agua Clara; y ya llegó.

Es importante llevar automóvil para poder pasear y salir a otras zonas, pero si no, perfectamente puede apoltronarse una semana sin ni siquiera parpadear. No hay teléfono, ni televisión, ni entran las llamadas a celulares. No hay radio, pero los periódicos los consigue en Palenque, por si le hace falta un poco de esmog.

Sumergirse en las aguas turquesa del río o ir un día completo a las tumbas y palacios de Palenque, así como dejarse fajar por la corriente de las cascadas de Agua Azul, sería el equivalente a ganar una elección. Mejor aún. Por comer venado u oír las historias de los reyes mayas en voz de los arqueólogos o los guías frente al Templo de las Inscripciones, dejaríamos de pensar en tonterías y empezaríamos a contemplar en el cielo las constelaciones, como desde la torre del observatorio lo hacían todos los descendientes de Pacal Botán.

El contacto son Santiago Cruz y Jerónimo Guzmán, representantes de esta comunidad y administradores del hotel Sna Ajaw en el municipio Salto de Agua, Chiapas, en los teléfonos 01 934 50356 o 01 934 51 210.

Botadero San Pastor, Quintana Roo, Laguna de Bacalar

En un espacio de 10 hectáreas de selva, colocada en la rivera de la laguna de Bacalar, se ha instalado un centro ecoturístico con varias palapas donde se puede acampar y colaborar con un proyecto denominado Parque de Estudios, Prácticas e Investigación de Ecosistemas, sociedad de producción rural que mantienen 12 socios ejidatarios y que plantean una serie de filtros y "una experiencia única con la naturaleza", de manera racional con la selva, como una forma vacacional.

Con una capacidad de hospedaje para 60 personas, esta pequeña empresa no acepta a más de 25, para no perder de vista el equilibrio e impacto sobre este proyecto ecológicol. La personalización del descanso, diversión o exploración del medio ambiente, es el lema de los socios. Una política "directa de desarrollo sustentable", es lo que ofrecen los anfitriones, independientemente de lo que uno quiera hacer con eso están los recorridos en cayucos por los siete colores de la laguna, acampar y contribuir en las labores de la cocina y, otra vez, sumergirse en el azul o verde turquesa de las aguas de Bacalar.

ƑCuánto cuesta? Primero, ser parte de esta exclusiva red de anfitriones que gustan del cuidado racional de la selva, luego la disposición para ir a Chetumal y de ahí dirigirse al kilometro 29 de la carretera a Cancún, en la parada El Paraíso, en donde a 600 metros lo encuentra. La semana por persona cuesta en promedio 3 mil pesos, pero hay paquetes familiares o de parejas y estudiantes. Incluye comida. Se llama Botadero San Pastor, Quintana Roo. Los teléfonos en la ciudad de México: 52 95 0617 o en Chetumal 01 983 7 10 26 o el correo electrónico: [email protected]

El encuentro de las empresas

La primera semana de mayo se llevó a cabo, en la ciudad de Palenque, el primer encuentro de estas 21 empresas ecoturísticas organizadas y apoyadas por el Fondo Nacional de Apoyo para las Empresas Sociales (Fonaes), órgano desconcertado de la Secretaría de Desarrollo Social. Entre los problemas que allí se expusieron se encuentran la falta de promoción, comercialización y capacitación, así como la necesidad de rescatar las leyendas y la información histórica de los sitios, para el mejor servicio al turismo, y que esta vocación de empresa aproveche su patrimonio en función del mercado, y así comercialice el sueño de mejorar el nivel de vida y la construcción de un ambiente sano.

Los centros turísticos que se aglutinan en este esfuerzo están localizadas en ocho diferentes estados de la República, que son: Maruata 2000 e Isla Yunuén, en Michoacán; Escudo Jaguar, Ara Macao, Santo Domingo, Misol-ha, San José El Hueyate y Sna Ajaw, en Chiapas; Arareko, Hostal de Uruachi, Cueva de Leones y Paraíso Peñitas, en Chihuahua; Taselotzin, en Puebla; Santa María de los Cocos en Querétaro y Botadero San Pastor, en Quintana Roo.

Para informes de cada uno de los centros y reservaciones puede hablar al teléfono 5515 66 66 o informarse en la página de internet cuya dirección es www.fonaes.gob.mx

Pa'que se anime...