n El grupo interinstitucional presenta informe de sus investigaciones


Homicidio circunstancial o premeditado, nuevas hipótesis

Roberto Garduño n El grupo interinstitucional ųformado por la Procuraduría General de la República (PGR), el gobierno de Jalisco y el Episcopado mexicanoų que investiga los sucesos del 24 de mayo de 1993 en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara dio a conocer las dos nuevas hipótesis existentes sobre el caso: homicidio circunstancial derivado del caos y confusión generada por un enfrentamiento entre narcos; y, un homicidio premeditado, ideado para atentar contra el cardenal, "convocando a los dos grupos de narcotraficantes para provocar un enfrentamiento y, en medio de la confusión con un tercer grupo, dar muerte al señor Juan Jesús Posadas Ocampo".

De esas dos líneas la PGR y el gobierno de Jalisco concluyeron que la primera es la más apegada a lo sucedido en la terminal aérea, donde además fallecieron otras seis personas. Contrariamente a la hipótesis del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, quien insiste que se trató de un complot, José Luis Ramos Rivera, subprocurador de Coordinación General y Desarrollo, y Fernando Guzmán, secretario de Gobierno de Jalisco, descartaron pruebas aportadas por el arzobispo de Guadalajara.

En el Auditorio México de la procuraduría, ante decenas de periodistas que fueron impedidos de preguntar y sin el aval del cardenal Sandoval Iñiguez, la comisión tripartita ųque ayer fue bipartitaų desechó la existencia una carta enviada por Posadas Ocampo Juan Palo II donde exteriorizaba preocupación por laviolencia que existía en 1993 en Guadalajara..

Fernando Pérez Guzmán leyó el documento de ocho cuartillas, y recordó que es "legítima y comprensible" la insistencia de la jerarquía católica para dar con la verdad, es decir, que se declare la existencia de un complot y que se castigue a los responsables. El funcionario remitió la investigación a las verdades del fiscal que se sustenta basándose en pruebas "más allá de juicios de conciencia o morales".

Ayer se cumplieron seis años del homicidio del prelado. Jorge Carpizo Mcgregor, entonces procurador general de la República, señaló que el origen del homicidio fue la confusión. Ayer, también el Ministerio Público Federal (MPF) y el gobierno de Jalisco fortaleció esa hipótesis. En un listado de 20 puntos, la comisión investigadora del caso concluyó que el cardenal no tuvo relación con narcotraficantes.

De una serie de tesis y versiones que se han cruzado durante años, la actual comisión determinó también que Posadas Ocampo no llevaba consigo su portafolios a la hora del atentado, y tampoco era del conocimiento público la presencia del cardenal en el aeropuerto de Guadalajara aquel día.

En el documento se rechaza la hipótesis del fuego cruzado y que al momento de ocurrir la balacera el prelado se hubiese atravesado en su vehículo; además, "es jurídicamente insostenible la hipótesis de la confusión de la persona: el cardenal no podía ser confundido con el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, conocido como El Chapo Guzmán".

Hasta ahora, de los 53 tomos que integran la investigación del caso sólo restan cuatro líneas de investigación para concluir y determinar los móviles del homicidio y los responsables de éste. No obstante, de las 73 órdenes de aprehensión giradas, sólo se han cumplimentado 36, y 35 se encuentran pendientes de ejecución porque los dos restantes fueron cancelados por el fallecimiento de los probables responsables.

Cuidadosa fue la explicación técnica y jurídica del documento en torno a las desavenencias entre la jerarquía católica y las autoridades; sin embargo, ahondó las diferencias:

"Del análisis del expediente se puede afirmar jurídicamente que el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue muerto de impactos directos, quedando pendiente determinar si sus asesinos conocían de quién se trataba y quisieron atentar precisamente contra él, sin que los disparos directos sean suficientes para probar la existencia de un complot.

"La mesa de trabajo considera que la acreditación de un complot criminal implica la prueba de las motivaciones del mismo, de las circunstancias del lugar, tiempo y ocasión de su planeación y ejecución, de la responsabilidad de los participantes, de la determinación de los autores intelectuales y de los medios utilizados. Es evidente que el solo resultado de privar de la vida a una persona no es prueba suficiente para afirmar que detrás de dicho crimen existe un complot.

"Hasta el momento existen posturas encontradas entre las partes en la mesa de trabajo respecto a los alcances de las pruebas que dan sustento a la hipótesis de que la muerte del cardenal fue circunstancial, derivada del caos y confusión generada por un enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes; en este caso, las discrepancias de fondo están siendo valoradas para arribar a conclusiones."

La comisión confirmó que los primeros disparos que se realizaron en el tiroteo no estuvieron dirigidos al cardenal, pero éstas detonaciones se originaron en el lugar en el que se encontraban los sicarios contratados por el hermanos Arellano Félix ųjustamente detrás del vehículo del prelado.

Para los integrantes del grupo interinstitucional aún faltan por determinar cuatro líneas de investigación que obedecen a la presencia de las bandas de narcotraficantes de los hermanos Arellano Félix y de El Chapo Guzmán en el aeropuerto: A una fatal coincidencia; al trabajo de "investigación" del grupo de los Arellano para darle muerte a Joaquín Guzmán; a la convocatoria de los dos grupos de narcotraficantes por un tercero para provocar un enfrentamiento y en medio de la confusión dar muerte al cardenal; o "alguna que no se hubiere contemplado aquí".