n Las crisis, por falta de democracia, manifestó


Sánchez Navarro desaprueba, por detestable, el pase de charola

Claudia Herrera Beltrán n México evitará una crisis económica sexenal en el año 2000, sólo si se democratiza y supera 70 años de "dictadura de un partido político", señaló Juan Sánchez Navarro, ideólogo del empresariado, quien dijo que el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Angel Gurría, "puede decir lo que quiera", pero las crisis económicas en nuestro país están vinculadas a la falta de democracia.

Ante la proximidad de las elecciones presidenciales, dijo que los hombres de negocios deben participar en política como individuos, pero no como representantes de una empresa y, por eso, reprobó "el pase de charola" y lo consideró como el "síntoma más detestable" de la relación de la empresa con la sociedad.

Al participar en una conferencia organizada por el 50 aniversario de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, el dirigente honorario del Grupo Modelo dijo que México ha vivido aspectos democráticos, pero no democracia real, y recordó la definición que hizo el escritor peruano Mario Vargas Llosa sobre México, en el sentido de que el país vivía una dictadura perfecta.

"Tenía razón Vargas Llosa cuando dijo que había una dictadura perfecta, porque todos los aspectos externos de la vida mexicana parecían responder a las exigencias de un orden democrático, pero no era así", señaló ante decenas de jóvenes que se encontraban en la Unidad de Congresos del Centro Médico Siglo XXI.

sanchez-septiem-jpg Dijo que después de siete décadas de dictadura de un partido, nuestro país se encontrará, en los próximos comicios, ante la posibilidad de hacer que haya una auténtica y verdadera democracia. Si no sucede así, alertó que los mexicanos estarán en riesgo de caer en la misma rutina de los regímenes que nos han gobernado y que "han conducido a la corrupción generalizada".

Señaló que esa es la gran interrogación de fin de siglo, porque no hay todavía suficientes bases para afirmar que nuestra nación va hacia la democracia, y sobre el llamado "fin del dedazo" para designar al abanderado del PRI a la Presidencia de la República, manifestó sus reservas y dijo que la historia definirá si es que los viejos procesos políticos ya acabaron.

No obstante, se mostró optimista de que los mexicanos cambien la dictadura perfecta por la democracia y señaló que en esa transformación todos tenemos responsabilidades, por eso, expresó que en estos tiempos la ética tiene un valor especial porque es el fundamento de que la sociedad logre dejar atrás el "lodo de la corrupción" en que está terminando el sistema dictatorial.

Señaló que las crisis sexenales son un fenómeno exclusivamente mexicano que no ocurre en otros países cuando hay un cambio de autoridad, pues indicó que el sistema de nuestro país tiene un vicio de fondo que conduce a que cada seis años se tenga que cambiar todo bajo la dirección de quien sea el presidente.

Dijo que esta situación tiene que cambiar, pero sólo si realmente el sistema presidencial se transforma en una verdadera democracia. En referencia a la seguridad del secretario de Hacienda de que no habrá una crisis sexenal, dijo que él "podrá decir lo que quiera y lo está diciendo, pero la crisis económica ha estado vinculada a la dictadura de un partido y esto es lo que se está transformando".

Advirtió que a estas alturas no sólo los empresarios están asustados por lo que pueda suceder en nuestro país, sino todos los mexicanos, por la incertidumbre que genera un sistema defectuoso de democracia nacional, por eso dijo que va a ser muy importante si el PRI cambia y pueden participar con posibilidades de éxito otras fuerzas políticas que no son las del propio gobierno.

Sobre el papel de los empresarios en este proceso, explicó que como ciudadanos deben participar en forma directa y abierta en la vida política, pero sin involucrar a su empresa y tomó como ejemplo de lo segundo, cuando el ex presidente Carlos Salinas de Gortari solicitó a los hombres más ricos del país que apoyaran con recursos económicos las campañas políticas.

En su exposición, opinó que los dueños de compañías que apoyan directamente a los candidatos están equivocados porque las empresas tiene la finalidad de la producción con el menor costo posible, independientemente de que sean partidarias o no de una persona. Al final de la conferencia dio una breve entrevista sobre el tema.