``¡Qué pena con el vecino!''
Esa es la frase que puede aplicarse a lo que sucede actualmente dentro del PRD, en el que la lucha de Porfirio Muñoz Ledo por ganar a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano la nominación presidencial ha puesto al descubierto aspectos de la historia de ese partido que deberían quedar sólo para consumo interno.
Es una pena porque, se quiera o no, nuestro país necesita de un partido de centro-izquierda -como lo es el PRD- fuerte, con presencia y amplio apoyo popular. Para usar una frase que en nuestro medio político acuñó Jesús Reyes Heroles, ``lo que resiste, apoya''.
Mientras el partido del sol azteca no conquiste el poder y pueda aplicar desde el gobierno sus postulados para el desarrollo nacional, su beligerancia, sus críticas a las fallas y errores de quienes están en el gobierno cumplen una doble función: por una parte, obligan a corregir fallas y, por la otra, dan argumentos al gobierno del país para justificar la puesta en práctica de medidas en beneficio de los amplios sectores desposeídos de nuestra sociedad.
Por supuesto, por benéfica que resulte esa posición para el país, no satisface las aspiraciones de miembros del PRD. Ellos, como todos los que militan en un partido, aspiran a conquistar el poder para, desde allí, aplicar las fórmulas que ellos creen habrán de llevar a la nación a mejores estadios de desarrollo.
Ante esta perspectiva -porque el PRD, como PAN y PRI, tiene posibilidades de victoria en las elecciones del 2000-, resulta inexplicable o injustificable la violencia que enmarca el enfrentamiento de Muñoz Ledo y Cárdenas Solórzano.
Primero fue la acusación acerca de una subrepticia entrevista con el que supuestamente era el rival a vencer: Carlos Salinas de Gortari. Ahora salió a la superficie otra denuncia que puede ser más demoledora: Cárdenas Solórzano ha aceptado la nominación del PT, un partido que, se supone, nació bajo el auspicio del reo Raúl Salinas de Gortari.
Todavía más: ahora resulta que Cárdenas Solórzano aceptó hace 12 años ingresar al PARM sin antes haber consultado con sus compañeros de aventura.
La denuncia la hizo Muñoz Ledo, pero tal vez en esta ocasión equivocó la estrategia. Porque precisamente el ser candidato del PARM fue lo que posibilitó a Cárdenas Solórzano convertirse en candidato del desaparecido Frente Democrático Nacional (FDN) y poner en entredicho la victoria de Carlos Salinas.
Por asociación lógica, el que ahora Cárdenas Solórzano acepte ser candidato del PT abre el camino para una nueva alianza de fuerzas de centro-izquierda. La eventual asociación con el PAN resulta, como dice el comercial, ``otra historia''.
La cosecha
En respuesta a las manifestaciones de inquietud respecto al proceso para nominar candidato al gobierno del Distrito Federal, la dirigencia nacional del PRI acordó ayer convocar al Consejo Político del Distrito Federal para que el próximo 22 de junio sesione para fijar los mecanismos de elección del candidato. La fecha se dio a conocer luego de una reunión del presidente nacional del tricolor, José Antonio González Fernández, con el dirigente del partido en el DF, Manuel Aguilera Gómez