n El libro incluye más de 200 documentos inéditos
Censura y teatro novohispano, un viaje de la norma a la transgresión
n Reúne ensayos de Maya Ramos y Xabier Lizárraga, entre otros
Carlos Paul n Una colección de ensayos y más de 200 documentos inéditos acerca de las estrategias, los mecanismos, las razones y las sinrazones de ese rasero ideológico llamado censura conforman el insustituible libro Censura y teatro novohispano (1539-1822), resultado del trabajo acucioso de cuatro investigadores comprometidos con las artes escénicas: Maya Ramos Smith, Xabier Lizárraga, Tito Vaconcelos y Luis Armando Lamadrid.
La investigación refleja las obsesiones, normas y modalidades que el binomio rector Iglesia-Estado ejercía sobre los asuntos, aspectos, formas y contenidos de todo aquello que el teatro novohispano era susceptible de mostrar, tomándose el cuidado de no transgredir los estrechos, aunque siempre desdibujados, límites de esa entelequia llamada decencia, y de su hijo menor, el decoro.
De esta forma comenzó la extensa reseña que del volumen hiciera Jesús Calzada, en la presentación ayer de dicho libro, con la participación de Lucina Jiménez, Edgar Ceballos, Rodolfo Obregón y Omar Valdez, en el Centro Nacional de las Artes.
Editado por Escenología, el Conaculta y el INBA, el libro es considerado ''fundamental ", pues como apunta en el prólogo José Ramón Enríquez, ''forma parte no sólo de la tradición teatral mexicana, sino de la historia misma del país. Toca un punto neurálgico al que solemos minimizar al dejarnos llevar por la moderna retórica neoliberal y que, sin embargo, continúa peligrosamente vigente: la censura".
En el acto fue notoria la poca asistencia de la comunidad teatral. Asimismo, Obregón consideró que este libro ''hace historia en más de un sentido, sobre todo por- que se plantea comprometido con el presente". En su intervención destacó algunos extractos en los que la censura rinde un homenaje involuntario al teatro.
Dogma y poder vs la estética
Los frailes -señaló- llegaban al grado de emitir juicios estéticos y recomendar acciones teatrales que harían palidecer a Brecht, creador del teatro épico. Por ejemplo, respecto de la necesidad de representar la consagración, cometiéndose un sacrilegio, apuntó un fraile: No se practique la acción en el modo referido en el argumento. Que el representante de Cristo no diga las palabras de la consagración en idioma alguno. Que tomando el pan en las manos diga: Yo que indignamente represento la persona de nuestro señor Jesucristo, os hago saber que la noche de la cena última tomó en sus santas manos el pan, lo bendijo y lo repartió como yo lo haré ahora.
''šEsto es exactamente el procedimiento que Brecht indicaba a sus actores!", puntualizó Obregón.
Y agregó que ''en el paroxismo de su entusiasmo por las representaciones de la pasión, fray Francisco de Larrea hace una alucinante afirmación que se consigna en la camisa del libro:
''Se representa el espectáculo (La Pasión) en esta iglesia de nuestro convento, con tan saludables efectos en el ánimo de los fieles, que se puede dudar si tuvo tan feliz éxito el original en el Calvario, como lo tiene representado cada año en este templo."
Ceballos, coeditor del volumen, señaló que los documentos que integran esta antología proceden de numerosos archivos de América y Europa, y forman parte de un amplio proyecto que incluye la próxima publicación de un libro sobre censura y danza.
Lucina Jiménez habló sobre el dogma y el poder ''que se amafiaron durante tres siglos para hacer funcionar una maquinaria que intentaba decir lo que era permisible, lo que era expresable, para modelar la estética a las formas de la moral dominante".
Más adelante destacó que el libro ''apunta hacia el cuerpo como espacio de reflexión, al ser éste, universo del teatro. (...) No hay nada más subversivo que un cuerpo que emite mensajes incontrolables, que expresa la animalidad en todas sus manifestaciones".
Y concluyó que aunque la antología tiene múltiples lecturas, se podrían destacar tres: El lugar del teatro en la vida privada y la vida pública de los sin nada. La perspectiva del sujeto y el concepto de persona. Y la perspectiva de género en la Nueva España.
Censura... se divide en dos partes: la primera incluye ocho ensayos subdivididos en estudios introductorios desde la antropología del comportamiento hasta ensayos analíticos a partir de los documentos; la segunda parte, ordenada en forma temática y cronológica, corresponde a la antología, en la que se integran cédulas y ordenes reales, decretos y ordenanzas, bandos virreinales, reglamentos teatrales, edictos, revisiones, expurgaciones, calificaciones y prohibiciones arzobispales o inquisitoriales, índices de libros prohibidos y procesos legales o del Santo Oficio, licencias, aprobaciones, críticas, dictámenes y denuncias.
Es un libro que conjuga ''el arte de normar y la astucia de transgredir''. Y si bien, apuntó Calzada, ''por razones del periodo que abarca esta investigación -1539-1822- la Santa Inquisición está presente en casi todos los documentos. El volumen no es ni pretende ser un tratado sobre la Inquisición, tampoco es un catálogo ni un repertorio de las compañías teatrales de la época: la obra se aboca a explicar acerca del funcionamiento y nivel de eficacia de los mecanismos sociales y culturales que son activados, voluntaria o involuntariamente, por un instrumento pretendidamente estabilizador como la censura. No es, entonces, una reflexión post mortem, sino una mirada apasionada y apasionante sobre el pasado para permitirnos avizorar -o imaginar- las visiones y provisiones del futuro. Ya lo dijo Picasso y así lo citan los autores en sus epígrafes: La calidad de un artista depende de la cantidad de pasado que lleva encima.