n Habitará con su familia la Casa Refugio de la Condesa
Imposible apoyar a la OTAN, por la muerte de civiles: Arsenijevic
n El novelista serbio, en favor del enjuiciamiento a Slobodan Milosevic
Arturo Jiménez n Procedente de los Balcanes para residir en México, ayer llegó con su familia el novelista serbio Vladimir Arsenijevic, primer huésped de la Casa Refugio ubicada en la colonia Condesa y creada tras la designación internacional del DF como ''Ciudad Refugio".
En su presentación, se manifestó en favor del enjuiciamiento al presidente serbio Slobodan Milosevic, aunque aclaró que es ''imposible" apoyar el bombardeo de la OTAN a su país porque ha causado la muerte de más de mil civiles y los objetivos de esa alianza ''no son claros".
El escritor -de 34 años, casado y con dos hijos- tiene dos novelas: Entre líneas, traducida a 17 idiomas, y Andjela, publicada sólo en serbio y danés. Las historias de Arsenijevic transcurren en Croacia, en donde nació, y la temática es la guerra y lo que hay detrás de ella. La primera obra tuvo gran éxito e incluso recibió el Premio NIN.
Vivir una democratura
Arsenijevic apoyó el movimiento estudiantil de 1996-97 en pro de la democracia, por lo que el gobierno lo ha ''marginalizado", según un documento de la asociación civil mexicana Amigos del Parlamento Internacional de Escritores (APIE).
Sin embargo, el escritor aclaró que nunca fue ''contactado" ni perseguido por el régimen, aunque el ''verdadero problema" es que los medios de comunicación están controlados por el gobierno del país, el cual vive en una ''democratura", rara mezcla de democracia y regimen dictatorial.
Contó que el contacto con el Parlamento Internacional de Escritores (PIE) para que saliera de Yugoslavia se dio en noviembre pasado, lo cual le incomodó un poco pues, de manera ingenua, no se creía en peligro.
Pero, continuó, cuando dio comienzo el bombardeo de la OTAN y ''quedaron bloqueadas" sus opciones al convertirse en un potencial conscripto. ''Cuando empezó el ataque, dejé de escribir mi tercera novela, pues consideré que era algo tonto y además me era difícil concentrarme".
Sus dos libros, dijo, forman parte de una tetralogía sobre la guerra y, una vez instalado en México, concluirá aquí la tercera novela, que lleva a la mitad.
Acerca de las posibilidades reales de paz en su país, consideró que es necesario llevar a juicio a los responsables del conflicto, como Milosevic, al parecer el primer funcionario a quien un tribunal internacional acusa de ''crímenes de guerra".
Criticó a los medios de comunicación extranjeros que cubren el bombardeo, pues esconden la imagen real de lo que ocurre. ''La OTAN destruye nuestra ciudad", agregó. ''Estaría bien si la alianza la emprendiera sólo contra Milosevic, no contra los ciudadanos, quienes piden que se vaya".
Opinó que una posible salida al conflicto sería la independencia de Kosovo. ''Estamos en una discusión sin fin y la mayoría en Kosovo son albaneses". Por su parte, continuó, Serbia tiene que buscar una nueva identidad, pues el debate actual es anacrónico. ''Es ridículo discutir lo que ocurrió en el siglo XIV. Esto no lleva a ninguna parte, sobre todo por la pérdida de vidas".
La casa donde vivirá Arsenijevic dentro de un mes -aún en remodelación, pues será dividida en tres departamentos- fue donada por el gobierno capitalino al PIE, mientras que el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) otorgará al narrador una beca de mil 500 euros mensuales durante uno o dos años. Después, el beneficiario podrá optar si se queda en el país por su cuenta.
Esta residencia -perteneciente a una red de otras 25 que hay en países de Europa- fue inaugurada a principios de año por Salman Rushdie, escritor condenado a muerte por el régimen iraní. El autor de Los versos satánicos estuvo acompañado en esa ocasión por el Nobel José Saramago, Carlos Fuentes y Alvaro Mutis.
Philippe Ollé-Laprune, director de APIE, disculpó la ausencia de Mutis, presidente de esa asociación, y leyó un documento: ''Hoy en día, más que en cualquier otra época, la palabra es amenazada por la política, la economía, la religión, los fanatismos".
Este país, dijo Ollé-Laprune, tiene una larga tradición de refugio, ''por lo que resulta natural que el primer jefe de gobierno de la ciudad de México elegido democráticamente, haya resuelto que el DF se integre a la red de ciudades refugio".