n El Cofipe, principal interés de las partes


PRD y SG discuten la agenda para el periodo extraordinario

José Antonio Román, Andrea Becerril y Ciro Pérez n El secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, y el dirigente nacional del PRD, Pablo Gómez, se reunieron ayer para discutir la agenda legislativa del periodo extraordinario de sesiones que se inicia este lunes en el Congreso de la Unión, de manera especial la controvertida iniciativa de reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), proyecto que el PRI pretende no dejar pasar en el Senado.

Del contenido de la reunión la dependencia emitió un escueto comunicado en el que asegura que tanto Carrasco como Gómez coincidieron en la necesidad de que los ajustes a la agenda continúen impulsándose en las comisiones de trabajo, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados.

Por separado, el coordinador de los senadores del PRD, Ernesto Navarro, se quejó de que los legisladores de su partido quedaron fuera de las negociaciones que se han dado entre PRI y PAN, lo que es preocupante, dada la trascendencia de la reforma electoral.

Sobre ese tema y en entrevista por separado, Pablo Gómez propuso renegociar algunos aspectos de la reforma al Cofipe -aprobada por panistas y perredistas en la Cámara de Diputados el pasado mes de abril y que está ahora en el Senado- a fin de posibilitar el aumento de tiempo gratuito en medios electrónicos a partidos y candidatos "para dejar las campañas a resguardo de la introducción de recursos sucios o poco claros, e incluso provenientes del erario federal o estatal".

Agregó que hay casos como el de Tabasco, entidad empobrecida por las administraciones priístas, que no tiene recursos para financiar una campaña televisiva como la que lleva a cabo su gobernador, Roberto Madrazo Pintado.

Sin embargo, los senadores del PRD están conscientes de que el PRI intentará usar al Senado como dique para impedir que la reforma al Cofipe pase tal como la aprobó la oposición en la Cámara de Diputados. Los senadores priístas Eduardo Andrade y Amador Rodríguez Lozano comentaron que están dispuestos a discutir el proyecto, pero no aceptarán las coaliciones de partidos ni el voto de mexicanos en el extranjero.

Por lo que se refiere a los financiamientos de campañas, agregó Andrade, es un punto que también será debatido.

La senadora perredista Amalia García consideró "muy negativo" para la vida política del país la intención de la fracción priísta de votar en contra y echar abajo el proyecto de reformas al Cofipe, pese a que el presidente Erenesto Zedillo se comprometió el primero de diciembre de 1994 a lograr durante su mandato la reforma electoral definitiva.

La legisladora hizo notar que en la mayoría de los países latinoamericanos se ha incorporado ya a sus legislaciones electorales temas como la coalición de partidos, las candidaturas comunes, el voto de ciudadanos que radican en el extranjero y señaló que sólo México sigue rezagado, sin querer avanzar hacia la democracia.

Agregó que fue el marco electoral actualizado de Panamá el que permitió que los comicios del pasado 2 de mayo se llevaran a cabo de manera legal y pacífica, sin conflictos poselectorales.

Por su parte, Gómez insistió en que es imprescindible reformar el Cofipe e incluso renegociar aspectos referidos a los financiamientos de las campañas electorales, ya que, además de Roberto Madrazo, están también los casos de Manuel Bartlett y del panista Vicente Fox, en los que nadie sabe de dónde provienen los recursos con que financian sus campañas. Su origen, dijo, no necesariamente es ilícito, pero sí oscuro y desconocido hasta el momento.

Que el periodo sea fructífero: Zedillo

Después de recibir a la comisión de legisladores, encabezada por la senadora María de los Angeles Moreno, que le informó del inicio del periodo extraordinario de sesiones del Congreso el próximo lunes, el presidente Ernesto Zedillo confió en que sea fructífero y los temas de la agenda puedan ser resueltos con sentido de compromiso en el futuro de la nación.

Reconoció también el espíritu republicano que prevaleció en el Congreso durante el periodo ordinario de sesiones de la 57 legislatura, que concluyó el 30 de abril y en el que se acordó llamar a un extraordinario.