n El artista, de visita en Monterrey, critica el facilismo de la imagen tecnológica


Vivimos un periodo cultural en extremo vulgar, que espero esté ausente de mi obra: Alechinsky

Alechinsky-Pierre-1-jpg Angélica Abelleyra, enviada, Monterrey, NL n Pierre Alechinsky hojea la revista, se sorprende y repara: "Estos textos fueron escritos por un viejo. Era 1951, tenía 24 años, pero ahora que los vuelvo a ver compruebo que eran de un anciano. Hoy pienso diferente, soy más joven sin duda. Esa es la única manera de seguir vivo, con la experiencia que dan los años, pero regresando a la infancia real del arte, de la que fue ejemplo Matisse, pero sólo el último Matisse".

De 72 años, el pintor, grabador y dibujante belga revisa El Alcaraván, la extinta revista trimestral que editó el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca hasta principios de los noventa. Se trata del número 11 de la publicación, que incluye algunos textos suyos, de Asger Jorn y de Christian Dotremont, integrantes, como él, del célebre grupo Cobra que se desarrolló a mitad del siglo XX como un movimiento de experimentación artística en Europa.

Alechinsky pasa una a una sus hojas, examina las láminas, recorre sus escritos en torno a la abstracción, la estética y la belleza, mueve la cabeza como en actitud de desaprobación, pero también de cierto gusto por el rencuentro con los textos, y da paso a una conversación con motivo de su estancia en esta ciudad para inaugurar la exposición antológica que en seis salas del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco) se despliega en más de 80 cuadros creados por el artista de Bruselas en los últimos 50 años.

Luego de la conferencia con la prensa, en la que participaron el propio Alechinsky y el curador Daniel Abadie ųtitular de la parisina galería nacional Jeu de Paume y el organizador de la retrospectivaų, el artista aceptó charlar 20 minutos con La Jornada.

Pintar es escaparse

ųUsted escogió el cuadro Central Park para que lo acompañara en su presentación con la prensa. En torno a esa obra, Octavio Paz escribió: ''la pintura, más que visión, es exorcismo". ƑExorciza algunos demonios con su pintura?

Alechinsky-Pierre-2-jpg ųEs un término muy bonito el de Paz. Sucede que la mía fue la generación que conoció la guerra, así que ella nos generó imágenes muy precisas. No es necesario evocarlas. Pintar es escaparse, es una huida que permite vivir. Es un escape en avanzada. Si pensamos en los horrores verdaderos de nuestros días mejor no pintamos: vamos al baño, vomitamos, pero quizás eso no dé como resultado una obra maestra. Pero su pregunta es más bien del orden moral.

ųSí. ƑHasta qué punto su pintura tiene qué ver con ella?

ųSólo a posteriori me la encuentro y me doy cuenta de la moral. Quiero decir que yo nunca voy a tomar ventaja de la tristeza de los demás por vender mi Camelot.

ųƑQué es el caos?

ųAlgo que está viniendo y nos persigue.

ųƑLa pintura tiene más puntos en común con la belleza o con el caos?

ųNo lo sé. Uno siempre trata de ir al encuentro de la belleza, pero en el momento en que uno va hacia ella nunca es seguro que la halle. No la rechazo, me gusta encontrármela, pero no puedo definir a la belleza nada más con la cabeza. Cada caso particular pertenece a una pintura que ya no nos pertenece más. Ahora es la pintura la que me manda. No somos tan libres como creemos.

ųA 50 años del surgimiento de Cobra, Ƒqué le dicen ahora los términos de espontaneidad y experimentación que enarbolaron?

ųEn aquella época la experimentación era un término común entre nosotros. Pero cuando uno envejece se da cuenta que hablábamos mucho de experiencia, cuando éramos jóvenes y precisamente no la teníamos. Ahora sí cuento con ella y la ejercito. Todo sucede por una razón simple: cuando uno es muy joven hace pintura de viejo, porque buscas la pintura que te antecede y te domina. La trayectoria ideal para un pintor es la de terminar, como Matisse, con unas tijeras cortando papeles a la manera de un niño. La primera pintura de Matisse era la de un viejo, pero el último Matisse es ejemplo de la infancia real del arte, aunque no de infantilismo.

ųƑLa edad le hizo retornar a la infancia, con cargas de espontaneidad?

ųLa espontaneidad es una reacción contra el automatismo en la pintura. Hablamos un poco de los términos surrealistas, pero sabemos ya que el mismo Breton dudó de él. También pienso que al automatismo le dimos demasiada importancia y por medio de él nos dejamos llevar por lo ya hecho en lugar de inventar. Utilizamos las imágenes ya construidas, de forma sintética, escolar, del lugar común. Sabemos ahora cuántas obras que se dijeron automáticas de Breton fueron retrabajadas.

ųOtro de los principios de Cobra fue el antiesteticismo, Ƒqué significado tiene ahora esa postura?

ųPuede ser que entonces fueran desarrollos teóricos que se convirtieron en preceptos de ilusión; sin embargo, afortunadamente los resultados fueron muy estéticos. Ahí operó la suerte de exorcismo de que hablábamos al principio.

ųDijo hace años que la estética era un tic de la sociedad contemporánea. ƑSigue siéndolo?

ųVivimos un periodo en extremo vulgar, de una vulgaridad militante que espero no se encuentre en mi obra. Baste ver la imaginería, el facilismo de la imagen tecnológica. No olvidemos que Breton habló de una definición de la belleza convulsiva, del erotismo que debía ser velado para contener más fuerza. Prefiero el erotismo velado que aquel de una precisión clínica en el que no hay distancia. Hoy nos damos cuenta qué razón tenía Breton. Hoy pasamos del erotismo a algo mórbido, donde la muerte suprime la vida. Ahí tenemos a los jóvenes pintores que piensan que son más artistas porque tocan temas mórbidos: todo lo opuesto a lo que hoy me interesa. El tiempo que me queda de vida no pienso trabajar sobre asuntos cadavéricos so pretexto de la experiencia.

ųSu pintura está ligada entonces más a la vida.

ųPara mí, la pintura está ligada a la actividad manual, la creación humana, con pocos medios tecnológicos para estar ligado al cuerpo y ciertas ideas que me vienen a la cabeza. La idea del progreso, de la tecnología a ultranza, no tienen nada que ver con mi trabajo. Lo hago con un mínimo de medios para ver qué queda junto con la mano: un pincel, un papel, un poco de tinta y agua son suficientes. A pesar de que sea un grabado, un dibujo o una pintura tengo el privilegio de que todo está ligado a un mismo pincel.

ųAl hablar de su pintura señaló una cualidad vulnerable e improbable, Ƒqué certezas tiene hoy sobre su trabajo?

ųEsos son términos que encontré adecuados en ese preciso momento, pero ahora puedo encontrar otros. Eso de la vulnerabilidad e improbabilidad son palabras riesgosas que traté de ligar con la arquitectura de este museo, poderosa frente a la tendencia de hacer construcciones de vidrio, de muros falsos. Pero sí, la pintura debe sentirse tranquila en este museo, porque es muy raro encontrar espacios sólidos para mostrar las cosas que, como mi pintura, tocan lo efímero. Que sugieren una rapidez diferente, de un arte mudo, que no tiene palabra ni movimiento ni sonido ni un acompañamiento musical; que está en concurrencia con otros apartamentos y que cuando uno lo abre surge una extraordinaria agitación, algo totalmente inadaptado a nuestra época y que todavía interesa a ciertas personas.

"Y es que tal vez ųconcluye Alechinskyų mi pintura siga siendo sugerente, porque es de las últimas cosas que se hacen con la mano: una señal de resistencia".