n El elenco no estuvo a la altura de la producción; faltaron figuras de calidad


El juicio del Festival Acapulco Milenio

Arturo García Hernández, enviado, Acapulco, 28 de mayo n Festival Acapulco Milenio: un juicio sumario.

EL APLAUSO: Al profesionalismo, sentimiento y calidad de Francisco Céspedes y José Feliciano. Cubano uno, puertorriqueño el otro. El primero recién empieza a darse a conocer. El segundo lleva 31 años en el medio y, con siete Grammy en sus vitrinas, antecedió a su paisano Ricky Martin en esto de pegar con tubo en el mercado mundial de la música. Ambos, dignísimos (aparte simpatías o antipatías personales) herederos de los monstruos de la canción nacidos en aquella privilegiada zona del Caribe.

EL HIGADO: Ana Gabriel, quien llegó en calidad de perdonavidas a la conferencia de prensa organizada a propósito de su participación en el festival. No se puede reclamar que alguien se niegue a responder a las necedades del gremio (que también las hay), pero la cantante y compositora sinaloense simplemente no tenía disposición para contestar nada. Monosílabos, muecas de fastidio, impaciencia fueron los distintivos de su encuentro con los medios.

EL ANGEL: Justo en el otro extremo de Ana Gabriel, la brasileña Xuxa, con sencillez e inteligencia respondió a todo. Refutó y negó lo que consideraba falso o inexacto sobre su carrera e incluso sobre su vida privada. Refrendó los motivos que animan su carrera artística, enfocada a los niños. Habló de su amor a la naturaleza, de su experiencia como madre, de sus proyectos y de las razones por las que es querida por millones de niños en todo el mundo. Fue una conferencia de tal emotividad que más de un reportero o reportera lloró, y a otras y otros por lo menos se les humedecieron los ojos.

LA PAMBA (con picahielo): A la policía que se apanicó con el slam en las tocadas playeras de rock . Macaneó y apañó a chavos, sobre todo durante los conciertos de Maldita Vecindad y Los Estramboticos. Ciertamente, fueron formidables las danzas tribales que la banda ejecutó en playa Tamarindos, pero ya todo mundo sabe de qué se trata. Los ingredientes extra fueron la lluvia y las bombas de arena (en botellas o latas) que volaban de un lado para otro sobre las cabezas de los danzantes. Pero no era para tanto. Hasta Luis de Llano, productor general del festival, salió en defensa de la banda y criticó los excesos de la policía.

LA MADRE DE TODAS LAS BANDAS: El Recodo, la sexagenaria agrupación fundada por el difunto Cruz Lizárraga. La bandota se presentó en El Rodeo con sus nuevos vocalistas, vistosos uniformes y hasta coreografías. Es su imagen modernizada, que quizás no gustó a los amantes de la tradición, pero sin duda ha logrado establecer comunicación con los jóvenes recodófilos: unos 5 mil, apretujados en El Rodeo, y todavía se quedaron afuera casi 500.

LA INVERSION: Del gobierno de Guerrero, 7 millones de pesos, y otros siete de Televisa. Las disqueras pusieron el talento.

LA TROMPETILLA: A los comediantes Fernando Arau y Memo Ríos, carentes en absoluto de gracia en sus respectivas participaciones. Los chistes mal contados de uno, y las rimas simplonas del otro no encontraron eco en la audiencia. La trompetilla se hace extensiva a los conductores encargados de presentar, saludar y despedir a los artistas cada día en cada uno de los tres escenarios. Huecos (unos más, otros menos) y rutinarios, llenos de un entusiasmo postizo, se dedicaron a hablar más para las cámaras que para el público presente. En este rubro falta renovación y profesionalización.

EL AGRADECIMIENTO: Al equipo de prensa encabezado por Víctor Hugo Sánchez, que se la rifó en serio y con eficiencia para resolver hasta la mínima dificultad de los aproximadamente 700 periodistas (locales, regionales, nacionales, internacionales, de prensa, radio y televisión) acreditados para el festival.

EL ANTRO: El Tabaresi, catedral del table dance en Acapulco, donde el toque insólito, además de los meseros que rondan sobre patines en la penumbra, es el mosaico de personajes escenográficos --cuerpo de seguridad y asistencia a un tiempo, entre los que se distingue a un huichol, un árabe, un rambo, un pachuco, etcétera. Una noche de la semana que termina el antro fue tomado por varias decenas de reporteros y fotógrafos, y se asegura que, al salir, varios de ellos resultaron hermanos de leche.

LA DISCO: La Baby'O --cerrada a los mortales comunes y corrientes--, cuartel general de Emilio Azcárraga Jean, donde cada cada noche de la semana se reunía un selecto grupos de apellidos importantes o caras (y cuerpos famosos). Nunca nadie vio bailar al presidente del grupo Televisa.

LA NETA: El elenco en general no estuvo a la altura de un festival técnica y logísticamente bien organizado. Faltaron figuras y calidad. Es el consenso.

EL ACIERTO: Fue un festival plural que ofreció opciones para todos gustos y edades. Bien por el esfuerzo para llevar ópera.

LAS PREGUNTAS: ƑSupieron en Televisa que con vistas a las próximas elecciones municipales de Acapulco el PRI guerrerense regaló boletos para el festival? ƑEs cierto que fueron las disqueras las que impusieron a tanta estrella fugaz e hicieron de este un festival de lanzamientos? ƑPor qué no vinieron Enrique Iglesias, Luis Miguel, Ricky Martin, Alejandro y Vicente Fernández, etcétera? ƑEstá perdiendo Televisa capacidad de convocatoria?

EL FANTASMA: Raúl Velasco, fundador y responsable del festival en sus mejores tiempos.

LA FRASE: De un funcionario medio de Televisa, ante los recortes de prensa pegados en los muros de la sala de prensa: "šEstuvo bien! ƑTú sabes lo que cuesta eso en publicidad pagada?". Termina el festival Acapulco Milenio: un juicio sumario.