n Acto inaudito y criminal, dice la Iglesia colombiana; culpa el gobierno al ELN
Secuestran a un centenar de feligreses en Cali
Ap, Afp, Reuters y Dpa, Santafé de Bogotá, 30 de mayo n En un hecho que la Iglesia católica de Colombia calificó de "inaudito y criminal", un presunto comando guerrillero secuestró esta mañana a un centenar de feligreses que asistían a misa en un templo de la ciudad de Cali, aunque 79 de ellos fueron liberados horas después.
El gobierno del presidente Andrés Pastrana responsabilizó a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) por la acción y la suerte que corran los cerca de 25 rehenes que mantiene en su poder.
Un guardaespalda habría muerto al oponerse al secuestro, mientras que por lo menos dos guerrilleros murieron en tiro-teos cuando la policía y el ejército seguía la pista de los secuestrados.
Fuentes del ejército informaron que los liberados, entre los que había 17 niños, fueron encontrados por distintas unidades militares en una zona montañosa del municipio de Jamundi, al sur de Cali, luego de haber sido abandonados por los rebeldes.
"Nos llevaron a un campamento y de ahí se llevaron a todos los hombres. Nos dejaron a las mujeres y a nosotros los niños", dijo Emerson Paz, de 13 años, divisado junto al resto de los liberados por helicópteros de la policía y el ejército.
Aunque algunas fuentes hablaban de entre 85 y 100 secuestrados, la alcaldía de Cali sostuvo que en el templo había 150 personas.
El gobierno rechazó el acto "perpetrado por el ELN contra un centenar de ciudadanos inermes con el único propósito de generar terror.
"Este acto terrorista, además de constituirse en una violación extrema del derecho internacional humanitario, violenta de manera ostensible el derecho al culto religioso", dijo el ministro de Hacienda, Luis Camilo Restrepo, al leer un comunicado desde el palacio de Gobierno. "La responsabilidad sobre la vida y la integridad física de los ciudadanos que aún permanecen cautivos recae en el ELN".
Restrepo, encargado de la presidencia durante la visita oficial que comenzó hoy Pastrana a Canadá, agregó que "debe saber el ELN que no es utilizando a la población civil como escudo para presionar los diálogos que van a lograr la paz".
"Condenamos enérgicamente ese hecho criminal y exigimos la entrega inmediata de todas las personas detenidas en el templo de La María... Que el señor tenga compasión de esta desgraciada república y convierta el corazón de los hombres impíos", dijo a su vez el arzobispo de Cali, monseñor Isaías Duarte.
El jerarca católico pidió además que la comunidad internacional conforme un tribunal que juzgue a los responsables de las acciones contra civiles indefensos en Colombia, al igual que se ha hecho con los el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic por la situación en Kosovo.
Cerca del mediodía de este domingo, un comando de unos 50 rebeldes armados vestidos con uniformes verde oliva irrumpió en una iglesia de Ciudad Jardín, una exclusiva zona residencial del sur de Cali, capital departamental del Valle de Cauca, a unos 300 kilómetros de Santafé de Bogotá.
Todos los feligreses salieron del templo cumpliendo la urgente orden de los hombres que decían ser del ejército: en el lugar había una bomba "que vamos a desactivar".
Una vez afuera, obedecieron la orden de abordar dos camiones, pero "nos dimos cuenta de que algo raro pasaba en el furgón cuando ya llevábamos largo rato en el camino", dijo Ana Pardo, de 64 años, liberada junto a su nieta de 12 años.
Uno de los camiones sufrió luego una falla, y los rebeldes se vieron obligados a trasladar a los secuestrados a otros autos, taxis y camionetas que interceptaron en la vía.
"Nadie se puso histérico, los niños se portaron increíblemente bien, tal vez porque ya hemos visto esto tantas veces en la televisión", agregó Pardo.
Entre los rehenes se encuentra un sacerdote que oficiaba el servicio religioso, Eduardo Cadavi, un ciudadano de origen sueco, así como personas "muy prestantes de nuestra sociedad", señaló el alcalde de Cali, Ricardo Cobo.
Tras el múltiple secuestro, el ejército y la policía, apoyados por helicópteros artillados, desplegaron operativos por la región y aseguraron que esta "presión" habría obligado a los guerrilleros a dejar en su huida a los 79 liberados.
El ELN, que hasta esta noche no se había pronunciado sobre el secuestro en el templo católico, secuestró el pasado 12 de abril a los 41 ocupantes de un avión comercial cuando volaba entre las ciudades de Bucaramanga y Santafé de Bogotá, desviando el aparato, y todavía mantiene retenidas a 25 personas.
Al reivindicar aquel secuestro, la segunda fuerza guerrillera del país admitió que realizó la acción para presionar al gobierno a que comience un diálogo de paz con el grupo, al igual que lo está haciendo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la principal fuerza rebelde.
Analistas locales, como el académico Alejo Vargas, condenaron hoy el múltiple secuestro, al que consideraron un acto de "desesperación", pero también opinaron que el gobierno ha dado un "trato de segunda" al ELN con respecto a las FARC.
"Bajo el principio equivocado de que el ELN está derrotado militarmente, el gobierno ha venido actuando en forma desdeñosa con el grupo que a su vez ha respondido con acciones lamentables", precisó Vargas.
Colombia tiene lo que funcionarios policiales y gubernamentales describen como la mayor tasa mundial de secuestros, con más de 2 mil 500 casos informados sólo el año pasado.