RIESGOS DE LOS PRODUCTOS TRANSGENICOS
Sin desconocer las enormes ventajas y bondades de la ingeniería genética, y sin afán de demonizar la tecnología que permite la fabricación de las llamadas especies transgénicas, es claro que la introducción de éstas en la agricultura y en la ganadería nacionales no debiera efectuarse en forma irrestricta sino, por el contrario, bajo un estricto control y en un marco normativo que, hasta ahora, no existe, a fin de eliminar o minimizar los riesgos correspondientes. Los productos transgénicos para el cultivo o la crianza presentan, ante las especies tradicionales, ventajas de corto plazo, como crecimiento o maduración más rápidos, y mayor rendimiento y resistencia a variaciones climáticas, plagas y enfermedades. Por ello, pueden desplazar a las especies tradicionales hasta colocarlas en circunstancia de extinción. Ello se traduciría en un primer efecto indeseable desde la perspectiva ecológica: la reducción de la biodiversidad y de la riqueza genética. Pero, además, existe la posibilidad de que las propias virtudes de los productos transgénicos generen efectos imprevistos y perniciosos en los delicados entornos ambientales en los que se insertan. Tales peligros ecológicos tienen un correlato insoslayable en los ámbitos de la economía, la política, la soberanía nacional y la viabilidad misma de las naciones. Si se permite, por ejemplo, que una variedad de maíz, producto de la ingeniería genética desplace a las que hoy se cultivan en el territorio nacional, a la larga se generará una dependencia alimentaria y económica hacia la empresa propietaria de los procedimientos ųy hasta de las patentesų para producir la especie en cuestión. Extrapolada al conjunto de las actividades agrícolas, ganaderas y forestales, tal perspectiva colocaría el destino de los países pobres en manos de unas cuantas corporaciones monopólicas que detentarían, de esta forma, un gigantesco poder sobre centenas de millones de seres humanos y sobre decenas de Estados nacionales. Es necesario, en consecuencia, analizar, decidir y aplicar medidas que prevengan tales escenarios calamitosos. En primer lugar, resulta evidente la necesidad de regular y legislar la introducción de especies transgénicas en el país; asimismo, debe estudiarse el marco legal adecuado para que la concesión de patentes y registros en materia de especies nuevas no se traduzca en concentraciones de poder empresarial incontrolable; finalmente, es clara la urgencia de respaldar y consolidar la investigación nacional en materia de genética y bioingeniería, tanto en empresas mexicanas como en las instituciones de educación superior del país.