n Fustigó a investigadores, técnicos y legisladores que se oponen a privatizar


Luz y Fuerza no es negocio para ningún inversionista: Caso Aguilar

n Los consumidores no son tan importantes como las industrias, que exigen suministro garantizado

Miriam Posada García n Los requerimientos de financiamiento para la industria eléctrica son reales, por eso la reforma del sector es indispensable en este momento, advirtió el director de Luz y Fuerza del Centro (LFC), Alfonso Caso Aguilar, quien, sin embargo, dijo que la paraestatal no estaría en condiciones de aceptar capital privado, por lo menos en los próximos tres años, toda vez que por su ''compleja'' situación financiera ''no es negocio'' para ningún inversionista.

Antes de abrirse al capital privado, y luego de 25 años de abandono, será necesario someter a esta empresa a un proceso intensivo de modernización, al que se destinarán los 3 mil 500 millones de pesos autorizados por el Congreso, como parte del presupuesto, a fin de alcanzar metas de productividad similares a las de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Caso consideró que los partidos que se oponen a la reforma deben hacer planteamientos alternos concretos, mientras que en el caso de los trabajadores electricistas consideró válida la defensa de su fuente y materia de trabajo, pero dijo que esta lucha también debe ir acompañada de una actitud corresponsable y honesta.

El funcionario reconoció que durante los 25 años en que la empresa estuvo en proceso de liquidación, también fue vista por el Congreso como un gasto; destacó que de los 26 mil millones de pesos de presupuesto que se les otorgaron para 1999, 11 mil millones corresponden a subsidios para la empresa, cantidad que de tener éxito el proceso de modernización que arranca este año, se canalizará a los consumidores.

''Es preocupante que entre 1994 y 1999 los subsidios hayan crecido anualmente en 50 por ciento; es un crecimiento superior a la demanda, de ahí la urgencia de la modernización, situación que es aún más crítica que la propia aprobación de la reforma'', sin embargo, Caso apuesta a la conciencia de los trabajadores electricistas para elevar los niveles de productividad que, según la empresa, no se han podido alcanzar, de lo contrario ''tarde o temprano esto se va a acabar''.

Subrayó que la reforma estructural del sector eléctrico es indispensable. ''Los 250 mil millones de pesos que se requieren para inversión y la instalación de 13 mil megawatts adicionales son una realidad insoslayable'', que podría convertirse en un cuello de botella si no se consiguieran vía financiamiento privado, dijo.

''Si no tenemos el respaldo en las inversiones que se necesitan, llegará el momento en que cualquier empresa considerará como una prioridad ver si en México tendrá garantizado el suministro de energía. Esa es la parte que los opositores no han visto porque piensan que el problema será para los consumidores y no es así. Los consumidores, al final, no son tan importantes como las industrias, que requiere planear a cinco o seis años; si no les garantizamos el suministro, simplemente no se instalarán en el país y estaremos frenando las posibilidades de desarrollo''.

El tiempo y la forma en que se apruebe la reforma depende del Legislativo, dijo Caso al tiempo de fustigar a investigadores, técnicos, trabajadores electricistas y legisladores que se han manifestado en contra de la propuesta presidencial. ''šCaray! Yo quisiera preguntar cuándo el Ejecutivo había enviado una iniciativa en esos términos, y cuándo se habían organizado foros de esa naturaleza para discutir; cuándo un proyecto original se había modificado e incorporado las propuestas de los partidos''.

Destacó que el requerimiento de inversión en el sector eléctrico es real y se está presentando en todo el mundo; el de México no es un caso aislado, ''por eso es muy importante diferenciar los temores y los beneficios que esta apertura traerá; darle la justa dimensión a lo que se está proponiendo, consensarlo y que se apruebe con el apoyo de la mayoría que es lo más importante''.

Con reforma o sin reforma, LFC se tiene que modernizar

Para Caso, la modernización de Luz y Fuerza del Centro representa una situación más crítica que la propia aprobación de la reforma. Para concretar aquel proceso, la paraestatal cuenta este año con 3 mil 500 millones de pesos para inversión, ''cifra histórica porque en los últimos 25 años en la empresa no había recursos de esa magnitud, de tal forma que hoy no se puede decir que no se puede avanzar''.

Y es que LFC fue considerada una empresa en liquidación durante casi 25 años, lapso en el que los rezagos fueron aumentando en infraestructura, tecnología, calidad en el servicio y productividad, a costa de fuertes subsidios, que sólo entre 1994 y 1999 crecieron 50 por ciento al año.

Del presupuesto de 26 mil millones de pesos asignado para 1999, explicó Caso, casi 11 mil millones son subsidios, de tal forma que el crecimiento de este rubro es mucho mayor que la demanda; de ahí la necesidad de elevar los niveles de productividad, mejorar el servicio y que sus indicadores de gestión sean tan buenos como los de la CFE u otras empresas.

El reto es reducir el tiempo de interrupción por usuario, que actualmente es de 340 minutos por usuario al año, contra 220 de CFE; mejorar el tiempo de conexión, que hoy es de ocho días; eficientar el sistema de cobros; modificar ciertos sistemas de trabajo que generan costos muy elevados; mejorar la red de distribución; implementar nuevos sistemas, y estar abiertos a todos los esquemas de financiamiento que la ley permita.

Advirtió que si la empresa no se moderniza, con apertura o sin apertura del sector eléctrico, LFC no será ningún negocio atractivo para los inversionistas. ''Para nadie es negocio una empresa con un subsidios tan altos, en la que la plantilla laboral representa 46 por ciento de las ventas, o 28 por ciento, si se le incluye el subsidio'', por lo que en este momento y hasta después de dos o tres años no estará en condiciones de captar capital privado nacional o extranjero. El proceso de modernización de LFC iniciará este año y deberá dar resultados al finalizar.

Llegar a acuerdo con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ''es un punto fundamental porque el tiempo ahora nos obliga a concretar acciones. El subsidio exponencial no puede continuar, porque es algo que le cuesta a la sociedad y la sociedad tiene muchísimos otros requerimientos. Sería importante que a lo largo de los próximos tres años el subsidio que se otorga a LFC se redujera gradualmente hasta poder destinarlo por completo a los consumidores, de otra manera estaríamos solapando ineficiencias'', comenta.

El funcionario confió en la conciencia de los trabajadores electricistas para concretar el programa de modernización; reconoció la lucha y los logros del SME a lo largo de los años, pero, dijo, ''en el México moderno que nos tocó vivir debemos respetar el contrato colectivo de trabajo, pero también elevar la productividad laboral. No hay nada malo en que un trabajador reciba un sueldo decoroso y tenga buenas prestaciones, siempre y cuando la contraparte sea un trabajo eficiente, honesto y comprometido''.

Asimismo, descartó los argumentos de los trabajadores del ramo, en el sentido de que con la participación de capital privado se perderán plazas laborales, ''la apertura es para atraer recursos y financiar el crecimiento de la industria eléctrica, no para hacerla más pequeña. No se ha pensado en un proceso de liquidación''.

En cambio, dijo, si el proceso de modernización de la empresa tiene éxito, ''Luz y Fuerza se convertirá en una empresa estratégica con el futuro asegurado, pero si no pasa nada, entonces el riesgo de que se acabe la inyección de recursos públicos, será cada vez más importante''.