n Huyen 300 zapatistas y se refugian en el monte


Incursión policiaco-militar en

comunidad indígena chiapaneca

Jesús Ramírez Cuevas, corresponsal, Nazareth, Ocosingo, Chiapas, 4 de junio n Más de mil soldados, policías estatales y federales realizaron hoy un operativo en esta comunidad indígena, situada a unos 50 kilómetros de la ciudad de Ocosingo. Unos 300 indígenas, bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), huyeron del pueblo y se refugiaron en los montes cercanos.

Soldados, policías de Seguridad Pública, judiciales estatales y federales ocuparon el centro del pueblo, y al anochecer se disponían a acampar en los terrenos aledaños de la escuela primaria comunitaria.

Horas antes de la incursión, elementos de las fuerzas de seguridad arrojaron dos granadas de gas lacrimógeno para dispersar a los indígenas que protestaban por su presencia en la entrada del ejido, quienes denunciaron que ayer la policía estatal disparó varias veces al aire.

Soldados y policías entraron en las casas de quienes habían huido al monte. Un pequeño grupo de campesinos priístas que permanecieron en el lugar dialogaba con los funcionarios del gobierno estatal. El operativo conjunto fue encabezado por el general F. Rivas, quien dijo a La Jornada que permanecerían en el poblado hasta recibir instrucciones de sus superiores.

Armando Cruz Hernández, subdirector de Averiguaciones Previas de la Procuraduría de Justicia del estado de la zona Altos, informó: "El operativo es para verificar la situación, ya que teníamos reportes de que existía un bloqueo del camino a la altura de El Paraíso, a dos kilómetros de aquí. Pero no encontramos nada". Sin embargo, el funcionario se negó a comentar si permanecerían por mucho tiempo las fuerzas castrenses.

Por la mañana arribaron a Nazareth 34 vehículos militares, seis camiones de Seguridad Pública, 20 camionetas de la policía estatal y judicial, mientras los funcionarios del gobierno dialogaban con los simpatizantes zapatistas y les prometían que se retirarían del lugar. A las tres de la tarde, los soldados y policías incursionaron sin previo aviso en el poblado, mientras los indígenas rebeldes se retiraban a los montes cercanos.