El Album blanco, arte individual; fin...

Juan José Olivares n Con casi 30 años dentro de la vanguardia, los mismos de relatar la apocalíptica historia de un imaginado planeta --Kobaia-- semejante a la Tierra, donde el grito de rebelión contra la sofocación de sus gobernantes lo dio la música, llega a México la agrupación francesa Magma, para presentarse esta noche en el I Festival de rock progresivo, junto a la también legendaria banda Gong, así como a los reconocidos grupos mexicanos Iconoclasta y Decibel.

Magma ha creado un sello particular dentro de la música contemporánea por sus líricas en el insólito idioma kobaiano, por su rica instrumentación --con nueve músicos en escena--, la magnificencia de sus coros y la virtuosa vocalización de su cantante, Stella Vander, quien junto a Christian Vander --también en las vocales-- fundaron en 1969 a este grupo, emigrante de ese planeta que sólo existe en nuestros sueños y donde lo mismo pudo haber existido, como en la Tierra, un Sebastian Bach, un Bèla Bàrtok o un Igor Stravinsky.

"La música que compuso Christian para Magma quizá tenga inclinaciones wagnerianas, pero más bien es la influencia de Bach, Stravinsky y (John) Coltrane, aunque con un nuevo lenguaje musical. La lírica del idioma kobaiano con la inclusión de pianos, flautas, saxofones y trompetas es lo que le dio y le da el despliegue orquestal a la banda desde nuestros primeros discos (Kobaia, Mekanik Destruktiw kommandoh, üdü wüdü, attahk, Mythes et légends)", nos comenta Stella Vander, en breve charla.

--ƑCómo pueden los terrícolas entender esa lengua extraterrestre?

--La clave está en la composición musical, la cual da un equilibrio a las melódicas letras, que se vuelven epopeyas con sólo escuchar toda la música de Magma.

La continua experimentación de esta banda progresiva, tanto en sus letras, así como las especiales bases melódicas de sus teclados, el poderío de las percusiones y las improvisaciones de los instrumentos de aliento, les dio en sus discos: Retrospektïw 1-2 y 3, Merci, Simples, Bebe Godzila, Inedits, Wurdah ïtah, Kompila y Köhntarkösz, cierto toque de complejidad, al igual que un sinfín de mensajes.

"Algunos de los mensajes de Magma son la oportunidad de percibir algo diferente por medio de una especie de clasicismo, a través de notas progresistas que cuentan el sentir de un extraterrestre en este planeta", dice Stella. Y agrega: "La intención del rock progresivo de Magma es diseñar atmósferas que hagan reaccionar a los habitantes de la Tierra en cuanto a los cataclismos o algo parecido".

Después de continuar con el juego de su emigración planetaria, y luego que por sus filas pasaron varios miembros, Magma se vuelca sobre terrenos del jazz contemporáneo y del rhythm and blues, para regresar, a abastecer el alma con sus wagnerianas estelas sonoras.

Pero no es todo. Para mañana, los mexicanos asiduos al progre podrán disfrutar el cierre del festín con el surrealismo psicoelectrojazzprogresista del también grupo galo Gong, que con sus iniciadores (el australiano David Allen, fundador de Soft Machine; Gilly Smith; Didier Malherbe y Mike Howlett) desde 1971, han impreso un sinnúmero de experimentos con su psicodelia progresiva a través de 19 discos; convirtiéndose en un verdadero semillero para las bandas de rock en oposición.

Pero no hay que olvidarnos de la presentación de las bandas locales, Iconoclasta y Decibel, puntas del iceberg del movimiento progresivo en México.

(Magma y Decibel: cine Ariel. Gong e Iconoclasta: cine Bella Epoca, 19:00 horas).