n Juventud y dinámica de los tapatíos sucumbieron en la muerte súbita
En trepidante duelo, el Toluca se coronó; superó en penales al Atlas
n Cristante se convirtió en héroe al parar el tiro de Estrada n LaVolpe se expulsó
Marlene Santos A., enviada, Toluca, Méx., 6 de junio n šToluca, rey de los torneos cortos! En un emotivo y trepidante partido, la juventud pujante y virtuosa del Atlas cayó; le jugó de poder a poder al experimentado Toluca sin pedir tregua ni cuartel. Pese a todo, los Niños de la academia no pudieron vencer a los Diablos Rojos, que con el impulso de su afición terminaron imponiéndose tras la ronda de penales, en la dramática muerte súbita, para un marcador final de 10-9.
Tras el empate 2-2 (5-5 global) en tiempo reglamentario, la igualada prevaleció después de los penales; ahora era un 9-9 plagado de tensión. El ambiente estaba candente, la adrenalina fluía con fuerza, y el jugador número 12 se hizo presente: había que gritar para no estallar, había que silbar y vociferar para amedrentar al rival.
En el momento culminante, el portero local, el argentino Hernán Cristante, movió los brazos, balanceó su cuerpo, se quedó quieto, concentró su fuerza en los brazos y se lanzó hacia la izquierda para desviar el disparo del atlista Julio Estrada. La locura estalló en el estadio, la cancha fue un auténtico manicomio, en el que las lágrimas de dolor y de felicidad liberaron toda la tensión acumulada...
El partido de vuelta, luego del empate a tres tantos registrado el jueves en el Jalisco, inició a tambor batiente en La Bombonera, y a los 55 segundos, Atlas tomó ventaja en su primera jugada con anotación de Hugo Castillo, tras desborde de César Andrade y un error del defensa Alberto Macías. El público todavía no acababa de corear un "šsí se puede!", cuando José Cardozo anotó a pase de Salvador Carmona para el 1-1, al minuto 2.
El plantel tapatío jugaba mejor ante un titubeante Toluca, cuyos integrantes estaban erráticos y nerviosos; sin embargo, en uno de sus esporádicos ataques Macías lavó su error al llegar como saeta con su espigado cuerpo, y remató con la cabeza un centro de Cardozo, al minuto 26, para el 2-1. Al minuto 50, Zepeda batió a Cristante con un cabezazo a pase de César Andrade para el 2-2. Y después ni Atlas ni Toluca lograban desplegar su mejor futbol, no había mandón en el ruedo, pero sí disparos de peligro.
Ambos técnicos hicieron cambios, y al minuto 80, Cardozo recibió un pase filtrado que culminó en gol, pero el silbante Alcalá tardó una eternidad en anularlo por un inexistente fuera de lugar. El grito de šratero-ratero! casi rompió los tímpanos del hombre de negro.
El técnico Ricardo LaVolpe fue el primer rojinegro que no aguantó la presión, inconforme con el arbitraje se metió a la cancha, insultó al árbitro, seguro de que sería expulsado, pero con airada actitud puntualizó: "No me expulsan, yo me voy... šboludo!". Los tiempos extras (2 de 15 minutos) se consumieron ante el dominio del Toluca, la angustia del público y un Atlas defensivo. Cardozo falló la mejor opción al minuto 29, cuando estrelló su remate en el travesaño, y de nuevo todo el estadio lo reanimó con el clamor de "šCardozo-Cardozo!".
En la ronda de penales anotaron por Toluca Taboada, Ruiz, Vukic y Cardozo, y falló Estay. Por Atlas concretó Rodríguez, Zepeda, Márquez y Bustos Montoya, y falló Osorno. Cuando le tocó el turno a Márquez, el local Adán Núñez lo acompañó hasta el manchón de penal diciéndole frases para perturbarlo, de inmediato lo acosaron hasta ocho rojinegros y se armó la gresca. Núñez fue expulsado y Márquez cobró con maestría; luego de la anotación de Carmona, Cristante se vistió de héroe.
Por Toluca alinearon: Hernán Cristante, Salvador Carmona, Omar Blanco, Alberto Macías, Rafael García (Antonio Taboada, 105), David Rangel, Víctor Ruiz, Fabían Estay, Enrique Alfaro (Darko Vukic 73), José Abundis (Carlos Morales, 65) y José Cardozo. Por Atlas: Erubey Cabuto, Miguel Zepeda, Rafael Márquez, Héctor López, Julio Estrada, Pablo Lavallén, Jorge Almirón (Antonio Urteaga, 75) Juan Pablo Rodríguez, César Andrade (MarioMéndez, 67), Hugo Castillo (Eduardo Bustos, 83) y Daniel Osorno.
n LaVolpe se negó a hablar, mientras sus pupilos lloraban inconsolables
Atlas fue un dignísimo finalista: Enrique Meza
Marlene Santos A., enviada, Toluca, Méx., 6 de junio n Bajo el mando del técnico Enrique Meza, Toluca se convirtió en el primer equipo bicampeón desde que se instalaron los torneos cortos, con la conquista de los títulos Verano 98 y Verano 99, mientras que en Invierno 98 llegó a cuartos de final tras ser eliminado por el Atlas.
Y mientras el portero Hernán Cristante era alzado en hombros y sus jugadores daban la vuelta olímpica sobre la cancha de La Bombonera, el estratega de la gran campaña escarlata acaparó entrevistas.
Con la voz quebrada por la emoción y parpadeando repetidamente para no dejar escapar las lágrimas, Meza dio sus impresiones del partido: "Me parece que fue una gran final, fue muy apretada, yo creo que el Atlas fue un dignísimo finalista". Aseguró que a lo largo del segundo tiempo Toluca dominó a su adversario, pero insistió en que los rojinegros les complicaron mucho la conquista del cetro. "Al final se hizo justicia, porque nosotros terminamos en primer lugar y porque metimos un penal más. Atlas es un grupo de jóvenes que están magistralmente dirigidos, que han evolucionado muchísimo y tienen un gran futuro".
-ƑCuál es su sentir en este momento?
-Estoy contento. Es algo agradable, muy agradable volver a ser campeón. Si jugó mejor Atlas o no, no lo sé, pero se hizo justicia. Pero yo digo que cumplimos con nuestra obligación, porque tenemos una magnífica directiva y porque tengo a los mejores jugadores, a ellos no se les puede pagar con nada todo lo que han hecho, Hernán tuvo la certeza de atajar un penal. Además contamos con la mejor afición, a prueba de todo".
Tras apuntar que dedicaba el título a su público, a su esposa, a sus hijos, a su papá, a don Nemesio y a Valentín Díez, Meza agregó que siempre pide por los seres queridos que ya fallecieron, por eso, agregó a su lista a Miguel Marín, a Guillermo Alvarez Macías, a su progenitora y hasta por el periodista Miguel Aguirre Castellanos, y terminó sonriente con una frase: "Soy un tipo afortunado".
El doloroso contraste fue ver llorar, como niños desamparados, a los rojinegros. Miguel Zepeda estaba inconsolable, el labio inferior le temblaba por el agotamiento y no podía responder a las interrogantes de la prensa. César Andrade enjugaba con furia sus lágrimas y balbuceó: "Veníamos por la victoria... esto es igual que ser el último, de nada sirvió todo el esfuerzo, qué lástima...".
Ricardo LaVolpe, el entrenador de los rojinegros, parecía rechazar a sus pupilos con su actitud, pues ni a ellos les dirigió la palabra. Acudió a la premiación a pasos agigantados y casi aventando las grabadoras que intentaban arrancarle unas palabras. Fue su preparador físico, Luis Bongiovanni, quien tuve que responder a los representantes de los medios de comunicación; declaró que el futbol mexicano tiene que estar contento porque hoy se vio un partido de alto nivel. "Estamos orgullosos de lo que Atlas hizo, ya que hace casi 10 años que no se daba un partido así. Lógicamente Ricardo (La Volpe) está inconforme, él quiere ver ya el producto terminado, que sería la Copa, pero yo creo que también está orgulloso de este trabajo".
n Montiel llegó tarde al partido y se quedó sin asiento en el palco de honor
Sobrecupo en La Bombonera; dos periodistas heridos
Marlene Santos A., enviada, Toluca, Méx., 6 de junio n La pasión futbolera se adueñó de la capital mexiquense. Ayer, desde temprano los comercios se apresuraron a saturar sus aparadores con banderas rojiblancas y largos tramos de chorizo de tela los decoraron cual si fueran series de foquitos navideños, mientras miles de autos enfilaban hacia las inmediaciones del estadio.
La batalla fragorosa no inició en la cancha, sino afuera. Se peleó con encono por un lugar de estacionamiento y para entrar al estadio por sus estrechas puertas, por tener un asiento en medio del evidente sobrecupo. Por eso, cuando el sonido local pedía apretujarse más "porque afuera había mucha gente con boleto que no podía ingresar", lo único que recibía en respuesta era mentadas de madre, que se dirigieron después hacia los jugadores atlistas cuando salieron a calentar, acompañados del cántico "šson pendejos, son pendejos!".
El poder económico del grupo Modelo, cervezas que se venden en más de 150 países, no ha tocado al estadio La Bombonera, pues este inmueble apenas cuenta con 29 mil butacas, donde los jugadores pueden oler la transpiración de la numerosa e infaltable porra Perra brava y viceversa.
Infinidad de fotógrafos y reporteros quedaron apretujados en las orillas de la cancha, por lo que el resultado fue inevitable: un fotógrafo descalabrado y un reportero de la agencia Ap con una pierna rota.
El palco de honor pronto se volvió el centro de atracción por tanto flashazo que acaparaba. Ahí, uno a uno fueron llegando los hombres más poderosos de la entidad y del país. Miembros del grupo Atlacomulco con el infaltable profesor Carlos Hank González, pálido pero contento y con elegante sombrero de fieltro, Alfredo del Mazo, Jiménez Cantú, y otros más alejados, pero que no dudaron en mostrar sus preferencias vistiendo prendas en rojo y blanco, como el secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente, el de Gobernación, Diódoro Carrasco, el gobernador local César Camacho, y su invitado, el de Jalisco, Alberto Cárdenas. No podía faltar el hombre importante del Club Deportivo Toluca, el octagenario Nemesio Díez, junto con su hijo, Valentín. También ahí estuvieron Enrique Borja y Rafael Lebrija, presidente de la Federación Mexicana de Futbol y de la rama de Primera División, respectivamente.
Tarde llegó el candidato al gobierno de la entidad por el PRI, Arturo Montiel, quien ya no encontró lugar en el palco y tuvo que buscar acomodo en otro sitio, tras cruzar unos cuantos saludos; no obstante, su propaganda estuvo presente durante todo el encuentro en manos de la Perra brava y en la publicidad estática alrededor del estadio.
La radio local invitó a los que no tenían boleto a asistir a la Plaza Cívica, donde se instaló una pantalla gigante para que la gente viera el partido. Ahí estuvieron en el mismo plan de campaña Higinio Martínez, candidato perredista, acompañado de Cuauhtémoc Cárdenas, jefe de gobierno del Distrito Federal y aspirante a la presidencia del país.
Al final del partido la fiesta se desbordó por las principales avenidas de la capital mexiquense.