Todo se puede esperar del Partido Acción Nacional (PAN), y valga mencionar las incongruencias en las que ha caído. Por ejemplo, mantener el IVA en 15 por ciento, no obstante que manejó como lema de campaña que votaría por reducirlo a 10 por ciento; el visto bueno que dio al Fobaproa, a pesar de que el gobierno no satisfizo las condiciones de remover a Guillermo Ortiz y a Eduardo Fernández de sus cargos, y, más recientemente, la aprobación de los miembros del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), ante el azoro de la propia bancada panista en la Cámara de Diputados, que se enteró posteriormente de las negociaciones a sus espaldas. Y qué decir de las frecuentes visitas que la cúpula de ese partido realiza con harta frecuencia a Los Pinos o a la Secretaría de Gobernación. Nos preguntamos Ƒqué es lo que sigue?: ƑAprobar al vapor una reforma eléctrica que oculta oscuros intereses y que rechaza la población abrumadoramente? El voto de ese partido será definitivo en la reforma constitucional para privatizar la industria eléctrica. ƑQué sucedió luego de la sincera invitación que el presidente Zedillo lanzara el 22 de febrero pasado a la comunidad científica y tecnológica para participar en el análisis objetivo de su iniciativa para privatizar el sector eléctrico? Se han realizado muchos foros y mesas, pero hasta el momento, no hay muestra alguna que indique un ápice de disposición para reconsiderar dicha iniciativa o siquiera modificarla. Por lo pronto, lo único cierto es la mucha discusión como mero ejercicio de entretenimiento y no como una situación seria de la que realmente las autoridades piensen tomar sugerencias; o si se quiere ver de otra manera, como mera táctica pseudo democrática para legitimar el autoritarismo, que ya no es ni siquiera nacional, sino que responde al imperialismo mundial de las grandes organismos multinacionales. Por lo que respecta a los foros organizados por el propio gobierno, éstos sólo se han quedado en mera promoción a la propuesta de cambio estructural de esa industria. Las verdaderas sugerencias y discusiones, en tanto, están en el aire. Tal es el caso de los comentarios que un comité adjunto a la Academia Mexicana de Ingeniería envío al doctor Luis Téllez Kuenzler, secretario de Energía, desde el pasado 12 de abril y con los que no se sabe qué ha pasado o si servirán para algo más que llenar los archivos, sino es que los cestos de la dependencia a su cargo. El comité integrado por Luis Enrique Bracamontes, Eugenio Méndez Docurro, José Luis Fernández Zayas, Javier Jiménez Espriú, Pablo Mulás del Pozo, Felipe Ochoa Rosso, Carlos Vélez Ocón, Jacinto Viqueira Landa y Juan Casillas García de León reconoció la necesidad de contar con un sector eléctrico de calidad y a precios accesibles que permitan el desarrollo del país, por lo que se deben llevar a cabo acciones que garanticen la oferta de energía eléctrica. Dicho grupo de profesionistas empieza por sugerir que se den a conocer los análisis realizados a las condiciones y necesidades de la industria eléctrica mexicana, así como las razones por las que fueron desechadas otras propuestas de reforma al sector, porque si se concluyó que la actual iniciativa fue la más atinada a la realidad de nuestra industria, es que seguro se analizaron otros modelos de reforma. El comité de ingenieros también solicita que se ponga al alcance de los interesados el borrador sobre las leyes y reglamentos de energía eléctrica que se derivarían de las reformas constitucionales, antes de que éstas sean aprobadas, con el fin de realicen los cambios necesarios y convenientes. Aceptan que, para aumentar la capacidad del sistema y mejorar la calidad del servicio, se permita la participación del capital privado en algunas actividades del sector, pero precisan que ésta debe darse en la forma y condiciones que generen mayores ventajas para el país (no para el capital privado nacional o extranjero). Lo anterior, puntualizan, no implica la necesidad de privatizar la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ni la estatal Luz y Fuerza del Centro (LFC). Califican de inconveniente e innecesaria la desintegración de dichos organismos, pues ''a pesar de las deficiencias e ineficacias que habrá que superar, proporcionan un servicio eléctrico adecuado, a precios competitivos internacionalmente, a 22 millones de usuarios''. El comité adjunto a la Academia Mexicana de Ingeniería puntualiza que lo indispensable es otorgarles autonomía de gestión para que operen como verdaderas empresas, sin estar bajo el cobijo del gobierno federal ni restringidas en su operación diaria por las directrices de dependencias gubernamentales. De los puntos señalados hasta ahora, el gobierno no ha querido discutir uno solo: su posición hasta el momento es aferrarse al argumento de que la demanda de electricidad que habremos de enfrentar rebasará la capacidad de CFE y LFC, que a su vez requieren una inversión de 250 mil millones de pesos, y que el sistema eléctrico será funcional, ya que ha sido implantado en otras naciones con resultados efectivos. Pero lo que no se ha especificado, es qué entiende el Ejecutivo por efectividad, y qué por soberanía.
Melée
ƑDe dónde saca el Ejecutivo Federal que la modificación constitucional para que el capital privado pueda invertir en la industria eléctrica ''nos hará una nación más soberana''? Una de las mayores riquezas de nuestro país son los recursos naturales y por supuesto, la renta económica derivada de su explotación. Esta concepción del gobierno sobre soberanía nacional podría incluir ceder los derechos de explotación del petróleo... En otras palabras, Ƒse habrán dado cuenta que lo que está en riesgo, es el espíritu del artículo 27 constitucional y, con ello, la propiedad de los recursos naturales y la renta económica derivada de su explotación... Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú reunieron a 300 invitados la semana pasada en las oficinas centrales de Banamex, el motivo: los 115 años de la institución. Estuvieron presentes el presidente Ernesto Zedillo, el secretario de Hacienda, José Angel Gurría y el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, entre otros. Aquí no ha pasado nada.