n La OTAN quiere el repliegue de Kosovo en 7 días; Milosevic pide 2 semanas


Se suspende el diálogo; Yugoslavia exige seguridad para sus tropas

n Antes de la retirada, Belgrado busca una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre los Balcanes

Afp, Ap, Dpa y Reuters, Kumanovo, Macedonia, lunes 7 de junio n Las conversaciones entre mandos militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y autoridades de la seguridad de Yugoslavia se suspendieron esta madrugada horas después de que se habían reanudado en las primeras horas de este lunes. Las pláticas habían sido retomadas luego que la noche del domingo se interrumpieron sin lograr un acuerdo sobre el retiro de las fuerzas de Belgrado de la provincia serbia de Kosovo, con lo que desapareció la esperanza de que el fin de semana se suspendieran los bombardeos aliados.

El estancamiento en las conversaciones se debe a que los generales yugoslavos exigen garantías de que sus tropas no serán atacadas por el separatista Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) al replegarse de la provincia serbia, y quieren que el retiro de sus 40 mil hombres de la zona en conflicto se lleve a cabo en dos semanas, y no en siete días como exige la OTAN.

Más tarde trascendió que Belgrado exige que el documento sobre la retirada militar serbia de Kosovo se firme después de que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una resolución sobre la crisis de los Balcanes, para que el proceso de paz no sea dominado, de entrada, por la alianza atlántica

Las versiones sobre el estancamiento de las pláticas sobre el documento de la retirada militar yugoslava surgieron cuando los responsables militares de Belgrado se retrasaron varias horas para regresar a la mesa de negociaciones, la tarde del domingo después de un receso, aunque finalmente el diálogo se reanudó a las 21 horas local, y en la madrigada de este lunes las pláticas se suspendieron. Se ignoraba si los encuentros de esta madrugada fueron directos o a través de intermediarios.

Fuentes de la OTAN dijeron que en estas conversaciones participa también el ruso Evgueni Barmianjev, agregado militar de la embajada rusa en Belgrado.

Diplomáticos cercanos a las conversaciones afirmaron que los yugoslavos señalan que necesitarán dos semanas para realizar un retiro total de sus fuerzas en Kosovo, pero exigen también garantías de que el ELK no aprovechará el repliegue para emboscar a los efectivos yugoslavos. Por lo pronto, líderes del grupo armado afirmaron que no aceptarán entregar las armas ni siquiera en el contexto de un proceso de paz para Kosovo. El vocero Shinasi Rama afirmó que pese a que no se desarmará, "el ELK seguirá siendo un aliado de confianza para la comunidad internacional".

Otras fuentes del ELK denunciaron que desde el primer día del mes las fuerzas serbias llevan a cabo una ofensiva a gran escala no sólo contra posiciones del grupo armado, sino también contra civiles de origen albanés en Kosovo.

Asimismo, Belgrado cuenta con el apoyo de Rusia al exigir que antes de firmar el acuerdo sobre el repliegue de Kosovo, la ONU tiene que haber aprobado una resolución sobre Yugoslavia.

Al trascender que los yugoslavos rechazan firmar el documento de retirada, el vocero de la OTAN, Jamie Shea, reiteró que la alianza desea ver un retiro total y verificable de las fuerzas serbias de Kosovo al afirmar: "No queremos ver solamente palabras en un papel. Queremos ver polvareda en los caminos", y amenazó con intensificar los bombardeos si eso no se cumple en el corto plazo.

Shea agregó que, en todo caso, será mejor que la firma del acuerdo de retiro de Kosovo se demore, pues la OTAN requiere un acuerdo sin ambigüedades que después los serbios puedan aprovechar.

Sin embargo, el secretario de Defensa estadunidense, William Cohen, aseguró que la alianza puede flexibilizar el plazo para el repliegue al afirmar que el cumplimiento de éste no es lo fundamental, sino que el retiro se cumpla. Agregó que el plazo de siete días "podría extenderse" tres días más, y coincidió con Shea en que el acuerdo aún tiene muchos detalles ambiguos. El vocero admitió que el fin de los bombardeos que seguirá a la firma del documento es cuestión de "horas y no de días".

No hubo trascendidos sobre la posición de Occidente sobre la exigencia yugoslava de garantías de que el Ejército de Liberación de Kosovo no atacará a los soldados serbios aprovechando su repliegue, pero fuentes de la OTAN afirmaron que no es necesaria una previa resolución de la ONU sobre la crisis para firmar o aplicar un acuerdo sobre las modalidades del retiro. Sin embargo, el primer ministro ruso, Serguei Stepachin, afirmó que una resolución de la ONU sobre Yugoslavia, previa al documento sobre el repliegue, es prioritaria pues, afirmó, muchos de los temas de la crisis "ya fueron resueltos según los términos de la OTAN", y no se puede seguir permitiendo que la alianza "dicte la manera de resolver el conflicto".

El general Mike Jackson, comandante de las fuerzas de la OTAN en Macedonia, propuso una "firma provisional" del documento sobre el repliegue, mientras se concreta una votación en el Consejo de Seguridad para aprobar una resolución sobre el conflicto en Yugoslavia, con el fin de evitar que las conversaciones sobre el retiro se estacionen en un punto muerto. Shea, sin embargo, advirtió que el ingreso de tropas de paz de la OTAN a Kosovo podría ejecutarse antes de que el Consejo apruebe una resolución sobre la crisis.

Este lunes cancilleres del Grupo de los Ocho (los siete países más industrializados del mundo y Rusia), se reunirán cerca de Bonn para adoptar un borrador que sea aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU, en un encuentro que se postergó precisamente para esperar que los responsables militares serbios y de la OTAN concretaran el acuerdo de repliegue.

El secretario general de la OTAN, Javier Solana, afirmó que los serbios deben "liberarse de su presidente, Slobodan Milosevic", y argumentó que muchos países encontrarían "difícil" ayudar a ese gobierno a reconstruir la nación después de 75 días de bombardeos y "por lo tanto corresponderá a los yugoslavos liberarse de él".

"La OTAN nunca tuvo como objetivo derrocar a Milosevic, pero creo que todos los ciudadanos de buena fe, no sólo de Europa sino del mundo entero, desearían que Milosevic dejara de tener responsabilidades en Serbia", apuntó Solana, quien reafirmó que la comunidad internacional no permitirá una independencia de Kosovo del territorio de la República Federal de Yugoslavia.