n Las fuerzas serbias saldrán de Kosovo en un plazo de 11 días


Júbilo en las calles de Belgrado por el acuerdo Yugoslavia-OTAN

n El pacto, sellado después de cinco días de pláticas n Niega Albright que hayan cesado los ataques

Afp, Ap, Dpa, Reuters, Xinhua y Pl, Belgrado, jueves 10 de junio n Miles de personas se volcaron jubilosas desde anoche en las calles de esta capital, en donde un ambiente algarabía y fiesta reinaba esta madrugada luego que Yugoslavia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) llegaron a un acuerdo que establece la salida de las fuerzas yugoslavas de la provincia serbia de Kosovo en un plazo de 11 días, el cese de los bombardeos que la alianza comenzó el pasado 24 de marzo y el despliegue de una fuerza internacional integrada por 50 mil hombres.

El final de la primera guerra no declarada que la OTAN realiza en sus 50 años de historia comenzó a vislumbrarse la noche del miércoles cuando los representantes militares de la alianza noratlántica anunciaron la conclusión de un acuerdo con altos responsables castrenses yugoslavos, en el que se establece un cronograma para un retiro escalonado y verificable de las fuerzas militares, policiales y paramilitares serbias y yugoslavas de Kosovo.

El pacto fue sellado después de cinco jornadas de intensas negociaciones que tuvieron como escenario la localidad macedonia de Kumanovo, cerca de la frontera con la provincia de Kosovo.

Más aún, las divergencias obligaron todavía a una interrupción de las conversaciones la noche del miércoles, y aunque se había anunciado que las mismas se reanudarían hasta este jueves, fueron retomadas en la noche. Poco después, minutos antes de las 22 horas (20 GMT), el general británico Michael Jackson declaró: "Confirmo que los generales Marjanovic y Stevanovic (jefes de la delegación yugoslava) firmaron el acuerdo igual que yo".

Precisó que el acuerdo para un "retiro escalonado, verificable y ordenado" de las fuerzas serbias, preparará el terreno para el cese de los bombardeos de la OTAN. "No fue fácil", comentó el militar aliado al destacar la "dimensión política" que complicó las conversaciones.

"La guerra terminó, la política de la paz gana --dijo de su lado el jefe de la delegación yugoslava, general Svetozar Marjanovic--. Hemos mostrado que estamos a fa vor de la paz y queremos garantizarles se- guridad a todos los habitantes de Kosovo".

Poco después, y antes de la medianoche del miércoles, el Consejo Permanente de la OTAN aprobó en Bruselas el acuerdo para la retirada de las tropas de Kosovo, y encargó a su comandante supremo, el general estadunidense Wesley Clark, verificar el comienzo de la retirada, que según la agencia yugoslava Tanjug ya empezó.

Tanjug aseguró que "las primeras unidades policiales serbias de combate en Kosovo salieron de la provincia y regresaron a la céntrica localidad de Jagodina, bajo órdenes de retirarse que recibieron del comando supremo del ejército de Yugoslavia".

El acuerdo

Belgrado dispone de un plazo de 11 días, a partir de la entrada en vigencia del acuerdo, para retirar a a Kosovo a los 40 mil hombres que tiene desplegados en la provincia, así como unos 300 tanques, con excepción de los que fueron destruidos durante los 76 días de bombardeos.

Las fuerzas yugoslavas deberán "despejar todas las vías de comunicación, sacando todas las minas u otros obstáculos".

"El ingreso y el despliegue de las Fuerzas Internacionales de Seguridad (KFOR) serán sincronizados", y militares franceses y británicos serán los primeros de la KFOR en ingresar a Kosovo una vez que el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) apruebe una resolución dando luz verde a la operación de paz.

Jackson estará a cargo del mando de la KFOR e instalará su cuartel general en Pristina, capital de Kosovo, tan pronto el Consejo de Seguridad apruebe la resolución.

Y de acuerdo con el consejero para la seguridad nacional estadunidense, Samuel Berger, el separatista Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) deberá entregar sus armas, y no interferirá en la retirada de las fuerzas serbias.

Mientras, en Nueva York el Consejo de Seguridad, que está a la espera de la confirmación del cese de los bombardeos, aprobó una modificación al proyecto de borrador propuesto por el Grupo de los Ocho, integrado por los siete países más industrializados del mundo y Rusia.

Trascendió que China quería añadir "una breve referencia a la Carta Magna de la ONU", indicaron fuentes diplomáticas.

El texto del borrador, elaborado en Colonia, Alemania, por los cancilleres de los ocho, establece que la KFOR tendrá un mando unificado. Su misión principal será garantizar "un ambiente de seguridad" en la provincia y supervisar el alto el fuego.

El proyecto de la KFOR prevé establecer cinco sectores operativos en la provincia serbia que serán confiados a la dirección de Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia y Gran Bretaña.

Rusia, que aportará entre 2 mil y 10 mil hombres a la fuerza de paz, comenzará el jueves negociaciones en Moscú con militares estadunidenses, a fin de no ser dependiente de la OTAN en las operaciones.

Los tiempos

En Bruselas, el secretario general de la OTAN, el español Javier Solana, dijo que "tan pronto como el general Clark me haya confirmado el comienzo de esa retirada me propongo instruirlo para que suspenda las operaciones aéreas".

El otrora opositor a la alianza noratlántica proclamó: "Es un gran día para la OTAN, pero mucho más importante es un gran día para la causa de la justicia, para el pueblo de Kosovo".

Una vez que la retirada de tropas se confirme y que la OTAN anuncie la suspensión de sus bombardeos, el Consejo de Seguridad de la ONU deberá aprobar la resolución que autorice el despliegue de la KFOR en Kosovo.

"El Consejo del Atlántico Norte estará preparado para proceder al despliegue de la fuerza de implementación, la KFOR, casi de inmediato", aseguró Solana.

Sin embargo, trascendió que Estados Unidos insistió en verificar el comienzo de la retirada, a pesar de que una mayoría de los aliados eran partidarios de "actuar con más rapidez" y anunciar inmediatamente el cese de los bombardeos.

Estas discrepancias quedaron de manifiesto cuando en Colonia el ministro alemán de Defensa, Rudolf Shapring, informó sobre "la suspensión de facto de los ataques desde las nueve de la mañana de hoy", pero el vocero de la alianza, Jamie Shea, sostuvo que "la campaña aérea continúa", y la secretaria estadunidense de Estado, Madeleine Albright, rechazó que los bombardeos se hubieran suspendido.

En todo caso, el jefe del Pentágono, William Cohen, indicó que la OTAN "vigilará cuidadosamente" para ver si las fuerzas armadas yugoslavas abandonan pacíficamente la provincia serbia y anticipó que podría iniciarse una pausa en el bombardeo en unas 24 horas.

"Si los serbios cumplen lo que han firmado, esto pondrá fin a la matanza y comenzará la paz", sentenció el funcionario.

Pero el Pentágono aseveró que fuerzas serbias exhumaron 143 tumbas de víctimas de matanzas en Kosovo y trasladaron los cadáveres a otro sitio en un intento por encubrir la atrocidad cometida contra los kosovenses de origen albanés.

Las tumbas, aseguró el vocero Kenneth Bacon, se encontraban cerca de Izbica, donde según testimonios de refugiados hubo una matanza en abril pasado.

Paso importante: Clinton

Para el presidente estadunidense, Bill Clinton, el acuerdo suscrito anoche es "un paso importante hacia la consecución de nuestros objetivos en Kosovo", y se declaró "muy satisfecho". La Casa Blanca emitió después un comunicado en el que señaló que tanto Clinton como sus aliados observarán atentamente si los serbios abandonan pacíficamente Kosovo.

El primer ministro británico, Tony Blair, calificó el acuerdo como "importante y bienvenido" pues "cumple con las condiciones de la OTAN", y señaló que el próximo desafío será el retorno de casi un millón de refugiados a Kosovo, en tanto que el jefe de gobierno italiano, el primer ministro Massimo D'Alema, declaró que "ésta es la paz que tanto hemos querido".

Para el primer ministro francés, Lionel Jospin, el convenio es "una etapa importante en el proceso que lleva a la paz".

Horas antes de que se lograra el pacto en Kumanovo, los ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los Ocho reafirmaron en Colonia la necesidad de respetar el principio de la casi simultaneidad entre las diferentes etapas para alcanzar una paz estable, zanjándose las diferencias surgidas ante la insistencia de Rusia de que cesaran los bombardeos antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una resolución sobre Kosovo.


n Pese al acuerdo, continúa la alerta aérea


Efectuó la OTAN 523 misiones la noche del martes al miércoles

Afp, Ap, Dpa y Reuters, Belgrado, jueves 10 de junio n La alerta de ataque aéreo continuaba vigente esta madrugada en Kosovo, aunque no hubo bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desde que se anunció que la alianza y Yugoslavia llegaron la noche del miércoles a un acuerdo sobre el retiro de tropas yugoslavas de esa provincia serbia.

Aviones de la OTAN lanzaron cinco misiles contra la región occidental de Pec y otros tanto contra la sureña Uvav, ambas en Kosovo, indicó la agencia yugoslava Tanjug, que no pudo precisar los daños ocasionados por estos ataques efectuados cerca de las 19:30 horas, dos horas y media antes de que responsables militares de la alianza noratlántica y yugoslavos firmaron en Kumanovo, Macedonia, el acuerdo.

En un reporte previo, Tanjug indicó que los ataques aliados se concentraron en Kosovo, y las zonas más castigadas fueron Gora, Orahovac y Dragas, sin que se reportaran heridos.

De su lado, el vocero de la alianza, Jamie Shea, indicó que de la noche del martes al miércoles se efectuaron 523 misiones, de las cuales 183 fueron de ataque contra objetivos estratégicos en Kosovo y en algunos puntos aislados en el resto de Serbia, cifra que fue ligeramente inferior a la de la jornada precedente.

El ejército yugoslavo desmintió por otra parte que bombarderos B-52 le hubieran ocasionado "graves pérdidas" como lo sostuvo el Pentágono, y es que el general Charles Wald aseveró que en esos ataques se obligó a los soldados yugoslavos a escapar a pie, y precisó que se destruyeron tanques, vehículos blindados, artillería y camiones involucrados en combates con el Ejército de Liberación de Kosovo.

"Ante la imposibilidad de apuntarse éxitos militares... la propaganda del agresor expande mentiras como la de que bombarderos estratégicos B-52 han causado un gran número de víctimas a dos batallones del ejército yugoslavo", declaró el teniente coronel Stojan Konjikovac a la televisora estatal serbia.

Una linda noticia

"Queridos televidentes, la agresión de la OTAN ha terminado", informó horas más tarde la televisión serbia al dar cuenta del acuerdo logrado con la alianza, en tanto que Radio Novosti de Belgrado dijo: "Querios oyentes, finalmente una linda noticia, los bombardeos cesan".

La noticia fue recibida tanto en Belgrado como en Pristina con tiros al aire, salvas e incluso ráfagas de la defensa antiaérea, mientras en el centro de la capital yugosl ava los televisores encendidos se escuchaban a todo volumen.

Miles de personas no tardaron en volcarse a las calles, destapando incluso botellas de champaña y haciendo largas caravanas de automóviles que sonaban ininterrumpidamente sus claxones.

Afp relató que los bares, tanto en el centro de Belgrado como en los barrios periféricos, estaban mucho más animados que en las fechas anteriores.

"ƑQué ocurre?", preguntaba un transeúnte que, visiblemente, no estaba al corriente de los últimos acontecimientos.

"La paz, amigo mío. Vamos a tomar una copa", le respondía un joven que estaba sentado en una mesa de un bar del barrio Crveni Krst (Cruz Roja).

En el centro de Belgrado, muchachas encaramadas en automóviles en movimiento gritaban de alegría entre los aplausos de los transeúntes que se paseaban por las aceras, mientras el alumbrado eléctrico volvió a iluminar las calles de esta ciudad castigada por bombardeos en los últimos 76 días.

Lo que sigue

Y aunque la OTAN aún no ha declarado formalmente el cese de los bombardeos sobre Yugoslavia, los aliados comenzaron ya sus preparativos para desplegar a unos 50 mil efectivos, de 34 naciones, en la provincia serbia de Yugoslavia.

Por lo pronto, unos mil 700 soldados estadunidense comenzaron a abandonar Tirana, capital de Albania, para acercarse a la frontera macedonia y desplegarse en Kosovo, a pesar de que en el acuerdo se estableció que serán militares británicos y franceses los que ingresarán primero a Kosovo.

La operación Fuerza Aliada fue lanzada luego que Belgrado y representantes de la población kosovenses de origen albanés alcanzaron en febrero pasado, en la localidad francesa de Rambouillet, un acuerdo por el que se otorgaría una autonomía durante un periodo de tres años a Kosovo, para después definir su estatuto.

Belgrado rechazó entonces que el cumplimiento del acuerdo fuera garantizado con el despliegue de 22 mil efectivos comandados por la OTAN.

En todo caso, además del retorno de los refugiados de origen albanés, que se estima en casi cerca de un millón de personas, otro de los desafíos será la reconciliación entre serbios y albaneses.

Elie Wiesel, ganador del Premio Nobel de la Paz, advirtió sobre los riesgos de un "baño de sangre" que podría tener a los serbios como víctimas cuando los albaneses étnicos regresen a sus hogares.

"Constaté una terrible tristeza, dolor y odio", dijo tras presentar un informe al presidente estadunidense, Bill Clinton, sobre una reciente visita que hizo a los campos de refugiados en Macedonia.

Un país en ruinas

Los bombardeos que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comenzó a lanzar el pasado 24 de marzo contra Yugoslavia provocaron unos 2 mil muertos y 6 mil heridos civiles, según las autoridades de Belgrado, y han reducido la infraestructura y la industria yugoslavas al mismo nivel de cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial.

Una gran parte de las instalaciones consideradas estratégicas por la OTAN fueron destruidas, en particular todas las fábricas químicas, lo que provocó pérdidas a la República Federal de Yugoslavia, integrada por Serbia y Montenegro, de decenas de miles de millones de dólares.

Entre las infraestructuras de comunicaciones destruidas figuran 34 puentes y viaductos, según la Unión Automóvil de Serbia. Además, una docena de vías férreas, una veintena de carreteras y ocho aeropuertos quedaron inutilizados.

Mientras, 50 fábricas, más o menos vinculadas al complejo militar-industrial, así como dos de las tres refinerías del país y varias decenas de depósitos de combustible quedaron fuera de servicio.

Las principales instalaciones industriales destruidas son las de la fábrica automotriz Zastava cerca de Kragujevac (centro de Serbia), la fábrica aeronáutica Lola Utva de Pancevo (cerca de Belgrado), los complejos de construcciones mecánicas de Rakovica (cerca de Belgrado), Nis (sudeste), Kursumlija, Krusevac (sur) y Valjevo (centro del país).

La ciudad más afectada ha sido Novi Sad (70 kilómetros al norte de Belgrado), capital de la provincia de Vojvodina, cuya población mayoritaria es de origen húngaro, y en donde la OTAN bombardeó una decena de fábricas, una refinería de petróleo, tres puentes y los estudios de la televisión estatal RTS.

Cientos de edificios fueron alcanzados, en particular en Belgrado, donde los ministerios del Interior serbio y yugoslavo, la sede del estado mayor del ejército, y la del gobernante Partido Socialista, así como de la RTS, quedaron pulverizadas por misiles de la OTAN.

Un centenar de hospitales y centros médicos, casi 200 escuelas y varios miles de viviendas, según datos del gobierno de Slobodan Milosevic, también sufrieron los ataques en diferentes grados. A todo esto se suman unas 25 plantas emisoras de radio y televisión destruidas.

Al menos la mitad de los 11 millones de habitantes que tiene el país resultaron afectados por la falta de electricidad y por ende también de agua, a consecuencia de los daños causados a dos centrales termoeléctricas y la destrucción de una veintena de transformadores.

Los bombardeos dejaron además sin empleo a unas 600 mil personas, lo que ha condenado a la pobreza a más de 2 millones de personas, según informes del gobierno yugoslavo.

Otros de los saldos de este conflicto es el de los desplazados por la guerra.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados estimó que 987 mil kosovenses de origen albanés abandonaron sus hogares desde marzo de 1998, pero de ellos sólo 170 mil lo hicieron antes de que la OTAN comenzara la operación Fuerza Aliada, que fue incrementándose, ya que de los 400 aviones iniciales que participaban en la campaña bélica, tras 11 semanas de ataques, las naves de la alianza que participan en los bombardeos suman ya unos mil 100. (Afp).