La Jornada viernes 11 de junio de 1999

Astillero Ť Julio Hernández López

La escandalera armada por las principales televisoras nacionales, a propósito del asesinato de Francisco Stanley, les ha rebotado de una manera contundente, dejando al descubierto, además, que entre varios de los indignadísimos personajes dolientes del espectáculo televisado estaba, justamente, el principal mercado de consumo de los productos cuyo tráfico finalmente llevaron a la tumba al mencionado animador y cómico.

La falsa moral con que se abordan los asuntos de las adicciones desde algunos espacios de comunicación, quedó manifiesta de manera patética en el caso de la fundación con la que Televisión Azteca promueve su campaña denominada Vive sin Drogas.

Aun con las pesadas evidencias a la luz pública, los preceptores aztecas de la lucha contra la drogadicción pretenden salvar un ápice de credibilidad en su ídolo caído. No les consta, dicen, que Stanley fuese consumidor de drogas, pero, si así fuese, debe entenderse que tal circunstancia constituye una enfermedad cuyas víctimas deben ser atendidas y no formadas frente a un pelotón de fusilamiento.

El generoso razonamiento de la Fundación Azteca es certero y compartible. Pero, así como a los estruendosos locutores de la empresa de Ricardo Salinas Pliego se les olvidó que el crimen de Stanley era un ajuste de cuentas entre mafias y no un caso de inseguridad pública, así a la citada fundación se le escapa que ese enfermo de drogadicción no vivía su infierno en el ámbito particular, sino en el público que esa televisora le ofreció después de que de otro emporio le habían separado (presuntamente por el conocimiento de las andanzas delictivas de Paco, que cada vez eran más complicadas y peligrosas), y que su muerte no provino de un castigo asignado a un consumidor individual por su conducta personal, o por sus fallas íntimas, sino a un distribuidor, amigo o socio de capos, padrino de antros.

Por lo demás, las conductas de ciertos medios y opinadores no resisten una prueba mínima, como la que los peritos policiacos hacen para que emerjan las huellas dactilares de una superficie en la que los ojos comunes no ven gran cosa: si una prueba así hiciesen a los medios, saltarían a la vista, de inmediato, los tonos, las intenciones, las cabezas, las columnas que pretendieron acribillar políticamente a Cuauhtémoc Cárdenas en un ataque cuyo beneficiario sería simplemente Carlos Salinas de Gortari.

El salinismo, deseoso de instalarse en la mesa de discusión de la sucesión presidencial, alienta a Roberto Madrazo, instruye a Televisión Azteca y al salinews llamado Crónica (por cierto, ¿qué le habrá pasado al columnista Fidel Samaniego, quien llegó a ofrecer su propia sangre como sacrificio para que se frene la criminalidad en el Distrito Federal, y que escribió raras y preocupantes referencias a Samuel del Villar y a Cárdenas y su hija?), y trata de desgastar la figura de Cárdenas cuanto le es posible.

Esos escenarios de descomposición no han llegado de pronto y sin explicación. La pelea por el poder ha mostrado ya, a temprana hora, el peso de sus armas y el tamaño de sus enconos. Hoy, por ello, estamos viendo las consecuencias del abandono político zedillista, de la falta de oficio, de la frivolidad, de todos esos desapegos que pareciendo ser en su momento meras características personales, se han convertido en caldo de cultivo para una terrible descompostura política que puede transformarse en feroz pelea por la sucesión.

En esos terrenos, no es posible evitar la visualización del daño trascendente que las televisoras, y en especial la de Salinas Pliego, han hecho al proceso político en curso, al alentar la polarización de rencores contra un precandidato presidencial, y al crear un fuerte clima de electrización que puede ser aprovechado por otros factores políticos para intentar ofensas, descalificaciones, atentados.

Astillas: A Miguel Angel Granados Chapa le podrán reclamar lo que quieran, pero no que sea un periodista mal informado. Por ello, cuando dijo que Francisco Xavier Berganza era un instrumento político del entonces gobernador priísta de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, para cerrar el paso a la alianza entre PRD y PAN que proponía el autor de Plaza Pública, la directiva blanquiazul debió hacerle caso seriamente. Por el contrario, y siempre rehuyendo la idea de aliarse con el partido que les produce ronchas, que es el PRD, y ayudando al que les genera fragancia de rosas, que es el PRI, atendieron las quejas hechas en su momento por Granados Chapa sobre alteraciones electorales para favorecer al cantante Berganza y no al columnista, pero de manera tramposa, reponiendo el proceso impugnado, pero sólo para que volviese a dar los mismos resultados. Hoy, el presunto opositor se ha revelado como lo que es: una pieza de Murillo Karam en la política priísta. Por ello, ha renunciado a su superficial participación en el PAN, partido en el que nunca militó formalmente, y decidió convertirse en apoyador deÉ Francisco Labastida Ochoa, el jefe del subsecretario de Gobernación Murillo KaramÉ Por cierto, este subsecretario tiene mucho qué explicar sobre la credencial de Stanley, pues los firmantes de ese documento son hidalguenses que hicieron carrera con Murillo Karam y que éste convirtió en funcionarios de GobernaciónÉ Por cierto, ¿será posible que el secretario, que puso al subsecretario, que puso a los firmantes de la credencial, no supiese del delicado asunto de dar charola de ``servidor público federal'' a alguien que durante largos años tenía relaciones peligrosas en el ámbito del narcotráfico?.. ¿Es tanta la falta de información en Bucareli? O, por el contrario, ¿por tener suficiente información fue por lo que se le dio la credencial al animador de televisión? Que los oráculos de Pachuca nos ayudenÉDe Tuxtla Gutiérrez han llegado cartas. Una del coordinador de Comunicación Social del gobierno de Chiapas; otra del director de uno de los diarios de aquella entidad. El próximo lunes deleitaremos a los lectores con otras perlas venidas del sureste por cortesía del señor licenciado Roberto Albores GuillénÉ El presidente Ernesto Zedillo pondrá fin de manera muy significativa a su abstinencia de pasear por la tierra del peje lagarto. Apenas haya dejado la gubernatura del estado Roberto Madrazo, el doctor Zedillo viajará, al fin, a la entidad que durante tanto tiempo ha evitado en su agenda de trabajo. Roberto Madrazo ya no será gobernador en activo el 15 de junio, y al siguiente día, el 16, estará el presidente Zedillo clausurando una reunión nacional celebrada en aquellas tierras tropicalesÉ Por cierto, ¿cómo garantizarán el PRI y el sistema a los aspirantes presidenciales equidad en la lucha por la candidatura, si un gobernador interino es un simple subordinado político del que pidió licencia para competir? Porque, en Tabasco, los madracistas siguen apostando a que el sustituto de Madrazo Pintado será alguien del equipo, como Víctor Manuel Barceló, actual secretario de GobiernoÉ El tratamiento que aquí se ha dado al caso de Paco Stanley ha hecho que varios lectores envíen sus comentarios a esta columna. Hay de todo, desde quienes proponen que se organice un boicot contra los productos que patrocinan programas embrutecedores y sensacionalistas, hasta quienes critican la crudeza con la que aquí se han expuesto las facetas antes poco conocidas del animador de televisión. De entre los textos recibidos destacan los comentarios de Eduardo Lera, de San Miguel Allende; de Osvaldo Olivo, de Chihuahua; de Jorge Alejandro González Pérez, de Poza Rica; de Germán Estrada Navarro, y del fotógrafo Bruno Cortés, que llama a este columnista ``sicario informativo'' al servicio de CárdenasÉ De Baja California reportan que el senador priísta Amador Rodríguez Lozano no ha se definido en favor de ninguno de los precandidatos presidenciales de su partido, y que no hay ninguna tarea que realice en favor de Roberto Madrazo Pintado.

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