n Operaciones contables fuera de toda sana práctica bancaria, revela una auditoría
Entre 93 y 94, Banco Unión destinó al PRI más de 47 millones de pesos
n Las aportaciones fueron hechas cuando la institución era dirigida por Carlos Cabal Peniche
Roberto González Amador n El informe de una auditoría practicada a Banco Unión reveló que esa institución de crédito destinó recursos al Partido Revolucionario Institucional (PRI) a través de "operaciones contables fuera de toda sana práctica bancaria" y por un monto de al menos 47 millones 175 mil pesos.
Las aportaciones de dinero hechas por Banco Unión al PRI fueron realizadas en cinco exhibiciones entre octubre de 1993 y mayo de 1994, cuando el banco todavía era dirigido por Carlos Cabal Peniche, el ex banquero preso en Australia acusado de haber cometido un fraude por 700 millones de dólares y que dirigió la institución de crédito hasta el 5 de septiembre de 1994, cuando fue intervenida por el gobierno federal.
El lunes pasado, la Presidencia de la República afirmó que Cabal Peniche sólo aportó un millón de pesos para financiar la campaña electoral del PRI en 1994, que llevó a la Presidencia a Ernesto Zedillo. El ex banquero asegura haber donado 20 millones de dólares a la campaña presidencial del partido oficial.
Fideicomiso
Sin embargo, el reporte de una auditoría interna a Banco Unión, fechado el 13 de diciembre de 1994 y firmada por el contador público Josué Peláez Rueda, documenta la constitución por parte del Partido Revolucionario Institucional de al menos un fideicomiso en Banco Unión en la ciudad de México.
El fideicomiso, con el número 2929-4/ Comité Ejecutivo Nacional del PRI-Banco Unión, fue constituido el 22 de julio de 1993 y firman como fideicomitentes Fernando Ortiz Arana y Carlos Enrique Sales Gutiérrez, entonces presidente y secretario de finanzas, respectivamente, del partido oficial.
Los fondos para alimentar al fideicomiso provinieron de la cuenta concentradora 964004-5 a nombre de Administración Fiduciaria por Cuenta de Terceros. Los recursos para esta cuenta fueron obtenidos mediante créditos quirografarios -es decir, sin garantía- otorgados por Banco Unión a empresas de reciente creación, vinculadas a Cabal Peniche.
La auditoría documenta que el 26 de julio de 1993, Banco Unión expidió 60 cheques de caja, con los cuales después, el 27 de julio de ese mismo año, la totalidad de los documentos fueron negociados en la matriz de Banco Unión en la ciudad de México y depositados en la cuenta de cheques 964004-5 a nombre del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
En las conclusiones de la auditoría, se establece que la transferencia de los 60 cheques de caja, que amparaban un monto de 47 millones 175 mil pesos, a la cuenta de cheques del PRI representó "operaciones contables fuera de toda sana práctica bancaria, en virtud de que se simuló que se estaban iniciando partidas de crédito que en distintas sucursales del interior de la república serían correspondidas, situación que no se dio".
Además, establece que "los recursos producto de la negociación de los cheques de caja fueron acreditados a la cuenta de cheques 964004-5, de donde se expidieron cinco cheques de caja por 50 millones de pesos, mismos que fueron negociados en otros bancos para abono de las cuentas de cheques de la Tesorería y Secretaría de Finanzas del Comité Ejecutivo Nacional del PRI".
El auditor establece claramente que Banco Unión "destinó recursos para un organismo político que no tiene relación por operaciones financieras con el banco, desconociéndose la razón de la entrega de estos fondos".
La auditoría practicada a Banco Unión señala que esa institución autorizó créditos a empresas para allegar fondos a las cuentas de donde salieron los recursos para el PRI, "por lo que finalmente los recursos dispuestos por el organismo político fueron aportados por esas empresas".
El encargado de la auditoría considera en su reporte que en las operaciones a favor del PRI no hubo quebranto que afectara el patrimonio de la institución. Sin embargo, detalla, "existe el riesgo" de que esos importes "no puedan ser recuperados ya que están involucrados dentro de los créditos que otorgó Banco Unión a las empresas que investiga la Comisión Nacional Bancaria y que se les ha denominado canalizadoras".
Establece que "dada la simulación contable" realizada para transferir los fondos al PRI "se infiere que de no cobrarse los adeudos, finalmente es Banco Unión quien aporta los recursos al organismo político que se ha mencionado".
n El tricolor, interesado en que se aclaren donaciones de 1994: Sadot Sánchez
Piden agilizar extradición de Cabal y De Prevoisin
Ciro Pérez y Mireya Cuéllar n Legisladores de PAN, PRI y PRD consideraron que es imprescindible agilizar los trámites para extraditar a México a Carlos Cabal Peniche, ex propietario de Banca Unión, y a Gerardo de Prevoisin, ex presidente de Aeroméxico, para que aclaren sus supuestas aportaciones a las campañas del tricolor para las elecciones federales de 1994.
El priísta Sadot Sánchez Carreño sostuvo que a los priístas les interesa particularmente que se aclaren las acusaciones difundidas en los medios de comunicación sobre las aportaciones de más de 30 millones de dólares que Cabal y De Prevoisin afirman haber entregado para las campañas de Luis Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo y Roberto Madrazo.
''Nos interesa que se definan, que se aclaren y se deslinden responsabilidades, porque muchas veces encontramos que tienen más eco declaraciones que hacen quienes están sujetos a un proceso judicial que los resultados de las propias investigaciones. Qué bueno que las autoridades suizas estén anuentes a que el señor De Prevoisin responda ante la justicia mexicana y se diluciden de una vez por todas las imputaciones que ha hecho'', consideró el legislador oaxaqueño.
Sánchez Carreño sostuvo que lo mismo se aplica al ex banquero Cabal Peniche, quien, dijo, debe aportar las pruebas de las declaraciones que ha hecho sobre el financiamiento al PRI, toda vez que diversas organizaciones políticas tratan de obtener provecho de estas declaraciones, que serán definitivas cuando se formulen ante las autoridades correspondientes, recordó.
A su vez, el panista Julio Faesler dijo que la extradición de De Prevoisin contribuirá a que se aclare el financiamiento a los partidos durante las elecciones presidenciales de 1994. ''No es tolerable que los gastos de campaña provengan de fuentes que no sean legítimas'', aseveró.
Interrogado sobre la situación de Cabal Peniche y de su eventual extradición, el panista opinó que sería conveniente traer al ex banquero a México, ''ya que estamos en vísperas de cambios sumamente importantes y nada debe empañarlos, mucho menos la intromisión de elementos extraños''.
Por separado, el vicecoordinador perredista Jesús Martín del Campo Castañeda coincidió en que la extradición de ambos acusados aclarará el financiamiento, particularmente las aportaciones de De Prevoisin, quien debe explicar cómo y por qué entregó recursos de Aeroméxico al PRI.
''Ya lo ha dicho fuera del país, pero conviene que lo diga ante las autoridades mexicanas porque ahora es un momento muy oportuno para que de una vez se aclaren todas las prácticas irregulares que se han llevado a cabo y establecer un mecanismo para que desaparezcan estas fórmulas que allegaban recursos de manera inadecuada y regularmente al PRI'', sostuvo el legislador perredista.
Consideró que la extradición de ambos implicados ayudará a la democracia del país y a transparentar el manejo de los partidos políticos que, ''como entidades de interés público'', están sujetos a fiscalización.
''Se deben superar las limitaciones de la ley para castigar a los responsables; necesitamos reglas que sean más rigurosas, pero aun aplicando las que ahora existen debe sancionarse a quienes, alegando desconocimiento del origen de los cuantiosos fondos, los aceptan, los usan en sus campañas proselitistas y luego dicen que fueron engañados porque no sabían que era ilegal el origen de los dineros. No queremos que nos sigan saliendo con su domingo siete'', enfatizó Martín del Campo.