n Analistas de medios
Atacar a Cárdenas y asegurar concesión, metas de TV Azteca
Alma E. Muñoz n El manejo de la información sobre el asesinato de Francisco Stanley en las cadenas de televisión, especialmente en TV Azteca, busca tres objetivos principales: asegurar la concesión de las emisoras para el próximo año, impedir que Cuauhtémoc Cárdenas sea candidato a la Presidencia en el año 2000 y establecer la ''videopolítica'' en los medios electrónicos para '' incitar'' a parte de la sociedad a asumir eventualmente posturas a favor del partido en el gobierno.
Analistas de las universidades Autónoma Metropolitana e Iberoamericana explicaron cómo funciona la ''manipulación organizada'' de que pueden hacer uso estos sistemas informativos para responder a sus intereses políticos, además de la falta de respuesta de parte de la Secretaría de Gobernación para sancionar a los concesionarios, pues la Ley Federal de Radio y Televisión impone multas a quienes a través de los medios electrónicos provoquen alarma o pánico entre el público. Asimismo, dijeron, resultó interesante que precisamente en el día de la Libertad de Expresión se observara ''la falta más clara de códigos de ética y de equilibrio con la pretensión de arrancar la opinión irracional y el ajusticiamiento sin previa argumentación''.
El lunes pasado las televisoras convirtieron una nota policiaca en un hecho ''histórico'' que, independientemente de la fama y trayectoria de Stanley, ''opacó'' acontecimientos ''en declive'' como el conflicto en la Universidad Nacional Autónoma de México o las pugnas internas en el PRI.
La televisora de Chapultepec tuvo que ''retractarse'' un día después de su ''manipulación'' cuando empezaron a surgir indicios de que el animador de televisión tenía nexos con el crimen organizado.
Romeo Pardo, investigador del Departamento de Educación y Cultura de la UAM Xochimilco, comentó: ''El hecho de que los crímenes se conformen como mensajes tiene una especie de patrón simbólico con diferentes lecturas: que se buscaba enviar un mensaje desde un interlocutor que desconocemos y un receptor que bien puede ser el Gobierno del Distrito Federal, o que las mismas estructuras de las empresas televisivas pudieran haber percibido esto como cierta alerta y amenaza de que habría un embate contra sus personajes''.
Lo cierto, explicó el académico, es que el acontecimiento responde a un caso típico de ''videopolítica'' donde la creación televisiva, mediante el uso de fuentes no autorizadas (artistas, cómicos, mujeres hermosas que secundan la petición del conductor Jorge Garralda para pedir la renuncia del jefe de Gobierno del Distrito Federal) infló el suceso hasta convertirlo en un magnicidio y, por ello, ''entra a la historia''.
Crimen convertido en telenovela
Con esto, añadió, ''la opinión se aísla, se corta''. Las opiniones emocionales predominan: ''El rostro compungido de personas y artistas que convierten el hecho en un televiteatro, una telenovela, lo que le gusta a la gente con poca escolaridad'' y sin capacidad de distinguir cómo se dan los fenómenos televisivos. Así, explica, se descontextualizó la información de especialistas como el procurador de Justicia Samuel del Villar o sel forense.
Después de 12 horas de ''magnificar'' los acontecimientos, añadió, si hubiera derecho de réplica se debió dar el mismo tiempo a Cuauhtémoc Cárdenas para argumentar sobre la inseguridad en la ciudad de México, agregó.