n Confusión e indignación en la OTAN; Moscú les ordena retroceder
Llegan por error unos mil soldados rusos a Pristina a través de Serbia
n Fueron recibidos con vítores y fuegos artificiales n Ingresó hoy a Kosovo un contingente británico
Afp, Ap, Dpa y Reuters, Skopje, Macedonia, sábado 12 de junio n El primer contingente británico de la Fuerza de Paz para Kosovo (KFOR) ingresó esta madrugada a la provincia, donde horas antes cerca de mil soldados rusos, a bordo de más de 30 vehículos, cruzaron Serbia desde Macedonia para arribar a la capital kosovense de Pristina, donde, según las agencias yugoslavas, fueron recibidos con vítores y fuegos artificiales por la población serbia de la zona.
Esto provocó la confusión e indignación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pues la alianza aún no había concretado un acuerdo sobre el estatuto con el que funcionarán las tropas rusas de paz para Kosovo.
Moscú insiste en que sus fuerzas deben controlar el norte de la provincia donde predomina la población serbia. No obstante, en las últimas horas de anoche el Kremlin admitió que el despliegue fue un "error", y que ya se ordenó al contingente retroceder.
El subsecretario de Estado estadunidense, Strobe Talbott, abandonó las conversaciones que sostenía en Moscú con el Ministerio de Defensa ruso cuando se enteró del ingreso de las tropas rusas a Kosovo, pero horas más tarde los contactos se reanudaron, aunque las posturas de la OTAN y los rusos continuaban sin aproximarse.
Leonid Ivashov, alto funcionario del Ministerio de Defensa de Moscú amenazó con que su gobierno podría llegar a un acuerdo directo con el gobierno yugoslavo para que las tropas rusas de apoyo obtengan un sector propio de la provincia, en caso de que no se logre acuerdo alguno con la alianza.
Fuentes de las tropas de Gran Bretaña en Macedonia indicaron que una unidad de británica de élite, equipada con helicópteros, recibió órdenes de evitar que las tropas rusas cruzaran la frontera hacia Kosovo, en lo que hubiera sido el primer enfrentamiento entre rusos y occidentales desde el fin de la guerra fría.
Más de 30 de vehículos blindados rusos atravesaron la capital de Macedonia, y posteriormente la frontera con Kosovo.
Las agencias informativas serbias transmitieron amplias crónicas sobre el recibimiento de los rusos en Pristina, que había sido anunciada desde la madrugada por la cancillería yugoslava.
El gobierno ruso no confirmó este movimiento militar, e incluso trascendió que el canciller Igor Ivanov desmintió a la secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, que las tropas de su país hubiesen partido hacia Kosovo.
El vocero del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, P. J. Crowley, aseguró que Ivanov dijo a Albright que los movimientos no eran más que despliegue de prueba con la intención de "preposicionar" a la tropas rusas para que éstas pudieran unirse rápidamente con los contingentes militares de la KFOR.
Durante toda la jornada de ayer parecía no haber una certeza de hasta dónde penetraron las tropas rusas en Kosovo; ni Washington ni la OTAN confirmaron las imágenes televisivas serbias de la supuesta llegada de soldados rusos a Pristina.
Sin embargo, Michael Jackson, el comandante británico del KFOR, aseguró que la tropas estaban "a punto" de llegar a la provincia, y calculó que el contingente era no de mil, sino de 18 mil hombres.
Cuando Talbott abandonó las conversaciones, Ivanov dijo que el contingente no había llegado aún a Kosovo.
Cuando se enteró del desplazamiento de las tropas rusas, Talbott ordenó que su avión regresara a Moscú para marcharse lo antes posible, pero decidió reanudar las pláticas poco después, pese a que no parecía haber un acercamiento en las posturas.
Talbott había señalado que las negociaciones eran más bien difíciles, y que no se esperaba acuerdo alguno antes del sábado.
Moscú insiste en que sus fuerzas funcionen de manera independiente de la OTAN, y pretende controlar el sector norte de Kosovo, donde predomina la población serbia que, según la radio, hoy empezó a huir hacia Serbia por temor a represalias de las fuerzas aliadas de paz.
A última hora del viernes, Ivanov aseguró que el desplazamiento de las tropas rusas hacia Kosovo fue una "desafortunada equivocación" y aseguró que las fuerzas de su país habían recibido la orden de abandonar de inmediato la provincia serbia.
Fuentes de la Casa Blanca aceptaron la disculpa rusa y confiaron en que el repliegue se llevará a cabo cuanto antes.
Pero antes de la reanudación de las conversaciones, el canciller Ivanov aseveró que "Rusia no será subordinada de nadie y no participará (en la pacificación) con una condición de segunda categoría".
A su vez, funcionarios del Ministerio de Defensa ruso advirtieron que "no tenemos intenciones de implorar a los estadunidenses que provean a Rusia con un sector relevante de Kosovo, sino que lo declararemos unilateralmente acordando previamente la zona directamente con la parte yugoslava".
Por su parte, Vladimir Lukin, legislador y ex embajador ruso en Washington, sugirió que si la OTAN insiste en no reconocer las demandas rusas "debemos acantonar a nuestro contingente a lo largo de la frontera entre Serbia y Kosovo para ayudar a resguardar la soberanía yugoslava".
En todo caso, cuando se redactó el documento del Grupo de los Ocho, aprobado por el Consejo de Seguridad sobre la fuerza multinacional de paz, diplomáticos occidentales admitieron que si se mencionó la presencia rusa en las fuerzas de paz fue sólo para "no desprestigiar a Moscú".
La OTAN dijo haber comprobado ayer la salida de unos 4 mil soldados yugoslavos de la provincia de Kosovo, que además se habían dado a la tarea de desmantelar cañones antiaéreos, misiles tierra-aire y radares instalados en varias zonas.
Un avión militar británico Hércules C130 explotó este viernes en un aeropuerto de la ciudad albanesa de Kukes al estrellarse contra un vehículo cercano; algunas fuentes afirman que el accidente ocurrió durante el despegue, y otras señalan que fue en el aterrizaje, pero en todo caso sólo una de las 12 personas a bordo resultó herida.