Masiosare, domingo 13 de junio de 1999


Entrevista con Alejandro Gascón Mercado


Un recuerdo de
Porfirio


Alberto Nájar


Alejandro Gascón Mercado es una especie de ``eslabón perdido'' en la política nacional. Heredero del lombardismo, hace 25 años el PPS lo nominó candidato a la gubernatura de Nayarit y a pesar de que obtuvo la mayoría de los votos no llegó al cargo. La primera concertacesión en la historia contemporánea, litigada por Porfirio Muñoz Ledo, al que no baja de ``mequetrefe''. Hoy, Gascón es otra vez candidato de un movimiento cívico, ``la auténtica oposición'', y alerta sobre los riesgos de una alianza PAN-PRD: ``sería un acto de promiscuidad política''

Alejandro Gascón Mercado no se olvida de Porfirio Muñoz Ledo:

``Me dijeron que ya era demócrata y me dio mucho gusto, siempre es bueno que un delincuente electoral se rehabilite. Pero ahora, con su campaña sucia contra Cuauhtémoc Cárdenas pienso que volvió a las andadas y que en realidad nunca se salió del PRI''.

Con esta actitud, dice, lo único que hace es servir al sistema y en particular ``a Miguel Alemán, que va a ser su candidato''.

Casi una pieza arqueológica en la política mexicana, seguidor de Vicente Lombardo Toledano, Gascón se llegó a considerar ``el primer presidente municipal socialista'' en México, pues gobernó Tepic a principios de los setenta.

En la década anterior, Nayarit era un hervidero. Las escuelas normales de Tepic y Xalisco fueron los principales semilleros del comunismo en el occidente del país. Eran extensiones de los dominios de Federico González Gallo y Severiano Oceguera, dos de los principales dirigentes de la Asociación Revolucionaria Sindical y líderes históricos del magisterio local.

Ellos se impusieron muchas veces a los gobernantes locales. Y siempre respaldaron a Gascón Mercado -por medio del Movimiento de Unidad Magisterial- en sus aventuras políticas. Fueron maestros los que le dieron fuerza al Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), lo hicieron ganar la alcaldía y armaron la campaña del Partido Popular Socialista por la gubernatura en 1975.

En esa elección, el MEP obtuvo 47% de la votación, ganó el Congreso local y la mayoría de las presidencias municipales.

Gascón nunca ocupó el cargo. El sistema impuso al coronel Rogelio Flores Curiel, candidato priísta. Las protestas se generalizaron y el Ejército se hizo cargo de la seguridad en el estado.

El presidente Luis Echeverría intervino para proponer que se repartieran las posiciones políticas entre PRI y PPS.

Gascón Mercado no aceptó, y de todos modos el candidato del tricolor tomó posesión.

A cambio del Palacio de Gobierno, el entonces presidente del PPS, Jorge Cruikshank, recibió en 1976 la senaduría de Oaxaca, gracias a la negociación que entabló el ahora perredista Porfirio Muñoz Ledo.

Veinticinco años después la historia no termina de contarse. Y los protagonistas, entre ellos Gascón, se resisten a hacerlo.

A Muñoz Ledo, dice, ``lo conocí en hechos concretos, nunca lo he tratado. Cumplió las órdenes del presidente Echeverría, fue un instrumento, un delincuente electoral''.

La única vez que habló con el ahora perredista fue en Los Pinos, durante una reunión encabezada por el entonces secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia: ``Empezó a decir que la elección había sido inmaculada. Me salí para no seguir oyendo a ese mequetrefe''.

Moya Palencia propuso que el PPS nombrara al secretario de Gobierno de Nayarit, al presidente del Tribunal de Justicia o al procurador, y les ofreció compartir presidencias municipales y diputaciones. También garantizó que, un año más tarde, Gascón fuera senador.

El candidato rechazó el ofrecimiento, pero Cruikshank no le hizo el feo. ``Negoció a nuestras espaldas, se arregló con Muñoz Ledo''.

Política promiscua

Gascón Mercado se ha postulado cuatro veces como candidato a gobernador de Nayarit, pero nunca alcanzó la fuerza electoral de 1975.

Expulsado del pps, fundó el Partido de la Revolución Socialista, organización que abandonó ``porque (Rigoberto) Ochoa Zaragoza nos quitó el registro, se lo dio a trece incondicionales suyos''.

Nunca se apartó de su línea política. Ni siquiera en 1988, cuando prácticamente toda la izquierda mexicana se unió al Frente Democrático Nacional.

Quizá porque en Nayarit el gasconismo está vivo. En 1991, por ejemplo, participó electoralmente con las siglas del PRD en busca de una diputación, y obtuvo una votación similar a la alcanzada por el pan.

Hace medio año Gascón reapareció en la política para convocar a las fuerzas ``de la auténtica oposición'' a no ceder sus siglas al empresario Antonio Echevarría, postulado por una coalición integrada por PRD, PAN, PR y PVEM.

Gascón considera que se trata de ``el PRI bis'', porque el candidato a gobernador es un empresario que hasta el año pasado militaba en el tricolor.

Según Gascón, el experimento electoral de Nayarit es un ejemplo de lo que sucedería si PAN y PRD deciden aliarse en la contienda del próximo año. Sería, insiste, ``un acto de promiscuidad política'', sin posibilidades de derrotar al PRI.

El PRD, machaca Gascón, ``no tiene principios ni credibilidad. En un esquema así por supuesto que pueden postular a Vicente Fox y hasta a Miguel Alemán''.

La ``verdadera oposición'', dice el nayarita, está en los mexicanos sin partido nacional, aquellos que no confían en los partidos existentes, ``y que no tenemos posibilidad de trabajar en ninguna parte. Esta es la verdadera oposición, no las cúpulas que negocian posiciones políticas''.