n Se compromete a hacer prevalecer el estado de derecho
Critica Zedillo sensacionalismo en tv
n Demanda que se promueva una cultura de respeto a la legalidad n Llama a no exaltar el crimen
Rosa Elvira Vargas n Una semana después de que fue asesinado el animador de televisión Francisco Stanley en esta capital, el presidente Ernesto Zedillo dijo que "no es legítimo lamentar, en ocasiones histéricamente, el crimen si al mismo tiempo exaltamos con particular fuerza los hechos criminales''.
Admitió que en materia de seguridad pública no se ha podido dar a la población los resultados que esperaba, pero de inmediato indicó que "más allá de hechos dramáticos, que han sido exaltados en un tono sensacionalista'' y han traumatizado a los mexicanos, hay otros "igualmente dramáticos y cotidianos''.
Tales sucesos, añadió, justifican sin duda que "nos apliquemos con la misma energía dedicada a otras tareas para poder dar a la gente los alcances que con toda razón demanda y exige".
Por ello, Zedillo formuló ayer mismo, teniendo como marco el relevo directivo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), su compromiso personal de desplegar un esfuerzo "equivalente o superior'' al que ha aplicado en la conducción económica, la promoción democrática y la política social, para lograr que prevalezca el estado de derecho y la seguridad pública.
El ex mandatario señaló que combatir la inseguridad y el crimen corresponde a los tres órdenes de Gobierno, así como a los poderes Legislativo y Judicial, pero también "a la sociedad en su conjunto y, de manera señalada, a los medios de comunicación".
Pidió que se promueva una cultura de respeto a la legalidad. "Tenemos que mostrarle la realidad a la sociedad, pero tenemos que mostrarle lo que es necesario para combatir el crimen, no para exaltarlo''. Enseguida señaló que la opinión de la sociedad y sus organizaciones "es fundamental para que otros actores, que tienen también una responsabilidad que jugar en este aspecto, efectivamente la cumplan''.
Aseguró que si se logran consensos y conjunción de esfuerzos, antes de que finalice la presente administración federal se podrá presentar a la gente una situación de "clara derrota'', de "retroceso'' de la ola de criminalidad que nos ha venido afectando durante los últimos años.
Los dirigentes del CCE, Eduardo Bours, saliente, y Jorge Marín Santillán, dijeron que el problema de la inseguridad está "en boca de todos'', porque prácticamente nadie se ha salvado de sus perjuicios.
Ante ello, Zedillo puntualizó que desde tiempo atrás se ha reconocido que la vigencia del estado de derecho no es lo que debiera ser y que existen serias deficiencias estructurales, por lo que no se obtienen los resultados que la gente demanda y exige.
Resaltó que más allá de los hechos dramáticos a los que se ha exaltado en tono sensacionalista, están otros cotidianos, como el del pequeño empresario al que asaltan y le roban la nómina; el ama de casa a la que despojan en un microbús, frecuentemente con violencia, de su bolso; el padre de familia que es secuestrado; el empresario que se ve despojado de un envío de exportaciones por un asalto en carretera. "En todo ello está la amenaza que representa el crimen organizado para todos los aspectos de la vida del país'', agregó.
Así, el jefe del Ejecutivo propuso que el combate a la inseguridad sea una tarea "que nos ocupe ahora con mucho mayor vigor, con mucho mayor esfuerzo, pero sobre todo con un compromiso fundamental'' para dar los resultados que la gente está esperando.
Dijo que se trata de un problema complejo que debe resolverse en varios aspectos y etapas, todas ellas fundamentales, y que han implicado una "reforma profunda'' del Poder Judicial.
"Ahora estamos inmersos en una reforma profunda de las instituciones de procuración de justicia y de seguridad pública. Lo que nos hace falta son resultados'', precisó Ernesto Zedillo, y fue entonces cuando se comprometió a aplicar un amplio esfuerzo personal para lograr resultados en la materia.
Se tienen ya "elementos fundamentales sobre la mesa'', pero se requiere ejecutarlos para darle resultados a la sociedad, puntualizó.
El Presidente abordó también lo relativo a la democracia al insistir en la necesidad de elaborar una ética de responsabilidad política. Y subrayó que el fin último de ésta es la de servir a los intereses de la nación y no a los particulares, de grupo o "partidistas''.
Señaló que no se debe "confundir el fin con el medio. El fin no es el poder, el poder es un medio para servir a la nación y para servir a la gente''.
"No hay que defraudar lo logrado en materia de cultura democrática", agregó.
Corresponde seguir alentando el proceso de democratización, sobre todo porque "tenemos ante nosotros'' las elecciones federales del 2000, y ya empieza a vivirse el ambiente político conducente a esos comicios.
Frente a ello, Zedillo dijo que debe procurarse que ese ambiente político se conduzca, se desenvuelva en los cauces de civilidad, de respeto, de honorabilidad que siembre reclamará una vida democrática sana, y eso "es responsabilidad de todos, pero sobre todo de los políticos, de los partidos, de quienes tenemos un cargo público''.