n La Semana de Autor en España estará dedicada a la escritora mexicana


Cuando se ha tenido la sensación de eternidad, aunque luego se pierda, ya ganamos: Mastretta

César Güemes n La Semana de Autor, que organizan en España el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Instituto de Cooperación Iberoamericana, estará dedicada esta vez a Angeles Mastretta. En ella habrán de participar, analizando su obra, Rosa Regás, Fernando Savater, Julio Ortega, Pedro Sorela, Michi Strausfeld, Marta Portal y Juan Angel Juristo. Hacia la península ibérica partirá la escritora este viernes a fin de recibir el homenaje. Antes, la conversación con ella versa sobre su más reciente libro, Ninguna eternidad como la mía (Cal y Arena), que nació destinado a España, pasó con éxito por Argentina y ahora se encuentra finalmente en México.

ųDe algún modo el sino de la protagonista se encuentra en su segundo apellido, al cual basta modificar un poco el orden de las letras para encontrar la palabra ''pierde".

ųNo se me ocurrió así, en realidad yo quería que Isabel Arango fuera hija de españoles y sus apellidos eran muy claramente de emigrantes. Una de mis compañeras de escuela, con esas características, se apellidaba Priede. Y recordemos un par de líneas de Renato Leduc a propósito: ''En amor quien pierde, gana./ Quien gana en amor, se pierde". Creo que Isabel es una protagonista ideal de esos dos versos: perdió ganando.

Atisbar la totalidad

ųSi bien es poco espacio narrativo para perder: 65 páginas.

ųEs un texto que hice para los cuentos de verano de El País. Como se leyó mucho y le fue muy bien, me lo pidieron para hacerlo libro en Argentina. Luego, ya que allá funcionó, decidimos sacarlo aquí. En realidad es un juguete, no está planteado ni como novela breve ni relato largo, sino como una conversación corta. A veces pienso que debió haber evolucionado para que algunos personajes fueran más largamente tratados. Hay ahí algunos seres que son muy atractivos, como el de Prudencia, que es en realidad una mujer muy drástica y grata. La misma Isabel pudo crecer. Todos los que están en la obra pueden tener otro destino y este libro sería el primer capítulo de una novela amplia. Pero no sé si la voy a escribir.

ųEl caso es que no la escribe por ahora.

ųNo, es por eso que dí a conocer el trabajo ya terminado. Y es que las cosas que uno inventa dependen muy poco de uno. Sí requieren del escritor en tanto que es una persona concreta la que se dedica a trabajar sobre la máquina de escribir. Pero exactamente qué va a pasar es algo que ya no depende de uno.

ųƑNi siquiera la extensión? Los lectores aguardan de usted una novela amplia como es usual.

ųMás les vale porque en eso estoy. Si hay una situación beatífica parecida a la sensación que pueden tener los místicos es la que se deriva de estar metido en una novela larga. Cuando eso sucede, la vida es mejor. Aquello que es trivial y tedioso adquiere sentido y se convierte en algo grato. Esto quiere decir que te puedes ir todos los días de viaje a otro mundo, que es lo que haces cuando escribes novelas. Extraño escribir una novela larga. En agosto comienzo una y eso me divierte y me encanta. Creo que he dedicado demasiado tiempo a esta otra cosa a la que también nos abocamos los escritores: hablar de literatura, conocer el trabajo de los demás o leer obra de mis contemporáneos para el Rómulo Gallegos, por ejemplo.

ųEn Ninguna eternidad como la mía al parecer toda la felicidad que le da a su personaje es la preparación de una gran derrota.

ųEs que así sucede. Incluso cuando una pasión de esa intensidad deriva en vida diaria, se vuelve diferente. Creo que Isabel le apuesta a la cresta de la ola. Todos tenemos dentro siempre la ambición de lo absoluto. Hay quien pone la idea de lo absoluto en la religión, por ejemplo. En el caso de mis personajes, muchos conciben al absoluto como la pasión muy intensa. El caso es que la totalidad no existe pero se atisba. Y lo que sucede es que de eso se trata la vida: de intentar muchas veces conseguir el absoluto, de dar con él. Claro que la felicidad se acaba, pero cómo que no. Y una vez que has tenido la sensación de eternidad, aunque la pierdas ya ganaste. Toma en cuenta que hay muchísimas personas que nunca conocen algo así. Luego, otra de las propuestas que hay en esta historia es que esa búsqueda vale la pena. Y más todavía: la vida entera no sirve si uno se resiste a pasar por eso, aunque al final no te quede sino la nada entre los dedos.

La fantasía de asir lo absoluto

ųSi el libro tuvo buena reacción en España, Argentina y ahora en México, entonces el ''mundo globalizado" está bien para las cifras macroeconómicas, pero en cuanto a literatura se trata, lo confesional o lo intimista tiene una cantidad de público muy respetable.

ųEstoy convencida de que la fantasía de que uno puede asir lo absoluto es una idea que necesitamos. Las personas agradecen que en otros encuentren también esa fantasía. Aunque sea un engaño, si alguien más te cuenta una historia en la que aparezca esa suerte de hechizo, ya te sabes acompañado. Eso es lo que supongo que funciona en este relato. Las personas casi siempre agradecen algo así, aunque acabe por ser una historia triste. Después de todo, ya sabes más o menos desde el comienzo del libro que puede tener un final como el que propongo. Y sin embargo, qué padre fue mientras duró, Ƒo no?

ųAsí es, Angeles. Dígame, por otra pa escritora angeles mastreta3-jpg rte, Ƒcómo determina que en agosto comienza una nueva novela?

ųNo sé si va a caminar, pero me pondré a hacerla. Esto es, a partir de agosto me dedicaré todos los días, de nueve a tres, a intentar otra novela. Es muy probable que durante ese mes, septiembre y octubre no pase gran cosa. Pero si le busco, para noviembre sabré a dónde voy y a lo mejor ya hasta habré empezado a trabajar en concreto sobre una historia. Eso para mí es muy importante: tengo que escribir muchas páginas para darme cuenta a dónde quiero llegar. Por ejemplo, con Mal de amores hice 300 páginas que luego se convirtieron en las primeras 90 del libro. O sea, al inicio caminé mucho con los personajes hacia quién sabe dónde, hasta que supe quiénes eran y qué hacían. Uno comparte una cantidad de tiempo con los personajes que siempre es mayor que la publicada. Cuando está claro quién es quién, ya que he hecho muchos diálogos que no sirven, puedo depurar lo escrito para que los personajes digan cosas un poco más esenciales.

ųLa certeza, sin embargo, es de que continuará con las novelas.

ųEso. Voy a escribir, pero no sé todavía bien qué. Mira, tengo tres posibles novelas. Una de ellas tiene que ver con mi padre, que es una de mis obsesiones. Otra que me divierte mucho y a ver si consigo escribir, se trata de unas mujeres que viven los frenéticos años setenta. Descubren al mismo tiempo la libertad, el amor y el sexo después de la píldora y antes del sida. Creo que fuimos una generación con gran fortuna. Realizamos cosas absolutamente inusitadas. Ese modo en el que vivimos ya no es posible ejercerlo. Vivir así hoy es de una irresponsabilidad absoluta. Quizá lo fue también en su momento. Nos pasaron cosas muy extravagantes. Fuimos profundamente infortunadas, muy felices, nada miedosas y estuvimos regidas por el azar. Entonces, esa novela posible es la historia de tres amigas que viven así como te cuento. A ver cómo les va. Lo que no quiero es que sea una historia sólo divertida, sino también muy intensa e inteligente, tocada por la época, por el sueño de que podía haber un mundo nuevo y por la certidumbre de que muchos amigos cercanos a ellas murieron en la guerrilla.

''Y por último tengo la novela de los 50 años, pero en ésa yo sería muy protagonista y no estoy tan segura de que desee hacerla o de que valga la pena. Además, me gusta inventar mundos que son en cierto sentido míticos, es por ello que mis libros suceden en el pasado. Así como hay escritores que se sienten más libres en el futuro, yo me veo con más amplitud narrativa en el pretérito. Bueno, los años setenta ya son el pasado, pero los viví y eso me da todos los elementos para saber cómo era la vida, a diferencia de otras novelas en las que tenía que investigar hasta qué tipo de coches llegaban a la ciudad de México."

Reconocimiento abrumador

ųEl segundo motivo de esta conversación es desde luego la Semana de Autor, que esta vez ser realizará en su honor. Debe ser un halago para usted.

ųPues la verdad es que en un primer momento pensé en decir que no, que no quería, que eso le pasaba a gente mayor en todos los sentidos de la palabra. Sin embargo la persona que me lo comunicaba estaba muy extrañada con esa respuesta: ya el gobierno español había decidido que así fuera, era como ganarse un premio. Total que ahora así lo vivo, como un premio. De suyo para mí ya es una enorme fortuna tener un trabajo que me gusta y ganarme la vida bien con algo que me encanta hacer. No necesito más. Pues este tipo de cosas, como la Semana de Autor, me abruman.

''Nos enseñaron a aceptar con mayor destreza la desgracia. Te enseñan que frente a la tragedia hay que ser fuerte y poner buena cara y salir adelante. Eso te lo dicen tanto en la niñez que al parecer no hay ninguna dificultad en pasar por un suceso feliz. Entonces, aceptar un regalo del tamaño de la Semana de Autor puede resultar abrumador, pero igual es preciso poner buena cara. Para aceptar la generosidad de la vida hay que ser generoso, pero también fuerte. Tomo el hecho como un regalo, una fortuna y espero disfrutarla. No es cosa de ponerse a llorar, aunque bien se me antojaría."