n La PGJDF dará a conocer, en su oportunidad, identidades y paradero


Ubicados, los asesinos de Polo Uscanga

Elia Baltazar n Los asesinos materiales del magistrado Abraham Polo Uscanga ya están ubicados, y será en unos días, quizá semanas, que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal informe sobre su identidad y paraderos, aseguró en conferencia de prensa la subprocuradora A de Procedimientos Penales, Margarita Guerra y Tejada.

En el homicidio del magistrado Polo Uscanga, cometido hace cuatro años, no se descarta la participación de autores intelectuales, dijo la subprocuradora, quien criticó el proceso seguido en las investigaciones por las anteriores autoridades de la PGJDF, entonces encabezada por José Antonio González Fernández, actual dirigente del PRI nacional.

"Hubo que desempantanar el caso, analizar 8 mil 250 fojas de las casi 600 declaraciones, y tal vez no había gente que estuviera tan convencida de que este asunto debía resolverse", dijo Margarita Guerra, quien fue colaboradora de Polo Uscanga cuando éste se desempeñaba como magistrado del Tribunal Superior de Justicia del DF.

Habrá que recordar que en el asesinato de Abraham Polo Uscanga se involucró el nombre del entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF, Saturnino Agüero Aguirre, a quien se le relacionó en el caso a consecuencia de presuntas presiones ejercidas por éste contra el magistrado, sobre todo en lo que se refirió a la quiebra de la ex Ruta 100.

Surgió entonces la pregunta obligada: ƑQueda libre de toda sospecha Saturnino Agüero? Sergio Valdez Torteya, director general de Asuntos Especiales y Relevantes del Proceso Penal, respondió: "En ese orden no quisiéramos adelantar nada".

En conferencia de prensa, los funcionarios de la PGJDF explicaron que en la investigación del caso se desecharon cuatro líneas de investigación, dada su inconsistencia, "pues se siguieron pistas a veces sólo por la referencia del nombre Polo".

Valdez Torteya explicó que en las pesquisas se llegó a relacionar incluso al medio hermano y a la cuñada del ex magistrado. O peor aún: se siguió el rastro de una llamada telefónica, en la que se mencionaba que le "habían dado pico a Polo", cuando se trataba de un sujeto que se cayó de un caballo.

La subprocuradora A agregó que hubo hasta once o doce líneas de investigación, cinco directores y cuatro delegados de la dependencia dedicados al caso, "pero cada uno seguía sus propias pesquisas, por lo que nunca hubo un entrecruzamiento de información, un punto de partida. Así se llegó a conclusiones que no contaban con una base sólida".

Para las actuales autoridades no hubo más que recurrir a un principio de triangulación, "que no se había hecho", para orientar la investigación a una hipótesis que ha permitido identificar a los autores materiales y probar la participación de otras personas, aseguró Guerra y Tejada, aunque no adelantó más.

Por lo pronto, las autoridades de la PGJDF no descartan la posibilidad de llamar nuevamente a declarar al ex presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF, Saturnino Agüero, aunque admitieron que todavía desconocen su paradero.

Por el momento, agregó, "estamos esperando la declaración de testigos muy relevantes que nos van a dar precisamente la línea a definir".

Desechado definitivamente el suicidio o el homicidio consentido, dado que las pruebas periciales demostraron que Polo Uscanga fue sometido, Guerra y Tejada y Valdez Torteya explicaron la PGJDF tiene más de un móvil, "pero no quisiéramos adelantar hipótesis, porque ya tenemos un núcleo que estamos por agotar", dijeron.

Margarita Guerra también se refirió a las presiones que en su momento recibió Polo Uscanga de parte de Saturnino Agüero, y detalló: "Pude comprobar que el magistrado había sido sujeto a presión por el estado en el que se encontraba luego de haber estado en la presidencia (del TSJDF)". Dijo que no sólo se trató del caso de la extinta Ruta 100, sino que "hubo varios asuntos en los cuales había este tipo de presiones".

Así, cuatro años después y luego de haberse tomado la declaración a aproximadamente 600 personas, practicado 132 peritajes y elaborado 21 retratos hablados, el caso Polo Uscanga está a punto de resolverse. "Pretendemos encontrar a los verdaderos responsables y no inventar a un delincuente", concluyó Margarita Guerra.

Junio de 1995, una historia aún no aclarada

El martes 20 de junio de 1995, en el interior del despacho 912 del condominio Insurgentes, que se encuentra en el número 300 de la avenida de ese mismo nombre, fue encontrado el cuerpo del magistrado Abraham Polo Uscanga, muerto a consecuencia de una bala que atravesó su cabeza desde la nuca, como lo demostraron los resultados periciales.

A pesar de lo anterior, las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, a cargo entonces de José Antonio González Fernández, manejaron como primera hipótesis el suicidio. Pero la prueba de Harris aplicada al cadáver del ex magistrado demostró que no había sido así.

El homicidio no sólo cobró relevancia por la víctima de quien se trataba, sino porque días antes de su asesinato, el ex magistrado se había convertido en un personaje de controversia en medio de uno de los más importantes conflictos laborales que había enfrentado la regencia de Oscar Espinosa Villarreal.

Como magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), Polo Uscanga se había negado a llevar al terreno de la ilegalidad la defensa que los trabajadores de Ruta 100 hicieron de la empresa.

Vinieron entonces las presiones por parte del entonces presidente del TSJDF, Saturnino Agüero, según había denunciado el propio magistrado, que el 27 de marzo de aquel año presentó su renuncia al máximo tribunal capitalino.

Aquel hecho fue el preludio de un largo conflicto, en el que se vio envuelto no sólo Saturnino Agüero, sino el mismo regente Espinosa Villarreal, quien en reiteradas ocasiones le exigió obsequiar las órdenes de aprehensión contra los dirigentes del Sutaur-100, como denunció en su momento el propio Polo Uscanga.

Con su deceso, sumaron tres los personajes muertos en circunstancias extrañas, y vinculados de una u otra forma al conflicto. Ellos fueron, además de Polo Uscanga, Luis Miguel Moreno, quien se desempeñaba como secretario de Transporte y Vialidad de la ciudad de México, y Jesús Humberto Priego Chávez, fiscal responsable de la acumulación de pruebas contra el Sutaur.

A pesar del vínculo que unía las tres muertes, la PGJDF no los reconoció e incluso los desechó. (Elia Baltazar)