n Industria exportadora


Violaciones a la LFT y bajos costos, base de expansión de maquiladoras

Fabiola Martínez, enviada /I, Ciudad Juárez, Chih., 17 de junio n La industria maquiladora de exportación, beneficiada por el gobierno federal con privilegios fiscales y financieros, continúa su expansión en el país -de la frontera norte hacia el resto del territorio nacional- con base en bajos costos laborales y en el marco de constantes violaciones a la Ley Federal del Trabajo (LFT).

De acuerdo con testimonios de obreros y de organizaciones no gubernamentales, este hecho se manifiesta en constantes despidos injustificados, "ante lo cual las autoridades del trabajo poco quieren o pueden hacer"; laborar horas extras como requisito indispensable para obtener bonos que complementan el salario base; hostigamiento o despido en contra de las trabajadoras embarazadas; escaso o nulo cumplimiento de los reglamentos de seguridad e higiene y, sobre todo, una férrea oposición patronal para la constitución de sindicatos.

Recientes estadísticas oficiales revelan que la maquila emplea a poco más de un millón de trabajadores (casi 100 mil más que los reportados por Inegi en marzo de 1998) que laboran en 3 mil 206 establecimientos en el territorio nacional, principalmente en el ensamblaje de partes automotrices, electrónicos y textiles.

Aunque ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez, Nogales, Chihuahua, Reynosa o Matamoros fueron pioneras en su desarrollo, esta industria se expande rápidamente a otras entidades del centro, sur y sureste, de modo que hasta el momento tienen presencia significativa en 38 urbes.

En Ciudad Juárez, se ubican 18 parques industriales de importantes transnacionales como Delphi, Ford, General Electric, Thomson, Lear, Valeo, Automotive, Mar- sh, entre muchas otras, regularmente de capital 100 por ciento estadunidense.

Aquí laboran en conjunto 240 mil obreros, de los que apenas 20 por ciento está "formalmente" sindicalizado, es decir, paga cuotas a una organización que en la mayoría de los casos no ejerce una vida sindical activa ni entera a sus agremiados de las posibles negociaciones con el patrón.

Doroteo Zapata, dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Chihuahua, señala que aunque permanentemente llegan más industriales de éste tipo a la región --particularmente de las áreas automotriz y textil-- la mayoría de los patrones se oponen a la sindicalización.

"En (Ciudad) Juárez, por ejemplo, el nivel de sindicalización real no llega ni al cinco por ciento. Está clarísimo que los empresarios de la maquila vienen a instalarse a territorio mexicano porque la mano de obra --principal atracción para ellos-- es mucho más barata, pero desafortunadamente también llegan alérgicos a la creación de organizaciones sindicales.

Ellos no quieren ni CTM, ni CROC ni ninguna otra sigla en sus plantas; prefieren despedir a los obreros que dejar avanzar la organización gremial".

Doroteo Zapata manifestó que en Chihuahua el nivel de sindicalización no llega ni siquiera a 25 por ciento, cifra baja con respecto a otras entidades, mientras que los salarios oscilan entre 2 y 2.5 salarios mínimos.

Sin embargo, dijo, "debemos reconocer que las maquiladoras ofrecen aún mejores condiciones que muchas de las industrias nacionales, pero por esta misma condición, los extranjeros duplican las cargas de trabajo y descuidan aspectos de seguridad e higiene".

Los salarios promedio en la industria maquiladora de exportación se ubican en poco más de 60 pesos diarios, a los que se agrega una pequeña cantidad extra (bonos) como "premios" de asistencia, puntualidad y productividad.

Una percepción neta de 300 a 600 pesos a la semana --por 45 horas o más de trabajo--, representa un monto hasta 12 veces inferior a lo que paga el mismo patrón, pero en sus plantas ubicadas en territorio estadunidense, es decir, apenas a unos cuantos kilómetros de distancia de la línea fronteriza.

En un estudio reciente, el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), explica que las maquiladoras (aquellas empresas manufactureras que realizan sólo alguna parte del proceso de producción) se han convertido para el gobierno en los últimos años, especialmente tras la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), en "el modelo de desarrollo industrial para México".

Sin embargo, casi la totalidad de las materias primas o de los componentes que se utilizan en dichas plantas son importadas, y una vez terminado el proceso de maquila, los productos son enviados al exterior.

Esta actividad no causa IVA ni se les cobra el impuesto del 2 por ciento al activo; además de que se les han asignado parques industriales exclusivos para que desarrollen sus actividades, con infraestructura y servicios.

A las empresas multinacionales, destaca el CILAS, les es más barato producir partes en empresas maquiladoras porque pueden ofrecer salarios mucho más bajos que en su país de origen e imponer un trabajo intensivo a sus trabajadores, es decir, "marchas forzadas, altas cuotas de producción, extensión de jornada de trabajo, incremento en los turnos y cambios de días de descanso", entre otros conflictos comunes.

En suma, señala esta asociación civil --promotora de la capacitación y defensa del trabajador-- "a las maquiladoras se les acusa de vivir en un régimen de excepción en materia de legislación laboral y fiscal y de fomentar sindicatos blancos, antidemocráticos y ajenos a las demandas de los y las trabajadoras".