n Municipio autónomo de San Manuel, Chiapas
De cómo el robo de 20 cabezas de
ganado acabó en ocupación militar
Hermann Bellinghausen, enviado, municipio autónomo de San Manuel, Chis., 19 de junio n La Trinidad, en la cañada de Las Tazas, fue ocupada por 700 soldados y policías el pasado día 9, para proteger al primer grupo de "desertores" del EZLN, que ha resultado, como se dijo desde el principio, parte de la organización paramilitar MIRA.
El nuevo avance del Ejército Mexicano en las cañadas de la selva no sólo altera la vida cotidiana de los pueblos, sino que, al violar la ley para el diálogo, aleja precisamente las posibilidades de diálogo, reconciliación y paz en la región.
A pesar de los esfuerzos económicos y políticos del gobierno de Roberto Albores Guillén por implantar a los grupos paramilitares en la selva lacandona, mediante el MIRA, la resistencia de la población tzeltal en las cañadas a esta política, al parecer, provocó un nuevo y significativo avance del Ejército.
El campamento militar en La Trinidad, con alrededor de 500 efectivos, es acompañado por medio centenar de policías de Seguridad Pública y miembros de la Policía Judicial. Entre todos se han apoderado de los espacios de la comunidad, incluidas las riberas del río Jataté, la cancha de futbol, el centro del pueblo y la escuela.
En las cercas de alambre, en el centro de la comunidad, los uniformes azules de la policía se secan al sol. ƑY quién se los lava? Las mujeres del pueblo.
Con estas visitas llegaron también el alcohol, la prostitución, y los patrullajes continuos por los pueblos de la región, donde las bases de apoyo del EZLN son muy numerosas.
El pretexto lo proporcionó el señor Vicente Pérez Castellanos, quien pidió la protección de la fuerza pública, acusando a los zapatistas de robarle sus vacas. "Qué vacas ni qué nada", dice Noé, campesino de San Marcos, un pueblo próximo a La Trinidad. "Se las robaron ellos mismos, los priístas".
ƑPero de qué vacas hablamos, y quién es este Vicente Pérez Castellanos que merece tan evidente "protección" de una fuerza de tarea, además del aparato represivo del poder estatal?
Un hombre del sistema
Meses atrás se presentó en La Trinidad la fuerza pública con una orden de aprehensión contra Vicente Pérez Castellanos, acusado de robo de autos. Desde tiempo atrás, Pérez Castellanos era señalado por los campesinos de la región como responsable de numerosos asaltos y robos. En aquella ocasión la policía recuperó dos camionetas, pero no detuvo a quien las tenía en su poder.
Poco después, el 29 de marzo, Pérez Castellanos hacía su debut durante la primera, y hasta ahora más publicitada, "entrega" de armas y pasamontañas al gobernador Albores. Aquel número, transmitido por la televisión comercial desde "el corazón de la selva lacandona", había ocurrido en el río Jataté, pero no aquí, sino en el balneario de la ciudad de Ocosingo, algo así como el bosque de Chapultepec del rumbo.
Sobre esa simulación se montaron todas las demás. El sedicente "mando rebelde" había sido cooptado por el diputado Juan Villafuerte, priísta, señalado repetidamente (Taniperla, Morelia y otros casos) como organizador del MIRA, ese producto de la descomposición de la ARIC oficial. Le ofrecieron dinero y "apoyos productivos" por "reintegrarse a la vida institucional y productiva, y volver a la legalidad".
Entre otras cosas, Pérez Castellanos y sus compañeros de aventura habrían de recibir 20 cabezas de ganado, instrumentos de labranza y una ambulancia totalmente equipada. Un retraso en la entrega de los premios orilló al "desertor" a darle un par de periodicazos al gobernador. Entonces, rápidamente se le cumplieron las promesas, pero ya había puesto en evidencia sus arreglos, previos a la entrega de armas, incluso la forma en que éstas fueron compradas, especialmente para la ocasión.
Ahora, con el pretexto de que les "robaron" sus 20 vacas, llamaron a la fuerza pública. Y aunque todos los campesinos de la región, (miembros del EZLN, de la ARIC oficial y de la independiente) coinciden en que se trató de un autorrobo, La Trinidad es ya asiento de un nuevo y numeroso campamento militar que ha subvertido en pocos días la vida en esta cañada de Las Tazas.
Aumenta la ocupación militar
El caudaloso río Jataté, que atraviesa la selva lacandona, por entre las cañadas hasta los montes de la región fronteriza, pasa por todos estos pueblos del municipio rebelde de San Manuel, una de las circunscripciones autónomas en Ocosingo, respaldada por la mayoría, entre bases de apoyo del EZLN y miembros de la ARIC independiente.
Ahora, para proteger a un robacoches, el Ejército avanza estratégicamente entre las sierras Livingston y Cruz de Plata, en la ruta de Avellana, hacia los Montes Azules.
Frente a la casa de Vicente Pérez Castellanos, en La Trinidad, puede verse estacionada la ambulancia que le regaló el gobernador. Con su torreta azul, blanca y roja, el vehículo, flamante y blanco, más bien parece de la policía. Y policiaco es el uso que se le da. Con él, los presuntos desertores recorren los caminos hacia Ocosingo, acompañados de judiciales, buscando y señalando a los simpatizantes del EZLN.
En San Marcos, cada que pasa un vehículo, aunque sea de pasaje, hay preocupación. De continuo pasan los paramilitares y los policías, vestidos de civil, además de los patrullajes militares, y los soldados ya preguntan por diez indígenas, cinco de San Marcos y cinco de otras comunidades, a quienes pretenden detener.
Ya tienen su relación de nombres -dice Noé, habitante de San Marcos. Ya no podemos ir a trabajar. Los soldados ocupan los caminos y se meten en las milpas. Estamos nombrados, y estamos intranquilos.
Relata que hace unos días, unos indígenas trabajaban la tierra, y pasaron los soldados acompañados de uno de los "desertores" de Albores, con uniforme militar, quien señaló a dos de los labriegos.
"Los soldados se bajaron donde están los compañeros, que se dieron cuenta y se echaron dentro del agua y luego se metieron en el monte. Ahí sufrieron bastante, fueron perseguidos".
Y señala:
"No tenemos libertad de caminos. Estamos perseguidos del Ejército. Pasan sus patrullajes de día, de noche, y con su helicóptero".
Además, el Ejército instaló un retén a orillas del puente de tubos que cruza el río Jataté, en el único acceso a la cañada.
Todos los puentes, acá, son de gruesos tubos alineados. Herencia de la exploración petrolera que se efectuó a principios de ésta década. Pemex y las compañías petroleras extranjeras anduvieron perforando por acá, y dejaron los tubos de perforación como útiles puentes. Bonita metáfora del progreso.
Ahora, las comunidades de Francisco Villa, San Marcos, La Trinidad y Las Tazas viven en la zozobra.
En un documento de las autoridades del municipio de San Manuel, se señala como promotores del MIRA e informantes de la fuerza pública, a Manuel Méndez Ruiz, de La Unión, y a Clabiano Alfonso Ruiz, de Las Tazas, pero que actualmente trabaja en la Sagar, en Tuxtla Gutiérrez.
"En la comunidad de La Trinidad está un destacamento de bases de operaciones mixtas, que hasta los priístas no están de acuerdo con su presencia, ya que no dejan pasar a la gente y sólo están para proteger al grupo de Vicente Pérez Castellanos y Domitilo Paniagua", concluye el documento de las autoridades autónomas.