Con mucha discreción se adoptó la medida de suprimir el impuesto a la importación del gas natural desde Estados Unidos, que en la práctica es la única que tenemos. Conforme al Tratado de Libre Comercio, ese impuesto estaba bajando un punto porcentual al año y ahora está en cuatro por ciento; pero va a desaparecer a partir del próximo primero de julio. En varias ocasiones, tanto exportadores del vecino país como empresas instaladas en México e interesadas en comprar gas importado, habían demandado sin éxito la supresión inmediata de este arancel en lugar de su baja gradual. Ahora eso sucedió.
Esto contrasta con el hecho de que se agregó, desde principios de este año, un tres por ciento a los impuestos de importación desde los países con los que México no tiene TLC. Parece poco, pero sumando todo ya no es así. El impuesto de importación más alto era del 20 por ciento y ahora es del 23; agregando el IVA al conjunto, tenemos un total de 41.45 por ciento. A esto hay que agregar algunos pequeños cargos y el hecho de que costos como el flete se cargan al valor de la mercancía para fines del cálculo de estos impuestos. Sobre el costo inicial del producto a ser importado, se puede llegar a pagar alrededor de 45 por ciento.
Volviendo al gas, lo que era indebido para el gobierno hace uno o dos años, hace incluso algunos meses, o sea, atender la petición de suprimir el arancel, ahora de repente, sin que quede claro por qué, se vuelve un acto consumado. Algunas posibles causas que se mencionan en publicaciones del exterior, que sí tuvieron información del asunto, como mejorar el abasto de gas para el norte de México, hubieran sido igual de válidas hace dos años que hoy.
Con la Unión Europea se está negociando un Tratado de Libre Comercio, y eso no es causa suficiente para evitar que se haya aumentado los impuestos a sus productos. Pretexto: petróleo barato; sube el petróleo, fuentes europeas demandan rectificar tres por ciento. Respuesta: en el mejor de los casos, más pretextos, cuando no el silencio total. Debe haber, en este caso del gas, algo incluso más fuerte que un Tratado de Libre Comercio para que aquí sí se haya cedido. ƑParte de los méritos para lograr los créditos para el llamado blindaje financiero? Difícil saberlo con seguridad, más difícil probarlo, pero la posibilidad siempre existe ante la excesiva discreción.
Motivaciones aparte, esta suspensión del impuesto de importación al gas natural tiende a fortalecer la ya creciente dependencia con respecto a las importaciones del vital energético. Si este proceso sigue así, llegaremos a una dependencia estratégica en relación con el gas natural importado de Estados Unidos.