Masiosare, domingo 20 de junio de 1999


Y sin embargo... ¿se mueve?


Dos años sin
Fidel


Repertorio de frases conmemorativas:

El mismísimo Fidel

Monos:

El Fisgón, Helguera, Hernández, Naranjo y Rocha

Texto:

Jesusa Cervantes


En 1968 -decía Heberto Castillo, durante un mitin del arranque de los 90- los trabajadores creían que Fidel Velázquez era inmortal... ¡hoy están seguros de que lo es! Pero no. Fidel se fue pero dejó intacta la estructura de poder de la ctm y las ideas y el estilo que han dominado el mundo sindical durante décadas. Tres años antes de su muerte, don Fidel canceló la fiesta obrera del 1o. de mayo. Anuncio o premonición, por entonces comenzaron a moverse las aguas de los sindicatos antes fieles al gran líder. Hoy se viven revueltas y cambios inimaginables con Fidel en vida. Pero la promesa de un nuevo tipo de sindicatos -modernos y que realmente tengan capacidad de defender a los trabajadores- sigue pendiente. Este es un balance de lo sucedido en los espacios políticos y sindicales que durante décadas controló Fidel Velázquez

La CTM: reacomodos sin cambios

Murió el todopoderoso y ganó Periquín. Leonardo Rodríguez Alcaine, mejor conocido como La Güera o Periquín, se quedó en el lugar del todopoderoso Fidel Velázquez. Y, al menos en la Confederación de Trabajadores de México, no pasó nada... o casi. A dos años de la muerte de Fidel Velázquez -se cumplen mañana- los números muestran el ánimo de renovación cetemista: en el posfidelismo, todos los integrantes del comité nacional ya formaban parte de ese órgano. Los cambios posteriores a la muerte de Fidel fueron reacomodos y nada más.

Los perdedores fueron degradados y Rodríguez Alcaine colocó en algunas de las carteras más importantes a sus allegados.

Incluso José Ramírez Gamero, ex gobernador de Durango y adversario de Rodríguez Alcaine en la batalla por sustituir a Fidel, recibió como premio de consolación la cartera de Educación y Capacitación.

Ramírez Gamero, mejor conocido como El Pajarito, representaba a la casta de líderes que nunca fueron trabajadores ni dirigentes de sindicatos nacionales de peso. Esa fue una de las razones por las cuales los jefes de los principales gremios y de las federaciones más influyentes optaron por Rodríguez Alcaine, líder desde hace 22 años del Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM).

Uno de esos dirigentes fue Joaquín Gamboa Pascoe, líder eterno de la federación cetemista en el Distrito Federal, quien recibió en pago el segundo sitio en la lista de secretarios generales sustitutos. Mejor conocido como El Microondas, Gamboa Pascoe aspiraba al primer lugar, pero esa posición fue reclamada por el líder petrolero Carlos Romero Deschamps, en la víspera del congreso de marzo de 1998. En una cena con Francisco Labastida, entonces secretario de Gobernación, se arregló la disputa. Gamboa Pascoe se disciplinó, como siempre, y a cambio recibió, para gente suya, dos carteras en el comité nacional

(Carlos Aceves del Olmo y Fernando Salgado).

Otros cetemistas que habían apoyado a Rodríguez Alcaine recibieron ascensos dentro del comité: fueron los casos de Gerardo Cavazos Cortés, Armando Neyra Chávez y Netzahualcóyotl de la Vega.

Algunos más -como Hilda Anderson, Abelardo Carrillo Zavala y Martín Montaño Arteaga- conservaron sus posiciones o bien obtuvieron otras mejores.

Rodríguez Alcaine sólo ha sido implacable con algunos del primer círculo de Fidel Velázquez: a Manuel Cadena lo declaró prácticamente expulsado de la CTM, y al sobrino del sempiterno líder, Luis Velázquez -quien manejó durante muchos años los dineros de la central- le dio un puesto decorativo.

``No se hagan ilusiones, tuve una tía que vivió# hasta los 113 años... y falleció sentada en un silla, sin decir nada, sin quejarse, simplemente por la edad murió'' Años ochenta

Los ajustes de cuentas propiciados por la desaparición de Fidel -gran árbitro para toda decisión cetemista- han traspasado las fronteras de Vallarta 8: al menos en una decena de entidades, las federaciones locales han enfrentado graves pugnas internas, que en algunos casos han derivado en rupturas.

Un botón de muestra: algunos meses antes de morir, Fidel expulsó al dirigente estatal de Chiapas, Natarem Ramos, quien formó una corriente ``disidente''. A la muerte del viejo líder había dos centrales, la de Natarem y la de Roter Maldonado, impuesto por Fidel. Ya en el poder, La Güera Rodríguez desconoció a Roter y llamó a Natarem para que ocupase la dirección. Los chiapanecos no aceptaron ni a uno ni a otro. Hoy la federación del sureste está acéfala.

Situaciones similares han ocurrido en Yucatán, Tamaulipas, Tabasco, Quintana Roo, Sonora, Sinaloa, Baja California, Durango, Nuevo León y Zacatecas.

El PRI: la central menospreciada

Los tiempos en que la CTM destapaba al candidato a la Presidencia de la República, ofrecía millones de votos y controlaba una gran cuota de diputados y senadores han quedado atrás, dice Othón Quiroz, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Uno de los últimos logros de Fidel Velázquez en su partido fue llevar a Juan S. Millán, hoy gobernador de Sinaloa, a la secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

El declive, iniciado antes de la muerte del líder nonagenario, llevó a la CTM de 86 diputados federales (en el periodo 1979-1983) a los 42 que tiene.

``Hoy la CTM sólo sirve al PRI como oficina de información. El hecho de que ya no pueda garantizarle el voto corporativo hace que la directiva la tome menos en cuenta'', sostiene Othón Quiroz.

Además de Sinaloa, en ninguna otra entidad la CTM ha logrado, tras el fallecimiento de su líder histórico, una candidatura a gobernador.

Ningún cetemista forma parte del equipo de Francisco Labastida, aunque en la confederación aseguran que todos jalarán con él. Donde los dirigentes obreros sí obtuvieron cinco posiciones fue en la comisión nacional para el proceso interno.

Por su lado, un adversario histórico de Fidel, el líder de la CROC, Alberto Juárez Blancas, es un activo promotor de Manuel Bartlett.

``No me debilitan, me dan fuerzas porque he de tener poder para resucitar'', 1995, frente a nuevos rumores sobre su muerte

El CT: maquillaje y escisiones

``Un día, después de 30 años y aunque nadie lo crea, Víctor Flores -líder ferrocarrilero-, entonces presidente del Congreso del Trabajo, cambió los estatutos e impuso la elección del dirigente por voto directo y secreto'', relata divertido un miembro del CT (un hecho sucedido en los últimos seis meses de don Fidel).

Pero el juego democrático duró poco para las 40 organizaciones del CT. El único dirigente elegido fue Héctor Valdés Romo, sustituido, gracias a un dedazo, por Joel López Mayrén. En febrero pasado, Rodríguez Alcaine fue proclamado ``candidato de unidad'', para cumplir la ley no escrita de que el jefe de la CTM presida la cúpula obrera en los tiempos de sucesión presidencial (ahora, claro, en los tiempos de designación del candidato priísta).

En la víspera de los destapes presidenciales, Fidel Velázquez se hacía nombrar presidente del CT, con el fin de no dejar suelto ningún hilo.

¿Rodríguez Alcaine sigue esa ruta?

``De nada sirve la fuerza que te puede dar el congreso si no sabes qué hacer con ella'', dice un miembro del CT.

El dirigente completa: ``El CT por sí mismo no vale nada, pero con don Fidel sí, porque siempre lo utilizó para presionar al gobierno y negociar. Su virtud fue jalar a todos los integrantes y buscar el consenso''.

La plaza de la sede del congreso, donde el 1o. de mayo de 1996 se pidió al presidente Ernesto Zedillo ``un respiro'' para los trabajadores, luce vacía, como el interior del edificio.

En parte porque, luego de la muerte del líder dejaron las filas del organismo cúpula sindicatos tan importantes como los de telefonistas, Seguro Social, sobrecargos y pilotos aviadores.

Alejandra Barrales, dirigente de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, no cree que la muerte de Fidel haya influido en su decisión de romper con el CT y participar en la creación de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).

¿Por qué se salieron, entonces, un mes después del deceso?

``Mera circunstancia'', dice la sobrecargo Barrales.

UNT: cuando los hijos se van

``Espero que nos acompañen en nuestro aniversario dentro de diez años, si es que aún están vivos 1986, al despedir a una delegación de longevos sindicalistas chinos

Dos años antes de morirse, Fidel Velázquez mató la ``fiesta obrera'' del 1o. de mayo. El solo canceló los desfiles de millones en la capital del país.

Entonces se inauguraron las conmemoraciones grises en locales cerrados. A la primera Fidel no fue, porque estaba en cama. En el Auditorio Nacional se hizo sentir la ausencia del líder cuando los obreros acarreados increparon a Rodríguez Alcaine: ``¡Quiere su cocol!'', a Víctor Flores (``¡Pendejo!'') y a Guillermo Ortiz Martínez, entonces secretario de Hacienda (``El chinito que nos chinga los salarios'').

Mientras, las calles eran tomadas por los sindicatos independientes y por las fuerzas de una incipiente nueva central obrera, impulsada por líderes también afines al PRI.

Las primeras movilizaciones de los entonces foristas -destacaban los sindicatos de telefonistas, electricistas y trabajadores del Seguro Social- lograron que ``no se concretaran'' algunas modificaciones al contrato colectivo y a la Ley del IMSS, recuerda Alejandra Barrales.

Cinco meses después de la muerte de Fidel, se fundó la Unión Nacional de Trabajadores, aunque promotores iniciales como los sindicatos de maestros y de electricistas ya habían abandonado el proyecto.

Fidel ya no estuvo para ver cómo el 1o. de mayo de 1998 marchaban por las calles los miembros de la flamante UNT al lado de los independientes de la Intersindical. Y tampoco que este año la conmemoración oficial desmereció, en número de participantes y en ambiente festivo, al lado de la realizada por la UNT y el Sindicato Mexicano de Electricistas.

SUTERM: el fantasma de Galván

``(Rodríguez Alcaine) es como todos los dirigentes: llegan sin saber nada, se arropan con las siglas de la CTM, se les cuida, y cuando el gobierno les coquetea se sienten fuertes y se olvidan hasta de quien los apoyó''

Fidel no lo hubiera soñado. El proyecto gubernamental de privatizar el sector eléctrico propició la aparición pública de una coordinadora nacional disidente en el SUTERM. Sus miembros ya hicieron su primera marcha y también comenzaron a recibir amenazas, destituciones de cargos sindicales y cartas de despido.

``Estamos trabajando en condiciones muy peligrosas. Las represalias han iniciado pero no pararemos'', relatan dirigentes de la coordinadora, quienes aseguran tener gente en 50 de las 200 secciones del SUTERM.

``Sabemos del riesgo, pero también que ya era necesaria una disidencia organizada a nivel nacional; no es posible que después de 24 años El Güero siga tomando decisiones por nosotros'', afirma un disidente más.

En 1975, Fidel Velázquez utilizó a Rodríguez Alcaine para acabar con Rafael Galván y su Tendencia Democrática del SUTERM. Hoy, el fantasma de Galván ronda de nuevo en el sindicato de electricistas.

La cara exterior: fin de la simulación

Y, de pilón, una de Leonardo Rodríguez Alcaine sobre el EZLN: ``Si don Fidel pidió su exterminio nosotros nos mantenemosen lo dicho''

Fidel Velázquez nunca descuidó la imagen de la CTM y de la situación de los trabajadores en su proyección internacional. Organismos internacionales de trabajadores y poderosas centrales de otros países conocieron, por boca de los cetemistas, los ``grandes logros'' de los sindicatos mexicanos.

``Con el descuido de Rodríguez Alcaine en este ámbito y el trabajo de la UNT, afuera ya saben que 90% de los contratos colectivos son de protección, que en los recuentos se utilizan prácticas intimidatorias y que la situación económica de los trabajadores es cada vez peor, mientras que sus dirigentes sindicales se siguen enriqueciendo. La muerte de don Fidel acabó con el país de las simulaciones'', dice el abogado laboralista Arturo Alcalde.

Mientras los cetemistas descuidan el trabajo en el exterior, la UNT y otras fuerzas avanzan en el trato bilateral con organismos internacionales y con centrales tan poderosas como la estadunidense AFL-CIO. El mes pasado, ambas centrales firmaron un convenio de colaboración.

La ley: triunfo después de la muerte

``Fidel Velázquez siempre se pronunció en contra de las reformas a la Ley Federal del Trabajo, pero Rodríguez Alcaine ha manifestado su total apoyo, e incluso como resultado de las primeras pláticas CTM-Coparmex se creó el Código Federal de Procedimientos Laborales'', cuenta Arturo Alcalde.

Los avances en un consenso sobre la reforma laboral, obtenidos en los últimos años de Fidel, se fueron al traste muy pronto: Rodríguez Alcaine rompió relaciones con los entonces foristas y se olvidó de la llamada nueva cultura laboral.

Tras años de jaloneos y foros a granel, todo indica que el sexenio concluirá sin que se apruebe la tan sobada reforma laboral. La indecisión del gobierno, los cambios frecuentes de titulares del Trabajo, el escaso interés de los partidos y el choque de posturas sindicatos-patrones hacen prever otro desenlace. ``No permitiremos ninguna reforma a la Ley Federal del Trabajo'', decía Fidel un lunes sí y otro también. Todo hace suponer que Fidel tendrá un triunfo involuntario después de la muerte.



La disputa
de los contratos

A dos años de la desaparición de Fidel Velázquez y del surgimiento de una nueva central obrera, las disputas por los contratos colectivos de trabajo han arreciado.

Hace tres meses, la ASSA peleó el contrato colectivo de los sobrecargos de TAESA a la CTM. Alejandra Barrales explica que la empresa y la CTM utilizaron recursos sucios para impedir que la UNT ganara. Primero, dice, pidieron el recuento con todos los trabajadores y no sólo con los sobrecargos y, segundo, intimidaron a los trabajadores manteniéndolos recluidos y bajo la vigilancia de 300 policías privados y una veintena de perros.

``Obviamente perdimos el recuento como UNT pero ya solicitamos un amparo'', dice.

Hace un mes la UNT peleó la titularidad del contrato colectivo de Aerocaribe y el resultado fue el mismo, comenta Barrales.

Actualmente, la UNT disputa a la CTM la titularidad del contrato colectivo de la empresa Fox que tiene su filial en Baja California.

``Pero por el momento ya tuvimos un triunfo. La UNT ganó a la CTM el contrato colectivo de la empresa Telemarketing hace un par de meses. Eso es sólo el principio de algo que antes era inimaginable'', dice Barrales.