Marco Rascón
El regreso de los Salinas

Ricardo Salinas Pliego, presidente de Televisión Azteca, el 7 de junio en la noche, preguntaba ante sus cámaras y sus micrófonos: "ƑDónde está la autoridad? ƑPara qué tenemos elecciones? ƑPara qué tenemos tres poderes? ƑPara qué tanto gobierno cuando no hay autoridad?". Todo como preámbulo del regreso de Carlos Salinas de Gortari, el cual llegaría cinco días después por Toluca, en avión privado, protegido y transportado por el grupo Atlacomulco, su nueva alianza para el 2000.

De este escenario se desprende que Salinas Pliego vio el asesinato de Paco Stanley como la oportunidad exacta para poner a Cárdenas en una crisis de credibilidad, mientras llegaba el hombre que significaba las respuestas: la verdadera autoridad; el que no necesitó ganar elecciones para llegar a la Presidencia; el que se puso por encima de los tres poderes y el que achicó al gobierno, pero agrandó hasta niveles imperiales, el autoritarismo presidencial. Carlos Salinas.

Siguiendo la secuencia de los acontecimientos con esta visión, Salinas Pliego esperaba el regreso del principal protector e inversionista de Tv Azteca. Con este dato, encontraríamos una nueva explicación a la maniobra de Carlos Salinas "defendiendo" a Cuauhtémoc Cárdenas, para confundir; leeríamos de nuevo el significado de la campaña contra el jefe de Gobierno en el Distrito Federal, y veríamos con otros ojos el proceso de pago de las concesiones otorgadas a Tv Azteca para la telefonía inalámbrica Unefón, la cual llegó a su momento más crítico, precisamente el fin de semana pasado, pues el lunes debían pagarse 3 mil 097 millones de pesos a la Comisión Federal de Telecomunicaciones por las nuevas concesiones, luego de dos prórrogas que fueron impugnadas por Axtel, que reclamaba también las mismas concesiones.

Es de suponer que la visita de Carlos Salinas se debió más al cierre de esta operación que a estar con su familia, pues al mismo tiempo que sienta el precedente del regreso, demuestra que su autoexilio es político, que goza de impunidad y que tiene plazos; y finalmente, que llegaba a salvar al país y a la ciudad de la "ineptitud" de Cuauhtémoc Cárdenas, de acuerdo con el escenario que intento montar la víspera Salinas Pliego. Por todo ello, se insiste en medios financieros en que Alberto Saba es solamente un nuevo prestanombre de los Salinas de Gortari.

Los Salinas (todos) están en la lucha por el poder y el control de las comunicaciones. Consideran que con ello unifican a la oligarquía financiera, destruyen a todos los opositores y vengan todos los supuestos agravios. Por eso, es de suponer que las preguntas de Salinas Pliego y la visita de Salinas de Gortari no eran sólo contra Cuauhtémoc Cárdenas, sino también contra Ernesto Zedillo, el cual sí fue arrinconado por todo el salinismo que le rodea, mostrando una de las caras más dramáticas de su debilidad: estar apoyado por la misma fuerza a la que se enfrenta y estar a merced del contragolpe de los que ahora simulan lealtad y disciplina.

La respuesta airada de diversos sectores hacia Tv Azteca y Televisa por su política informativa del 7 de junio parece que quedará en el aire, pues mientras se cuestiona el otorgamiento de concesiones y el manejo de éstas, se le otorgan a Tv Azteca nuevas concesiones. Si a eso le ponemos un protofascista como Salinas Pliego, los mexicanos estaremos condenados por mucho tiempo a una comunicación al servicio del atraso y la intolerancia.

La inversión en las concesiones por parte de Tv Azteca es la ratificación del poder salinista y su preparación para la disputa por el control político en el país.

Frente a esto, sin embargo, no se percibe una estrategia consistente por parte de Televisa, que si bien jugó en un principio a ganar el primer lugar en el linchamiento de Cárdenas, en pocas horas se dio cuenta de que ese juego no era el suyo, y decidió una política informativa que, sin ser imparcial, no alcanzó ya los niveles de Tv Azteca.

La estela de los Salinas es un mal para México. Los vientos con humo, que vinieron y regresaron por Toluca, pretenden convertir la gran Tenochtitlán en el charco de las ranas. Su misión ahora es confundir e impedir que las fuerzas políticas y, sobre todo las democráticas, se organicen, pues esto constituye un obstáculo para la recuperación de su poder. Salinas Carlos y Salinas Ricardo, son peligrosos en extremo, pues se proponen alcanzar el poder no por la vía de hacer política, sino por el camino de los negocios y la concentración económica. Esa es la causa de que el día del crimen de Stanley fue una buena jornada para la Bolsa Mexicana de Valores, lo que favoreció, sin duda, las acciones de Tv Azteca.

 

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