Olac Fuentes Molina
Blanche Petrich
Al asomarse a las perspectivas del próximo siglo en materia de educación pública, el maestro Olac Fuentes Molinar, subsecretario de la SEP, vislumbra. "El Estado debe y puede mantener el sistema laico y gratuito. El desafío será la calidad, la formación del maestro y el no permitir el deterioro sordo de la infraestructura castigando los presupuestos".
Mirando hacia atrás, al inicio del siglo XX mexicano, cuando era el vasconcelismo el que abría la puerta a un sistema moderno, laico, gratuito, masivo, incluso socialista, advierte contra la nostalgia.
"Puede ser un gran espejismo". Porque no es lo mismo el México postrevolucionario de hace 80 años, con un sistema pequeñísimo, que dar educación primaria a una población de 24 millones de niños, y a seis millones más secundaria, 28 millones, el total de habitantes de Canadá.
Mantener público y gratuito el sistema de educación, con componentes distintivos como lo es el libro de texto, es el gigantesco desafío de hoy.
"Cuando uno dice que este año se van a imprimir 120 millones de libros de texto gratuito ... bueno, son cifras que ensorbecen. Ƒ120 millones de libros? No sé que otra editorial del mundo haga esto".
Pocos son los funcionarios públicos transexenales que, como Fuentes Molinar, han sobrevivido en su puesto de subsecretario a cinco secretarios (Zedillo, Solana, Pescador, Alzati y Limón) a lo largo de seis años y medio.
A raíz de la "crisis del Pípila" o la polémica en torno a los libros de historia escritos por Héctor Aguilar Camín, retirados en 1992 de la circulación junto con el encargado de despacho Gilberto Guevara Niebla, el entonces titular de la SEP Ernesto Zedillo nombró subsecretario al maestro chihuahuense. Investigador del Centro de Investigación y Tecnología Avanzada del Politécnico, rector de la Universidad Pedagógica Nacional, vivió ya en la SEP el arranque de la modernización educativa.
Analiza: "Si uno trata de hacer un corte simbólico al final del siglo, yo diría que el gran problema, pensando en el ideal fundador del sistema público, sigue siendo el de la cobertura, que tiene dimensiones que no se pueden soslayar. Pero ese no es el problema más importante, sino cómo hacer que esa escuela sea asequible para todos o casi todos y distribuya calidad, de manera que la educación pueda mantener su potencial democratizador en una sociedad enormemente heterogénea".
--El sistema y su marco constitucional viven grandes presiones. El tercero constitucional, por ejemplo.
--ƑSobre la naturaleza laica de la educación? Son presiones cíclicas. Más que nunca tiene validez el tercero constitucional. Garantiza la posibilidad de mantener una escuela liberada de los particularismos, y en particular de los particularismos religiosos. Coincide con una tendencia larga, secular, de desfanatización de la vida civil. La laicidad vale y la gente entiende que vale.
--ƑNo está en riesgo por el cambio del mapa político?
--Es imprevisible el tipo de cambio que viene. Pero creo que alguien que el año que entra vote por una opción de derecha en términos formales, no lo haría contra esos elementos de educación laica y política social. No veo una gran masa de votantes cohesionados ideológicamente contra esa herencia republicana. Educación laica es un componente casi natural de la República.
--Hay otras presiones...una de ellas contra la gratuidad. Y estas presiones no tienen tanto que ver con los partidos sino con presiones incluso más determinantes que el juego partidista...la economía, la globalización, la imposición de modelos concebidos fuera del país. El conflicto actual de la UNAM, con la educación gratuita en el centro del movimiento, es un ejemplo.
--El Estado debe y puede mantener el principio de la educación gratuita. Esta es perfectamente atendible. El gasto ha crecido pero la presión demográfica en la base del sistema se ha detenido. El crecimiento de los grupos de edad menor está estabilizado. En el futuro el reto es hacer educación de más calidad y que la población avance más en el sistema.
Y hay en la economía el potencial de mantener el sistema y elevar el esfuerzo. Desde el punto de vista social sería fatal, en lo que nos queda de una sociedad móvil y abierta, afectar el principio de la gratuidad.
--Cuando se plantea la modernización educativa se empieza a hablar de calidad en la educación. ƑCómo se ha ido resolviendo? ƑQué falta?
--Se pueden construir muchas escuelas, pero lo demás tiene sus ritmos. Se puede abrir la puerta de las escuelas a toda la sociedad pero hay que ver qué clase de sistema se tiene. ƑCómo trabajar en algo cuyo elemento central es la palabra escrita con poblaciones para quienes la palabra escrita no existe? En definir la calidad yo soy conservador, calidad quiere decir cosas poco novedosas: lenguaje oral, palabra escrita, pensar matemáticamente, acceso al conocimiento y a la capacidad de comprender.
Y luego los valores. Eso quedó un poco a un lado. Ahora hay un intento de fortalecer esa cuestión de una ética laica que fue muy importante en otros momentos del siglo en la escuela mexicana. Por ahí pasa la calidad.
--Se dejó un vacío en ese terreno, cuando por ejemplo se suprimió el civismo como materia--
--Es más que eso. En secundaria no se suprimió y en la primaria hay un montonal de contenidos cívicos. Más grave fue que el civismo se vació de contenidos éticos.
--Una gran duda hoy en torno a la escuela pública. ƑHa sido capaz de aprovechar los grandes avances en materia pedagógica o no? ƑPersiste el método vertical, la idea del maestro que transmite conocimientos y el alumno que responde exámenes sin "aprende a aprender"?
--Ahí sí hay un gran problema. La parte formal de la propuesta educativa, los programas de estudio, los libros de texto, son hoy mucho más modernos, creativos, pero el cambio de las prácticas es extraordinariamente lento. Lo que aprenden los maestros es a transmitir, que es mucho más fácil y predecible que enseñar a pensar. Te da como seguridad saber que si tú enseñas una historia de fechas, en el examen te dan las fechas o no te las dan y entonces calificas. Pero pensar en la cuestión de las causas, en el carácter de las figuras históricas, no tiene esa previsibilidad. Es una tendencia que existe en las escuelas pero también existe en la sociedad. Muchos padres se sienten más seguros si los niños aprender ciertas cosas demostrables. Este niño ya sabe las vocales, aunque saber las vocales no significa nada en el avance de la lectoescritura. Pero los padres sienten que ya aprendió algo.
--La calidad educativa pasa por el maestro. Y es una realidad que el magisterio no está siempre bien preparado, está mal pagado, no siempre se cultiva y actualiza.
--Es un problema clave, de futuro. Vuelvo por lo tanto al punto de lo cercana que está la experiencia de la expansión educativa, el problema de formar muchos maestros muy rápido. Siempre he dicho que desde el principio hubo un debilitamiento de la calidad formativa. Pero siempre cuido de no generalizar. Hay maestros formidables, sobresalientes y no son pocos. Hay otros que lo hacen dignamente. Y otros regulares y otros muy males.
Estos últimos años se han hecho esfuerzos, como hacer funcionar un mecanismo para que los maestros vuelvan a estudiar en el servicio magisterial. Es lo único que se puede crear pronto, con un aparato material, libros, propuestas. Pero como todo, es un problema de largo plazo. Tenemos apenas dos años en un proceso de cambio.
--ƑVa a haber continuidad en este programa con el cambio de gobierno?
--Puede haber en la medida en que esté involucrada la gente. Así es más difícil dar bandazos.
--ƑCree que la Secretaría de Educación Pública efectivamente ha perdido el impulso, la emoción como un instrumento del conocimiento, la enseñanza que no se desliga de la idea del país que uno quisiera que fuera México? Convicción o tecnocracia, parecería ser la pregunta.
--Es mi subjetividad: sí, la educación pública ha sido erosionada por el burocratismo, pero mantiene una capacidad de iniciativa muy importante que no se ve en el discurso. A la inversa que en la época de Vasconcelos, se puede ver en la magnitud de la obra. Pongo por caso los libros de texto. Sentido nacional: hay que ver los de primero, segundo, cuarto, quinto. Hay una recuperación muy importante en la manera de plantearlo. Y cada libros son tres millones. Otro caso será en el futuro la sexualidad en el libro de Ciencias Naturales de quinto que salió el año pasado. Ahí hay una pequeña revolución cultural silenciosa. Y cada año es un tiraje de tres millones. Y no porque crea que el libro sea mágico. Pero algo penetra, algo va cambiando. La educación tiene tanto espacio como la gente le dé.