ƑPadece disfunción eréctil? šUna buena y una mala noticias!
Marina Escobar
La disfunción eréctil (antes llamada impotencia) es la prolongada incapacidad de lograr o mantener una erección lo suficientemente rígida para el coito, la eyaculación o ambos, lo que impide una relación sexo-genital satisfactoria entre la pareja. Se considera que cuando no es posible mantener una erección por lo menos en uno de cada cuatro intentos, es conveniente consultar a su médico.
La buena noticia es que hay solución para ese mal. Las opciones terapéuticas van desde las más agresivas intervenciones, hasta la medicación oral segura y con efectos colaterales prácticamente imperceptibles.
En años recientes se realizó un estudio clínico en 2 mil 500 pacientes mexicanos con disfunción eréctil leve y moderada; ellos fueron tratados con mesilato de fentolamina y los resultados son muy alentadores, ya que se observó me-joría significativa en la rigidez y satisfacción de la erección y desarrollo en la calidad de vida del paciente y su pareja. La importancia de ese estudio y su di-fusión también permitirá comprender mejor los diversos factores (físicos y psicológicos) involucrados en la función eréctil, así como los signos de alerta para impedir que ésta disminuya progresivamente y afecte la vida emocional y social de los individuos.
La mala noticia es que la disfunción eréctil se considera un tema innombrable y vergonzoso de consulta, lo que desgraciadamente retrasa su detección y tratamiento oportuno. šEso es paradójico, porque según estadísticas aqueja a 50 por ciento de los hombres de entre 40 y 70 años en todo el mundo!
Entre los mecanismos atribuidos al paciente que demoran la detección están:
ųLa negación de los síntomas (cambio en la calidad de la erección, ya sea en la rigidez o en la capacidad de mantenerla, por un periodo de más de tres meses).
ųAtribuir la causa a la pareja (esto es falso, y no se remedia con visitas a la estética o cambios en la apariencia, sino con una acción conjunta y objetiva, pues afecta profundamente a ambos).
ųIgnorar problemas en la salud general (diabetes, hipertensión, hiperlipidemia, tabaquismo, obesidad, falta de ejercicio, alcohol excesivo y farmacodependencia).
ųRetraso consciente de la búsqueda de ayuda por temor a ser visto como hombre en decadencia (este tipo de deterioro es un problema de salud como cualquier otro, y lo mejor es que tiene remedio).
La tardanza por parte de los médicos puede deberse a:
ųEvitan preguntar por temor a incomodar al paciente.
ųIgnoran los re-cursos terapéuticos disponibles.
ųSuponen que el problema no es de su incumbencia (la salud sexual debería incluirse desde la historia clínica).
La disfunción eréctil afecta a millones de hombres, y aunque puede no significar la pérdida total de la satisfacción sexual, ocasiona tensión mental, ansiedad, desconfianza y depresión, lo que daña hondamente sus relaciones personales y familiares y hace eco en la violencia social.
La disfunción eréctil no es una desgracia que simplemente debe aceptarse y ser soportada estoicamente; médico y paciente están llamados a romper el silencio y a actuar a favor de una vida mejor para todos y todas.
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