n Se estrena Analízame, comedia sobre las fobias de un capo
De Niro, un actor que se burla de los tipos peligrosos: Billy Crystal
Gabriel Lerman, especial para La Jornada, Nueva York n Desde el ventanal del Essex House puede verse el Central Park todo cubierto de nieve. Afuera hace un frío intenso y, sin embargo, Billy Crystal es puro calor humano. Le ayuda, sin duda, saber que después de una larga serie de desastres en taquilla, con Analízame tiene un gran éxito asegurado. Crystal está entusiasmado mientras habla, y lo demuestra imitando a su compañero de cartel, Robert De Niro y, ya que está aquí también, a su viejo gran amigo, Muhammad Alí, a quien alguna vez conocimos como Cassius Clay.
El entusiasmo tiene sus razones: aunque tiene algunos clásicos en su filmografía como When Harry Met Sally, Throw Momma From the Train y City Slickers, los últimos intentos de Crystal para consolidar su presencia en las carteleras terminaron en un rotundo fracaso: My Giant, en donde ofició de productor ejecutivo, y Father Day, junto a Robin Williams, nunca llegaron a obtener la repercusión que Crystal hubiera deseado, algo trágico para alguien como Billy, tan obsesionado por la parte artística como por la empresarial. Dueño de una pequeña compañía productora que es subsidiaria de Castle Rock -parte a su vez de la multinacional Time Warner-, Billy no se equivocó al mostrarse tan contento durante esta entrevista, concedida poco antes del estreno estadunidense de Analízame
El filme se mantuvo en primer lugar en las recaudaciones durante varias semanas, prueba quizás de la atracción que De Niro sigue ejerciendo sobre la audiencia, o de que Crystal, idolatrado cuando asume la conducción de la noche de los Oscares, puede ser muy divertido cuando elige el papel adecuado, en este caso, el de un psiquiatra que se ve forzado a interpretar las fobias del capo de la mafia neoyorquina. Analízame fue dirigida por Harold Ramis, el ex cazafantasma que, a veces, como en este caso, justifica con creces el haber cambiado de profesión.
-ƑLe intimidó trabajar con Robert De Niro?
-Para nada. Lo que pasa es que cuando lo ves en las películas, él interpreta personajes que te asustan un poco, pero en persona es todo lo contrario. Es muy abierto y amigable y hasta un poco tímido. Recuerdo que cuando nos sentamos a pensar nombres con la productora, Paula Weinstein, yo dije que había una sola persona que podía hacer este papel a la perfección, y que esa persona era De Niro. Paula se rindió inmediatamente, porque ella estaba convencida que nos iba a decir que no. Pero yo, como lo conocía, sabía que teníamos una oportunidad, porque el papel era brillante, y si él se animaba a improvisar un poco y a burlarse del tipo peligroso que suele interpretar en las películas, la audiencia iba a matarse de la risa. "ƑDe Niro llorando en una película de gangsters?". Así es que lo llamé y él me dijo (imitando a De Niro): "Hola. Ah, hola, hey, Ƒcómo estás?, Ƒqué?, Ƒque hay un papel para mí? Hmmm, hmmm, bueno. Tal vez, de acuerdo. De acuerdo. No, no, hey". Porque una vez que De Niro se pone a hablar no hay manera de hacerlo callar. Y así fue como nos pusimos a trabajar juntos. Lo gracioso es que Bob también estaba un poquito nervioso, porque ésta no es el tipo de película que le vemos hacer. Pero siempre estaba muy abierto a todo tipo de sugerencias. Ha- cíamos una escena y él preguntaba: "ƑQué te pareció? ƑQué te pareció? Yo no sé... hmmm... Ƒqué te pareció?". Es un actor que te obliga a poner todos tus prejuicios a un lado a la hora de actuar con él. Quiere que te olvides que él es Robert De Niro...
-ƑNunca fue un problema que De Niro no fuera un comediante?
-En absoluto, porque él es muy gracioso. Creo que siempre es muy divertido, aun en sus películas más pesadas. Es una leyenda y la gente lo idolatra. Y cuando lo ven pasándola bien en la pantalla grande se sienten felices por él. Es lo mismo que pasa con Woody Allen. Uno siempre lo ve siendo tan miserable en la pantalla grande que una sonrisa de él nos emociona.
-La audiencia lo extraña a usted en la noche de los Oscares...
-Ya sé, y es un gran problema para mí, porque me hace sentir muy mal. Simplemente que me extrañen me pone un montón de presión encima. Yo lo disfruto mucho cuando me divierto haciéndolo. Parece que fuera algo muy fácil, pero requiere de muchísimo trabajo. Este año decidí pasar de largo porque venía trabajando en Analízame desde hacía mucho tiempo y quería tener un marzo tranquilo. Lo cierto es que yo ya me había negado el año pasado, pero como no habían encontrado a nadie que pudiera hacerlo bien, finalmente acepté, casi a regañadientes. Pero yo creo que lo peor que uno puede hacer después de haber hecho las cosas bien es hacerlo al año siguiente sin el mismo entusiasmo. Es como si Michael Jordan, después de haber jugado el mejor partido de su vida, se tirara a dormir durante el resto del campeonato...
-Sus dos películas anteriores a Analízame fueron rotundos fracasos de público y de taquilla...
-Gracias por recordármelo...
-ƑFue por eso que trató, por todos los medios, de tener un gran éxito con Analízame? ƑSentía que necesita un espaldarazo del público o está en un punto de su carrera donde ya no le importa cuánta gente haya ido a ver su última película?
-La verdad es que he podido seguir trabajando más allá del éxito o del fracaso. Pero reconozco que a veces me he asustado un poco, más allá de que no siempre el éxito o el fracaso estén ligados a la calidad de la película. Suelo preguntarme por qué la gente no ha ido al cine si mi película era bastante buena. Si uno se fija en la carrera de cualquier actor de Hollywood, todos tienen sus altibajos, y no porque hagan basura.