Teresa del Conde
Kaminski ante el público

No todos los visitantes de museos acuden a ver una muestra movidos por el interés, la curiosidad, el conocimiento o el placer que esperan obtener; cuando se trata de estudiantes o de escolares, sucede que en proporción alta tienen encomendada la tarea de observar la exposición y cuando no tienen los elementos para aprehenderla, carecen de educación artística elemental o bien son alérgicos al arte contemporáneo.

La exposición del pintor alemán Max Kaminski, Danzas macabras, en la Sala Fernando Gamboa del Museo de Arte Moderno suscita interés y en general los comentarios de los visitantes son positivos y elogiosos; también hay negativos. Si estos últimos ofrecen un cierto fundamento, son más que bienvenidos, pero lo que resulta inadmisible es que personas mayores reiteren que sus niños pueden pintar mejores cuadros y que el conjunto de la obra equivale a cero. Lo mismo dirían de Picasso o Bracque. Hay frases insultantes que pueden estar dirigidas al artista, al museo, a los responsables de éste o incluso a quien escribió los textos en el catálogo. Quienes dirigen estos insultos, personificando al destinatario (en este último caso yo, que escribí los textos, o si se trata del disgusto por las pinturas el propio Kaminski) los comentarios jamás llevan firma o rúbrica.

Comenzaré transcribiendo comentarios de visitantes extranjeros. Un holandés de 44 años dejó escrito: ''It is too much of nothing. Even your name is not real". El visitante confunde a este pintor con su contemporáneo y colega Georg Baselitz, cuyo nombre original es Georg Kern, dato que pudo haber visto en el catálogo, confundiendo los nombres. A ese visitante podría alegársele que en todo caso los nombres completos de Pablo Picasso, Rufino Tamayo o Juan Soriano no son exactamente esos, ni Caravaggio se llamaba así (era Michele Merisi) ni el Tintoretto (Jacopo Robusti) tenía ese nombre, El Greco tampoco, etcétera. En cambio otro danés, de 19 años, encontró que los colores están hermosamente utilizados mientras que un joven estadunidense anotó: Oh my God (con una falta de ortografía, pues puso Good), Help!

Un chico de 12 años encontró ''que los niños de kinder pintan mejor" y su compañero de 13, tal vez influido por lo anterior dejó esta reflexión: ''Si esto es pintado por niños de primaria, lo paso, creo que yo haría mejor trabajo", el subrayado indica que al menos se concedió a sí mismo el beneficio de la duda. En contraste la niña de 10 años... que vive en el estado de México se divirtió: ''Me gustan (los cuadros) porque tienen color y son locos", no así una sedicente especialista en historia del arte, de 29 años: ''Mañana traigo el curriculum de mi hijo de 12 años para ver si puede exponer aquí". ƑQué indica eso?, falta absoluta de familiaridad con la pintura del siglo XX que no sea ilusionista o mimética.

Una psicóloga social anotó: ''Loquísimo, sorprendente, divertido, estimulante" y una joven de 28 años detectó que ''su oficio se nota de todo a todo", mientras que otra mujer, estudiante como la anterior, procedente de Morelia, Michoacán, halló que le gustan ''los efectos visuales, tan precisos dentro del mismo caos".

Lilia, pintora, expresó que el arte de Kaminski ''es erótico a veces, juguetón, expresivo, sin embargo lo que deja el conjunto es desconcertante"; Diana le recomienda al pintor una terapia: ''No hace daño lo que comemos, sino lo que sale de dentro: psicoanalízate".

Carlos Gutiérrez Angulo alabó el montaje: ''Me gustó la museografía, gana en dinámica la utilización de los formatos. Kaminski compone bien". Alguien que dice ser crítico de arte, de 37 años, señaló: ''Felicidades, su obra es contemporánea, llena de equilibrio y sin miedo al color". Y un especialista, profesor y notable pintor, entregó en privado esta reflexión: ''De entrada me parece que es verdadero pintor, mantiene honestidad en su actitud, su pintura no es tramposa... Navega en conflicto, es muy alemán, es decir, no niega la cruz de su parroquia (procura) la integración de lo plano con lo atmosférico y esa difícil combinación entre figuración-abstracción. Es allí donde alcanza cuadros sumamente interesantes... Es una buena exposición''.

Esta persona, que también hace escultura y es excelente dibujante, nació en 1955; es predominantemente pintor abstracto, muy amante de la música, la literatura y la filosofía, en lo que coincide con Kaminski, quien le lleva 16 años de edad, pero es igualmente ''pintor joven".

Otro pintor, sujeto muy culto, que a la vez practica la escultura, y el arte objeto, de mayor edad que el anterior (n. 1943) y de tendencia opuesta a la de Kaminski (entre pop, conceptual y neo-surrealista) apuntó: ''La exposición es completa, sólida. Es pintor-pintor, no hay duda".

La muestra culminará a mediados de agosto, venga a verla y opine.